Nueva York. 

Desde el fallido golpe de Estado de la semana pasada contra el gobierno venezolano apoyado explícitamente por el régimen de Donald Trump, han cundido dudas en Washington sobre los fracasos de inteligencia y evaluaciones políticas erróneas del trío del secretario de Estado Mike Pompeo, el asesor de Seguridad Nacional John Bolton y el “encargado especial” de Venezuela, Elliott Abrams quienes habían convencido al comandante en jefe de que tumbar a Nicolás Maduro sería “fácil”.

El propio Trump, según funcionarios y asesores de la Casa Blanca, está frustrado y duda sobre la estrategia agresiva hacia Venezuela, y hasta se queja de haber sido engañado sobre qué tan fácil sería sustituir a Maduro con el líder opositor Juan Guaidó, reportó el Washington Post esta semana.

De hecho, el miércoles Trump tuiteó a su regreso de un mitin en Florida -donde reside una amplia comunidad anti-chavista- que su país apoyará al “Gran Pueblo de Venezuela por tanto tiempo que se requiera”.

Pompeo y Bolton han insistido ante medios en que no hubo ninguna falla de inteligencia, que siguen apoyando a Guiadó, y que “estas cosas a veces toman su tiempo”.

Mientras tanto, en la propia capital estadunidense el conflicto con Venezuela se expresa en la lujosa colonia de Georgetown donde un grupo llamado el Colectivo de Protección e la Embajada. está residiendo desde el 15 de abril, bajo invitación del gobierno de Maduro, en la embajada de Venezuela, sitiado por un grupo de antichavistas que busca tomar la embajada para los representantes de Guiadó en las calles alrededor y con la presencia de agentes de la policía local y el Servicio Secreto que han reprimido múltiples veces a los opositores de la política de Trump.

El miércoles, el presidente de Veteranos por la Paz fue arrestado violentamente por el Servicio Secreto al intentar entregar alimentos a los defensores de la legación. Poco después la electricidad de la embajada fue suspendida por las autoridades.

Código Rosa, una de las organizaciones del Colectivo, declaró hoy que están “horrorizados por las violaciones de derechos humanos -negando acceso a alimento, agua y electricidad, permitiendo asaltos físicos violentos- así como la violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas” del régimen de Trump en su propio país.