La Policía militar estadounidense empezó a almacenar municiones e intentó hacerse con dos controvertidas armas de control de multitudes para usarlas contra los manifestantes durante las protestas en la plaza Lafayette de Washington en junio, reveló en un testimonio jurado ante un comité del Congreso de EE.UU. el mayor de la Guardia Nacional Adam DeMarco.

Según DeMarco, las fuerzas federales intentaron obtener un dispositivo acústico denominado LRAD, que se puede usar para realizar anuncios o como arma sónica, así como con una polémica arma llamada ‘Active Denial System’, o ADS, que envía ondas electromagnéticas que calientan la piel de las víctimas provocando una dolorosa sensación de ardor. Previamente, se había planteado el uso de esta arma en Irak y en la frontera con México, pero la idea fue rechazada por motivos éticos y humanitarios. Según se desprende del testimonio, las autoridades no pudieron hacerse con ninguno de estos dispositivos.

Por otro lado, un arsenal de carabinas M4 y unos 7.000 cartuchos de 5,56 mm y 7,62 mm fueron transferidos a la Armería de Washington durante las protestas, asegura DeMarco.

El denunciante ya testificó a finales de julio ante el Comité de Recursos Naturales de la Cámara de Representantes, que investiga el uso de la fuerza contra la multitud concentrada en la plaza Lafayette el 1 de junio, cuando los agentes despejaron con gases lacrimógenos y balas de goma a manifestantes pacíficos que protestaban por la muerte de George Floyd. La operación fue seguida por una polémica sesión de fotos de Trump con altos funcionarios militares en la cercana iglesia de San Juan.