Trump: ahora, evasión fiscal
October 4, 2018 - por La Jornada.
Ayer, el servicio de impuestos del estado de Nueva York anunció que había iniciado una averiguación al respecto, lo que agrega una pesquisa más al catálogo de investigaciones que enfrenta el presidente: una en el Senado, otra en la Cámara de Representantes, una tercera por parte de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) referidas a la trama rusa y una más por presunta obstrucción de la justicia.
Lo más llamativo del caso no es el descubrimiento de esta nueva faceta en una personalidad inescrupulosa e inmoral, como la que sectores mayoritarios le atribuyen al mandatario estadunidense, sino el hecho de que un individuo tan problemático y contradictorio haya sido capaz de eludir toda fiscalización posible –la pública, la legal y la fiscal– en su camino a la Casa Blanca. Es cierto que en su discurso electoral Trump presentó como virtudes varias de sus miserias: el racismo, la xenofobia, la misoginia, el desmesurado pragmatismo, la falta de entendimiento de los problemas mundiales, la altanería y la pobreza conceptual e idiomática; pero, con todo, se dibujó a sí mismo como un ciudadano respetuoso de la legalidad.
Ese último punto resultó severamente debilitado desde que surgieron los primeros indicios de la connivencia entre colaboradores cercanísimos del ahora presidente y ciudadanos rusos que trascendió con mucho el ámbito de los negocios y que pudo interferir con el desarrollo normal de los comicios presidenciales del año antepasado, lo que sería, en caso de comprobarse, causal de varios delitos, además de un rotundo desmentido al supuesto ánimo nacionalista y hasta patriotero del potentado neoyorquino. Para colmo, hoy brotan en el escenario político datos indicativos de otra violación grave a la ley que habría estado en el origen mismo de la fortuna de Trump: la evasión fiscal.
Es sorprendente, en suma, que los aspectos impresentables de la personalidad de Trump no hayan sido obstáculo para su carrera a la Presidencia y, de comprobarse la defraudación impositiva, que los mecanismos institucionales de vigilancia no la hubieran detectado. Más allá de que esta nueva revelación ahonde la vulnerabilidad judicial y política del propio magnate, el recuento de su trayecto al poder económico y político deja muy mal parados al sistema de justicia y al régimen democrático de Estados Unidos.