Monterrey, N.L.

Nuevamente los Zares Inmobiliarios del proyecto Vía Zócalo, el pasado viernes, vuelven a quitar los sellos de suspensión de obra impuesta por el municipio de Monterrey (la primera ocasión fue el año pasado por el Centro INAH de Nuevo León) y bueno, eso habla que a pesar de los pesares, puede todavía más el interés de particulares inmobiliarios en contubernio con el Poder Judicial y autoridades de los tres niveles de gobierno, que, el interés colectivo de salvaguarda de sitios históricos como el Barrio Antiguo y el Paseo Santa Lucía, bases fundacionales de los primeros asentamientos de los nuevoleonesas.  

El fondo de todo este conflicto, es que se ha privilegiado por la pasada administración municipal de Monterrey, el interés particular del capital de inmobiliarias, que el de pensar, impulsar y salvaguardar el Bien Común de los regiomontanos y esto, no sólo es un asunto de “quítate que ahí te voy”, no, esto tiene implicaciones muy serias porque no se respeta Leyes y Reglamentos establecidos para seguir haciendo una ciudad sostenible y por lo tanto, las posibilidades de riesgos urbanos, de verdaderas trampas urbanas, del saqueo de recursos del subsuelo como el agua  y de contribuir a la presencia de emergencias urbanas muy graves, es toda una realidad latente y próximas a estallar.

Vía Zócalo se proyecta como un desarrollo comercial, de viviendas y oficinas, constituido por dos torres, una de 39 niveles y otra de 20, y se establecerá en 11 predios que se fusionaron en pleno centro de Monterrey. Foto La Jornada

Proyectos mal aprobados: bombas de tiempo

Resulta que Vía Zócalo en la Administración municipal de Adrián de la Garza, fue un proyecto favorecido en su aprobación sin muchos estudios y cuestionamientos desde lo hidrogeológico hasta el patrimonio histórico-cultural. Se habla que antes de su salida para la candidatura a gobernador por el PRI de Adrián, fueron autorizados mil quinientos proyectos urbanos con serias deficiencias, desde grandes edificios hasta pequeños desarrollo habitacionales, se dejó así, una serie de bombas de tiempos para el municipio de Monterrey y que pueden estallar en cualquier momento por no estudiarse a fondo cada proyecto y, pensar fundamentalmente, en los negocios de unos cuantos desarrolladores urbanos y no, en el interés colectivo de hombres y naturaleza.  

Insistimos, no sólo es un problemas de destruir con el proyecto Vía Zócalo, un patrimonio cultural de los nuevoleoneses, como es ese sitio fundacional de nuestra entidad del Barrio Antiguo o del  Paseo Santa Lucía, sino por ejemplo, lo que significa realizar gran fosa para establecer los cimientos, sótanos y cajones de estacionamiento de dos torres de más de cien metros de altura, al lado del túnel de la Línea 3 del Metro y, sobre una realidad hidrogeológica del terreno en cuestión, que para la construcción de ese túnel del paso del Metro, implicó, drenar por dos años y medio, dos metros cúbicos por segundo de agua subterránea de ese zona, agua que ni la presa Libertad podrá ofrecer a Monterrey.

Gente miserable y autoridades cómplices

Construir esos edificios de Vía Zócalo, sin los estudios respectivos para esa realidad que van desde lo hidrogeológico a lo urbano y de lo urbano al patrimonio histórico-cultural. es sólo un asunto de gente muy miserable en sus pretensiones existenciales y de autoridades cómplices de todo ello, que ponen en un estado muy grave de riesgos a la zona, a los vecinos, a los negocios ya establecidos y a los miles y miles de personas que se transportan diariamente por el Metro de la Línea 3, amén de la vialidad terrestre, dotación de agua, drenaje, energía eléctrica, y demás implicación para sacar adelante ese proyecto y que él mismo, una vez construido no afecte la vida de una ciudad digna, que todos nos merecemos.

Habla la SURMAC y, que venga Adán Augusto

La Sociedad de Urbanismo Región Monterrey, A.C (SURMAC), a mediados del año pasado, dirigida por el arquitecto Valentín Martínez, convocó a poner atención sobre la aprobación de construcción de más de 50 edificios que en la administración de Adrián de la Garza habían sido aprobados en ese tenor que venimos mencionado, para ello, implicó desarrollar una serie de estudios y comentarios entre los socios de SURMAC (prestigiados arquitectos y urbanistas), inclusive, participaron en el trabajo de campo estudiantes de servicio social de Arquitectura de la UANL y los resultados, han quedado documentados en carpeta alusiva al caso de edificio por edificio, así como, se elaboró una carta dirigida al periódico El Norte con fecho del 15 de agosto del 2022 y firmada por el presidente de SURMAC, el material circulo íntegramente en la red de socios de SURMAC.

