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Video: Pemex superó la crisis, estupideces de privatizadores y hoy es autosuficiente, dice su director, Octavio Romero

March 18, 2023 - por

Video: Pemex superó la crisis, estupideces de privatizadores y hoy es autosuficiente, dice su director, Octavio Romero

Octavio Romero Oropeza, titular de Pemex, en entrevista con La Jornada.


Petróleos Mexicanos (Pemex) no es “un hoyo negro” para las finanzas del país. Lo afirma el director de la empresa, Octavio Romero Oropeza: “Pemex no recibe presupuesto del gobierno. Cuando querían privatizarla, cuando la querían desaparecer, empezaron a inventar tonterías que en muchos casos rayaban en la estupidez”, sostiene. Una de esas, redondea, es que era una carga para el gobierno, “un hoyo negro”. La compañía vive de sus flujos, genera su propio presupuesto, asegura en una entrevista con La Jornada.

Este sábado, cuando se conmemora el 85 aniversario de la expropiación petrolera decretada por el presidente Lázaro Cárdenas, Pemex habrá logrado superar 1.9 millones de extracción de crudo al día, 200 mil barriles más que al inicio del gobierno. Con el añadido, acota Romero Oropeza, de que ese incremento en la producción ha ido acompañado del hecho de que ahora se restituye a la reserva petrolera la totalidad del crudo extraído, algo que no ocurría en la administración anterior.

“Pemex estaba en una situación verdaderamente crítica”, sostiene.

Petróleos Mexicanos es la mayor empresa del país y la que más aporta a la hacienda pública. Su contribución al fisco el año pasado fue equivalente a 5.6 veces la que hicieron, de manera combinada, América Móvil (el grupo de empresas de telecomunicación del magnate Carlos Slim), Fomento Económico Mexicano (Femsa, embotellador de Coca-Cola y propietario de los Oxxo, entre otros negocios) y Walmart, la principal cadena minorista, según datos oficiales. Veintidós de cada 100 pesos del presupuesto federal son aportados por Pemex.

En su despacho del piso 44 de la Torre de Pemex en la capital del país, Romero Oropeza (Jalapa, Tabasco, 64 años), director desde el inicio de la administración, pasa revista a la situación de la compañía y de la estrategia seguida en las áreas de producción, refinación, abasto de combustible y manejo de la deuda y ofrece unas pinceladas de la manera en que los tres secretarios de Hacienda que ha habido en este gobierno se han relacionado con la petrolera.

Al inicio del gobierno, en diciembre de 2018, Pemex se hallaba en una situación “verdaderamente crítica”, expone. La producción de petróleo, que llegó a ser de 3.4 millones de barriles diarios en 2004, se había reducido a la mitad, 1.7 millones de barriles al día, en 2018. “Eso es gravísimo para una petrolera”, apunta. En ese mismo periodo, la reserva de crudo disminuyó de 14 mil millones de barriles a 7 mil millones. Tal declive volvió “endeble” a la empresa porque se debe reponer lo que se extrae, añade. En el tema de la refinación ocurrió algo similar: Las seis refinerías del país (Caderey-ta, Madero, Minatitlán, Salamanca, Tula y Salina Cruz) procesaban poco menos de 500 mil barriles de crudo en 2018, cuando 15 años antes el volumen fue de un millón 300 mil barriles diarios.

Y, en el aspecto financiero, la deuda de la empresa se duplicó en el gobierno del ex presidente Enrique Peña Nieto, al pasar del equivalente a un billón de pesos a 2.2 billones de pesos. “Podemos hablar de muchos indicadores más, pero creo que es suficiente para ejemplificar la situación en la que encontramos a Pemex”, expresa Romero Oropeza.

Están los temas de corrupción.

–El robo de combustible o huachicol. En 2018 se robaban 56 mil barriles diarios de gasolina, en promedio, que equivalen a 8.9 millones de litros al día. Hubo días en que se robaron 120 mil barriles (19 millones de litros). Era una sangría brutal para la empresa y las finanzas del Estado.

