A dos millas del doble cerco fronterizo que separara a las ciudades de San Diego y Tijuana, han comenzado a construir una estatua de la Virgen María lo suficientemente grande para que la vean desde lejos los migrantes que se acercan a la garita de San Ysidro pidiendo asilo o quienes están a punto de cruzar sin documentos hacia California.

Esta figura que tendrá una altura de 40 pies (12 metros) se ubicará a partir de marzo de 2019 en la cima de la Iglesia de Monte Carmelo, en el sur de San Diego.

El monumento llamado ‘Bienvenida al extraño’ sostendrá una antorcha, imitando a la Estatua de la Libertad. La idea es que la escultura “reciba” a los migrantes y refugiados, como lo hizo ‘Lady Liberty’ con los europeos que llegaban a Nueva York en el siglo pasado.

“En San Diego estamos construyendo la versión de la costa oeste de la Estatua de la Libertad para darle la bienvenida a una nueva generación de inmigrantes y refugiados”, explica Norma Sandoval, líder del organismo no lucrativo San Diego Organizing Project, que está detrás de esta obra.

La Virgen tendrá una túnica de acero, que simboliza “la fuerza y la lucha de las experiencias de los inmigrantes”, y estará iluminada en las noches, como un símbolo de esperanza. “Para pedir que esa luz brille realmente, tanto en nuestras comunidades como en el gobierno”, explicó a EFE José Luis Medina, el diácono de la iglesia.

“Para mostrar que seguimos siendo un país de inmigrantes que recibe a los oprimidos y los refugiados”, señaló el obispo Robert McElroy, de la diócesis de San Diego, en un video sobre el proyecto.

La organización California Endowment ya ha donado un millón de dólares para la construcción de la estatua y se busca obtener al menos esa misma cantidad a través de donaciones.

El artista local Jim Bliesner detalló que el diseño del monumento se elaboró con ideas aportadas por miembros de la comunidad. “Usamos la antorcha de la Estatua de la Libertad como una declaración de que hay esperanza”, mencionó.

“Con esta escultura podemos recordar a aquellos que han sufrido y brindar esperanza para aquellos que los seguirán”, agregó.

La idea surgió hace aproximadamente un año. Mientras llovían sugerencias sobre su diseño, saltó la experiencia de la Virgen María como el símbolo idóneo, porque ella y su familia se refugiaron en Egipto después del nacimiento de Jesús.

También acordaron que la geometría de la figura tuviera “cimas y valles”, incluso perforaciones, para representar la difícil travesía de los migrantes.