El estudio se hizo con datos del Orbitador de Reconocimiento Lunar de la NASA para evaluar una gama de posibles tamaños de trampas frías, las cuales podrían ser mucho más comunes en la superficie de la Luna de lo sugerido en investigaciones anteriores.El equipo usó también herramientas matemáticas para recrear cómo podría ser la superficie lunar a muy pequeña escala y la respuesta es que sería “un poco como una pelota de golf”, repleta de pequeños hoyos.

Esta imagen destaca el cráter Clavius de la Luna, con una ilustración que representa el agua atrapada en el suelo lunar allí, junto con una imagen del Observatorio Estratosférico de Astronomía Infrarroja de la NASA que encontró agua en una zona del suelo lunar iluminada por el Sol. Foto: NASA

El estudio indica que las “micro” trampas frías, en ocasiones de un tamaño no superior a un céntimo de euro, son cientos o miles de veces más numerosas que las de mayor tamaño, que pueden tener varios kilómetros, y se pueden encontrar en ambos polos.

Los autores sugieren que aproximadamente 40 mil metros cuadrados de la superficie lunar tiene la capacidad de atrapar agua, cuya presencia puede tener implicaciones para futuras misiones lunares que tengan como objetivo el acceso a estos potenciales depósitos de hielo.

“Si estamos en lo cierto -consideró Hayne-, el agua va a ser más accesible”, teniendo en mente, en un futuro, el posible establecimiento de bases lunares.

La existencia en la Luna de agua que potencialmente se pueda usar es una perspectiva “muy interesante” y “emocionante”, destaca Ribas, aunque el tiempo dirá si se puede utilizar para ayudar a futuras bases lunares.