A continuación, por la importancia en el tema y las posibles consecuencias que todos padeceremos en muy diversas situaciones urbanas, el asunto implica que Protección Civil del Estado y cuerpos de seguridad federal, pongan atención en ello, una realidad que ya Agua y Drenaje, CFE y el mismo municipio de Monterrey, van tomando cartas en el asunto, aunque la mafia de Zares Inmobiliarios es todavía difícil de vencer, y ello, hace pensar que sería muy conveniente que así como en el caso de la sequía del año pasado en la entidad, también, ante posibles catástrofes urbanas en Monterrey por el mal otorgamiento de permisos de obras, se demande nuevamente, la presencia del Secretario de Gobernación Adán Augusto López, para empezar a tomar medidas preventivas de posible catástrofes urbanas en el corto, mediano y largo plazo en Monterrey. No es posible que la llegada de nuevas inversiones (IED) a la entidad, se realice en un terreno minado por bombas urbanas que dejó la pasada administración municipal de Monterrey. De veras, cuánta razón tiene el gobernador Samuel García de no querer de Procurador General del Estado, a Adrián de la Garza.                                  

CARTAS A EL NORTE

A quien corresponda:                                                        15 agosto 2022

La Sociedad de Urbanismo Región Monterrey A.C. con la mejor disposición de apoyar el crecimiento ordenado de la ciudad opina sobre la situación actual de las inversiones inmobiliarias y la construcción de edificios en el área central del municipio de Monterrey. No solo carecen de Infraestructura de agua y drenaje.

Recomendamos a las autoridades la necesidad de realizar un análisis urbano de todas las autorizaciones realizadas por la administración municipal anterior el cual para su autorización debió estar sustentado con base a la ley de Asentamientos Humanos Ordenamiento Territorial y Desarrollo Urbano del estado de NL.

Es necesario un análisis profundo de la forma en que se autorizaron más de 50 edificios en la ciudad y su infraestructura no está preparada en virtud de que los predios en donde se llevan a cabo fueron habitacionales unifamiliares, pequeños comercios y servicios, dotados con redes de infraestructura adecuadas para su uso, que ahora al aumentar su densidad se requieren cambios estructurales en cuanto a la infraestructura hidráulica de agua potable y drenaje sanitario, eléctrica, gas natural y de movilidad. Las redes de agua actuales son insuficientes y se agravan los problemas de escasez de agua potable.

En la ley de asentamientos humanos ordenamiento territorial y desarrollo urbano del estado de NL. Señala en el Artículo 115. El procedimiento para permitir la densificación en lotes, predios o edificaciones, se sujetará a lo siguiente:

II. Deberá contar con infraestructura de agua potable, drenaje sanitario (saneamiento) energía eléctrica y gas con capacidad suficiente;

Todo se dejó en manos de los proyectos inmobiliarios. Se debió ejecutar un proyecto de ciudad sostenible como lo señalan la agenda ONU 2030 y la ley, se debió preveer un plan maestro en materia de suelo y reservas territoriales para el desarrollo urbano. Al aumentar la densidad se debió aplicar la ley citada donde señala la anchura de calles en densidades mayores de 201 viv./ha.

Por la totalidad de los edificios autorizados en el municipio y su impacto en la ciudad y su infraestructura se debió de realizar un dictamen de Impacto Urbano Regional a fin de prevenir y mitigar, o compensar en su caso, los efectos negativos que pudiera ocasionar.

La mayor parte de los edificios autorizados no se les exigió áreas municipales de acuerdo a la ley que establece que cuando cambian su uso de unifamiliar a multifamiliar deben ceder el área correspondiente de acuerdo al

Artículo 202. Toda acción urbana que genere la transformación de suelo rural o urbano, los cambios en la utilización de áreas o predios, así como todas las acciones de urbanización, construcción y edificación que se realicen en el Estado, estarán sujetas a las disposiciones de esta Ley.

Son acciones de crecimiento en un Centro de Población las siguientes: III. La construcción de viviendas; V. La construcción de edificios comerciales y servicios.

Artículo 203. Y 210. La ejecución de las acciones urbanas a que se refiere el artículo anterior se sujetará a los siguientes requisitos:   III. En su caso, ceder al Municipio las áreas que establece esta Ley según el tipo de acción urbana de que se trate; y IV. Ejecutar, a su costo, la construcción, habilitación y dotación de la infraestructura y equipamiento. Las áreas verdes ahora más que nunca se necesitan porque las pandemias van a permanecer y la población requiere asoleamiento, ventilación y ejercicio físico y recreativo para preservar la salud.       

Por todo lo anterior se debe actuar conforme a la ley y ver todos los casos en un proyecto de Ciudad Sostenible con infraestructura y áreas verdes. La densidad no puede ni debe ser generalizada, debe ser planificada, con un orden respetando el patrimonio histórico existente y en zonas y puntos específicos, con densidad e intensidades diferentes de acuerdo con la factibilidad de consolidación, mejoramiento y crecimiento de estas. Esto implica considerar las áreas públicas existentes, la infraestructura de servicios públicos hidráulicos y energéticos, de movilidad y transporte urbano existentes y su factibilidad de mejoramiento. 

Arq. Valentín Martínez Cuéllar, presidente de la Sociedad de Urbanismo Región Monterrey, A.C.