Todo está bajo control. El COVID-19 llegó de improviso y golpeó en lo económico, lo social y lo emocional. En el sector escolar ni en el resto de la sociedad nadie estaba preparado. Sin embargo, los maestros y el distrito escolar, poniendo lo mejor que pueden están sacando adelante las clases en línea y cada vez de la mejor manera, pese a carencia de recursos y al impacto que ha generado, sobre todo en buena cantidad de padres, quienes han perdido empleo. Condiciones difíciles que redundan en el aprovechamiento de los estudiantes.

Juan Ramírez, vicepresidente del Sindicato de Maestros de Los Angeles, así lo establece durante una entrevista con La Educación. Y resalta que los avances logrados para asumir esta realidad impensada se han logrado por la voluntad de todos, por su sentimiento profundamente humano, por la flexibilidad, y por la alta consideración con los más vulnerables, con los que día a día son castigados por el círculo de la pobreza, que ahora se ha agudizado. Por eso, recalcó, el sentido social de las acciones y decisiones del sindicato magisterial y de LAUSD, siglas en inglés del Distrito Escolar Unificado de Los Angeles.

Ramírez y el representante de este medio hablaron, cada quién en sus moradas, como consecuencia de “un encierro forzado pero necesario”, como lo describió el dirigente. Empezó diciendo que admira a los mentores porque “hacen lo mejor que pueden” ya que -por razones de todos conocidas- la pandemia fue tan abrupta que no dio tiempo para preparar nada. Y destaca que el gremio de docentes estaba preparado para saber lo qué hacer en caso de un terremoto, de un incendio, de una balacera, “pero no para algo que nos iba a impactar de esta forma”.

Sin embargo, agrega, “ahí la llevamos lentamente”. LAUSD, de manera paciente ha capacitado a profesores, entre los que hay los diestros en el manejo tecnológico y otros no tan avezados en esa disciplina. Ese es, agrega, el reto: que todos estén en el mismo nivel.

Los maestros, recalca, como humanos tienen familia y necesidades que atender, que le preocupan, lo mismo que sus alumnos. No son las mismas condiciones que en la normalidad en un salón de clase.  Sin embargo, recalca, cada uno hace su mejor esfuerzo. Y cumplen, la libran lo mejor que pueden.

En este pasaje histórico atípico, aún es incierto el grado de aprovechamiento de los alumnos con su instrucción en línea, porque -insiste- “nadie ha vivido esta experiencia”. No hay pleno control de cuántos alumnos de los más de 600 mil del distrito escolar participan en esas actividades académicas y cuántos no, así como el grado de aprovechamiento.

GOLPE A LOS POBRES

En este punto, destaca un elemento fundamental: la pobreza como factor que incide en mejoras educacionales. Hay hogares sin computadora ni acceso a internet. El sindicato de docentes (UTLA, siglas en inglés) vigila y demanda al distrito para que proporcione esos equipos y servicio a los padres necesitados. En este momento, ese suministro está enfocado a los alumnos de secundaria y en mayo a los de primaria.

En dirigente enfatiza que hay padres con severos problemas económicos porque perdieron sus empleos y los atosiga el pensar en la manera que van a pagar su renta y afrontar sus gastos. Y piensan en el futuro inmediato: cómo van a estar mañana o el mes siguiente. El gobierno ayuda, pero ¿qué pasa con los indocumentados? , no van a recibir el mismo apoyo. Los niños sienten la situación y, en consecuencia, les afecta el aprendizaje.

Pondera, por ello, la orientación de servicio a la comunidad del distrito escolar, que ya ha repartido más de cinco millones de alimentos a alumnos, sus familias, miembros de la comunidad y a menesterosos. En los 63 centros distribuidores a nadie le preguntan para darle una bolsa de comida. El mismo Superintendente de LAUSD, Austin Beutner, ha dicho que reparten más raciones alimenticias que cualquier banco de comida del país.

Ramírez entonces afirma que la ciudad y el condado angelino y el gobierno estatal deben tomar en cuenta esta situación, porque va a ser tal la demanda de comida que LAUSD no va poder mantener ese ingente programa, que revela el grado de necesidad de los pobres.

Ha transcurrido ya poco menos de un mes con la nueva manera de enseñar por línea y con el reparto de comida, que han generado fuertes gastos. “ Y ¿después qué va a pasar?, se pregunta. Se regresará al salón de clase y habrá otros gastos en una economía de LAUSD en problemas.

“Después de esto no sabemos cómo nos va a afectar. Se gasta mucho dinero. Puede venir una situación adversa. Ojalá y no. Se pensaría en recortes de recursos de maestros, de otros empleados, lo que dañaría a todos, a policías, a trabajadores del condado”, dijo.

Y puso de relieve que las limitaciones que ahora se acreditan en la adquisición de equipo necesario para atender la emergencia de la pandemia es consecuencia de recortes presupuestales.

Por ello, llamó a los votantes a sufragar en las elecciones de noviembre por la iniciativa Escuelas y Comunidades  Primero que generaría 12 mil millones de dólares para servicios sociales, de los cuales un 40% -unos cinco mil millones- se destinarían a la educación. “No es la respuesta a todo, pero una gran ayuda para las carencias que estamos viviendo”, enfatizó.

Por eso, afirmó que hoy más que nunca es necesaria la unidad de todos los que integran el sector educativo para enfrentar la situación y salir lo mejor librados posible.

Ramírez pone de relieve que hay que aprender de esta crisis para tener mejores herramientas para enfrentar el futuro.

El sindicato magisterial, por su parte, también trabaja diferente. Los dirigentes hacen conferencias en video, se comunican con sus casi 35 mil miembros, tienen claro el pulso de la situación y negocian con el distrito escolar sobre las circunstancias del momento histórico y reiteran en la necesidad de permanecer unidos.

Este es el video de la entrevista al vicepresidente Ramírez:

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