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Videos: Uno de cada 10 franceses ha sido víctima de incesto, según encuesta

February 11, 2021

France 24

Según una encuesta de Ipsos, una de cada 10 personas en Francia afirma haber sido víctima de incesto, eso representa unos 6,7 millones de franceses. Este flagelo ha tomado mayor prominencia tras la revelación del caso de Olivier Duhamel, un destacado politólogo francés investigado por haber abusado de su hijastro cuando este tenía 14 años. La vergüenza y el miedo a empañar el apellido son algunos de los factores que perpetúan este ciclo de abusos, secretismo y negación.

El terremoto que provocó la publicación del libro ‘La Familia Grande’, por Camille Kouchner, hija de Bernard Kouchner, ministro del presidente François Mitterrand en los años 80, abrió la ‘caja de Pandora’ del incesto en Francia, un tema que sigue siendo tabú en la sociedad gala.

El texto, publicado en enero, cuenta los abusos sexuales que sufrió el hermano gemelo de Kourchner a los 14 años por parte de su padrastro, Olivier Duhamel, importante constitucionalista y politólogo francés.

Antes de la polémica, Duhamel presidía la Fundación Nacional de Ciencias Políticas (FNSP), que financia el prestigioso Instituto de Ciencias políticas de París (Sciences Po) y el club Le Siècle; además de presentar el programa ‘Médiapolis’ en la Radio Europa 1. Tras las acusaciones en su contra renunció a todos estos puestos.

Desde noviembre de 2020 el tema del incesto venía insertándose en el debate público, luego de que la empresa de sondeos Ipsos Consulting publicara una encuesta según la cual uno de cada diez franceses reconocía haber sido víctima de incesto en Francia.

El caso Duhamel abrió el debate sobre el tema, especialmente en la red social Twitter donde surgió la etiqueta #MeTooInceste. Más de 80.000 personas, en pocos días, contaron las agresiones que vivieron en su infancia y adolescencia en su propio entorno familiar.

Esta controversia dejó en evidencia, además, que en Francia no existe una “edad de consentimiento” para las relaciones sexuales, sino solo una mayoría sexual que está fijada en 15 años. Antes, la víctima debe probar que no fue una relación consentida.

El Senado francés adoptó el pasado 21 de enero en primera lectura un proyecto de ley para crear un nuevo delito sexual que proteja a los menores de 13 años. El texto busca que se establezca en la ley “una nueva prohibición: la de cualquier relación sexual con un menor de 13 años”, sin cuestionar el tema del consentimiento, explicó al diario ‘Le Monde’ la autora del proyecto de ley, Annick Billon, del partido de centro UDI.

El proyecto también prevé el fortalecimiento de la protección de los jóvenes de 13 a 15 años, pero las asociaciones de protección infantil consideran insuficiente el umbral de 13 años para el establecimiento del no consentimiento y presionan para que se aumente a 15 años.

La polémica surgió nuevamente en las redes sociales, donde personalidades y ciudadanos publicaron bajo la etiqueta #consentement13ans fotos propias a la edad de 13 años con la frase: “¿Tengo cara de consentir una relación sexual?”.

El texto toca otro punto delicado: la prescripción. El proyecto equipara el plazo con el de la violación, es decir, 30 años desde la fecha de la mayoría de edad de la víctima. El Senado se opuso a las enmiendas destinadas a hacer esos delitos imprescriptibles o incluso a ampliar el plazo.

La Justicia en deuda

Sin embargo, si la palabra se libera, el número de denuncias presentadas dista mucho de reflejar la magnitud del fenómeno.

En 2018, 7.260 denuncias por violencia sexual intrafamiliar (más de un tercio de las denuncias por violencia sexual) fueron registradas por los servicios de Policía y Gendarmería, según datos del servicio de estadísticas del Ministerio del Interior (SSMSI). En el 80 % de los casos las víctimas fueron niñas.

“10 % de las víctimas denuncia y 10 % de esas demandas llevan a una condena por violación, lo que quiere decir que un 1 % de las víctimas ve traducida su demanda en una condena por violación”, explicó a France 24 la abogada Agathe Morel, especializada en infancia.

Las víctimas no son bien recibidas cuando denuncian

Según la legista, lo que desanima a las víctimas a denunciar, sin embargo, no es ese poco éxito judicial sino “la vergüenza, el hecho de romper una familia, hablar y ser rechazado por esa familia que está desintegrándose”.

“Las víctimas no son bien recibidas cuando denuncian, llegan a la comisaría y quizás hay cinco personas en una oficina, circulando. No hay intimidad y tienen que explicar su violación. La persona se pone tensa porque seguramente ha esperado algún tiempo antes de denunciar y le van a preguntar por qué no lo hizo antes. Además, los tiempos de los procedimientos son muy poco estimulantes: tengo una cliente que denunció hace seis años a su tío y todavía está en la investigación preliminar. Mientras, el sujeto ya fue condenado por violación a 12 años de cárcel por haber abusado a sus propios hijos”, concluye.

Se destapan otras denuncias

El caso Duhamel demostró que el incesto en Francia no distingue de clases sociales. Tras la publicación de ‘La Familia Grande’, un diputado oficialista, Bruno Questel, habló abiertamente en un programa de televisión sobre una violación de la que fue víctima.

Este martes 9 de enero, el director de Sciences Po, Frédéric Mion, tuvo que renunciar por estar al tanto del caso Duhamel y no haber hecho nada, como tampoco lo hizo con otras denuncias de abusos sexuales en la institución que dirige.

El actor Richard Berry fue acusado de abusos sexuales por una de sus hijas, aunque el comediante desmintió la información.

Asimismo, el productor de TV Gérard Louvin y su esposo fueron acusados por un sobrino de abuso sexual cuando era menor. Otras cuatro personas también habrían realizado acusaciones contra esta pareja.