Miles de israelíes salieron a las calles de los territorios ocupados palestinos para rechazar los planes del régimen de Israel de anexionarse Cisjordania.

Los indignados israelíes recorrieron el sábado la ciudad de Tel Aviv expresando su oposición al plan del primer ministro Benjamín Netanyahu, de iniciar a partir de julio la anexión de extensas partes de la ocupada Cisjordania. “No a la anexión, no a la ocupación, sí a la paz y la democracia”, era uno de los lemas coreados en la marcha.

En la protesta, algunos de los manifestantes ondearon banderas palestinas. Según el diario local Haaretz, al menos 6000 israelíes participaron en la marcha, que fue organizada por grupos de izquierda.

Los manifestantes llevaban mascarillas y mantenían la distancia entre ellos por las restricciones para evitar el nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.

El diputado Nitzan Horowitz, del partido israelí Meretz, en un pronunciamiento en la manifestación, catalogó la anexión como un “crimen de guerra” y advirtió de que costaría a Israel millones, dado que la economía se está debilitando debido a la pandemia.

“No a la violencia ni al derramamiento de sangre. No a la anexión, sí a la paz”, remarcó Horawitz y expresó su apoyo a la solución de dos estados para el conflicto palestino israelí.

Recalcó a continuación que la anexión “es un crimen contra la paz, un crimen contra la humanidad, un crimen que resultará en un derramamiento de sangre”.

A su vez, la diputada israelí Tamar Zandberg, del partido Meretz, criticó el llamado acuerdo del siglo, que auspicia el Gobierno estadounidense, presidido por Donald Trump.

“Es un acuerdo maldito, entre un hombre que está tratando de ganar una elección y otro que está tratando de escapar de un juicio por corrupción”, destacó la parlamentaria, aludiendo respectivamente a Trump y Netanyahu.

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Netanyahu y su exrival en las elecciones Benny Gantz, sellaron en abril un pacto para acabar con el largo bloqueo político en Israel, y acordaron, entre otros asuntos, proceder a la anexión de extensas partes de la ocupada Cisjordania a partir de julio próximo, una gestión que es rechazada tanto por los palestinos como por la comunidad internacional.

Esta anexión es parte del llamado acuerdo del siglo, revelado el pasado enero, que otorga a los palestinos una autonomía limitada dentro de una patria discontinua, y deja en manos de Israel el cotizado valle del Jordán y olvida la problemática de millones de refugiados palestinos deseosos de retornar a sus tierras.