Habla también de algunos contratos denunciados por el actual gobierno desde 2019. Había uno, recuerda, con Braskem (filial de la brasileña Odebrecht) para abastecer etano a la planta Etileno XXI, en Veracruz, que operaba en sociedad con la mexicana Idesa. Pemex se comprometía vender a la empresa privada a un precio menor al de mercado, además de regalarle el flete y aceptar, si no cumplía la meta de suministro, pagar una indemnización equivalente a 200 por ciento del precio de la materia prima. “Era un acto evidente de corrupción, que enfrentamos en el primer año de la administración”.

Cuenta también de un ducto que iba de Poza Rica a un punto cercano a la refinería de Tula, Hidalgo. Pemex pagaba a la empresa que lo construyó 100 millones de pesos mensuales, “religiosamente, mes con mes, como ir a la iglesia los domingos”. Recuerda: “Cuando pregunté para qué se utilizaba ese ducto, me respondieron que ‘para nada’. Pregunté qué se transportaba antes. Fue la misma respuesta: ‘nada’. Se construyó porque se pensó que habría un desarrollo de gas en Poza Rica, Veracruz, y ese ducto serviría para transportarlo al centro del país. Le pidieron a una empresa que hiciera el ducto y le estuvieron pagando por cinco años, sin que transportara nada”.

Expone que además de ese tipo de contratos, otra práctica que, a su juicio, buscó debilitar a Pemex fue renunciar a que la empresa realizara trabajos que estaba en condición de hacer de manera eficiente para transferirlos a particulares. Petróleos Mexicanos, asegura, tiene las instalaciones, los equipos y el personal calificado para hacer los trabajos y se renunció a ello. “Mi enfoque es que fue por corrupción”. Hacer algunos trabajos con recursos propios, revela, tiene un costo equivalente a una quinta parte de lo que, por lo mismo, cobra una firma privada.

“Era una forma de privatizar, de corromper y de dañar a Pemex”, afirma.

Cambio de rumbo

Para revertir la caída en la producción, que se acentuó a mediados de la década pasada con el declive del mega yacimiento de Cantarell, en el Golfo de México (que llegó a aportar 8 de cada 10 barriles extraídos en México), Pemex volcó su estrategia en la explotación de aguas someras y pozos terrestres, sobre todo en Tabasco y el sur de Veracruz, relata Romero Oropeza.

“Era un secreto a voces que el crudo estaba en aguas someras y en tierra. Incluso en Pemex lo sabían desde el gobierno pasado. Por eso cuestionábamos la idea de ir a buscar producción en aguas profundas. ¿Qué sentido tiene enterrar el dinero en aguas profundas, donde cuesta mucho tiempo y dinero? Y durante 12 o 15 años la exploración de Pemex se dirigió a las aguas profundas” del Golfo de México y se dejó de explorar en tierra y aguas someras, añade.

Para valorar una y otra estrategias, recuerda que, hasta ahora, “no se ha sacado un barril de aceite de aguas profundas”. En esta administración, la petrolera ha trabajado en el desarrollo de tres campos: Quesqui, en Tabasco, con un potencial de entre 8 mil y 10 mil barriles diarios; Tupilco (Tabasco), de 23 mil barriles por día, e Ixachi (Veracruz), con 2 mil barriles diarios de petróleo crudo equivalente.

Aun con el incremento en la capacidad de Pemex, las metas de producción de la empresa se han ido modificando a lo largo de los últimos cuatro años. Octavio Romero explica que Pemex tiene una de las tasas exploratorias más altas del mundo: de cada 100 pozos explorados, en 57 tienen éxito económico. Pero al mismo tiempo, grandes campos, como Cantarell o Ku-Maloob-Zaap, también en la Sonda de Campeche, tienen un acusado declive en su producción “que ya no se puede parar”.

La nueva producción de Pemex ha servido para compensar la declinación de algunos campos, que es del orden de mil 300 barriles diarios, casi medio millón de barriles por año, menciona. “Hemos compensado esa caída y al mismo tiempo elevado en más de 200 mil barriles por día la producción, respecto del nivel de finales de 2018. Nos hemos puesto un tope de 2 millones de barriles diarios de producción al término de este gobierno, que nos va a servir para procesar nuestro propio crudo, gasolinas, diésel y turbosina y evitar la importación de esos combustibles.