Washington.

El sudeste de Estados Unidos lucha hoy contra las inundaciones provocadas por Florence, actualmente una depresión tropical sobre Carolina del Sur, que dejó hasta ahora 17 muertos según medios locales.

Las fuertes lluvias podrían causar inundaciones repentinas y se pronostica que las grandes inundaciones fluviales continuarán a pesar de que la tormenta sigue debilitándose, anticiparon esta mañana meteorólogos.

El centro de la tormenta se ubicaba a 40 kilómetros al sur-sureste De Greenville, Carolina del Sur, con vientos de 55 kilómetros por hora, según el último parte de las 21:00 GMT.

La ciudad de Fayetteville, en Carolina del Norte, a unos 150 kilómetros de la costa, reportaba inundaciones este domingo. Su alcalde, Mitch Colvin, declaró: “Aún tenemos lo peor por delante”.

La tormenta tocó tierra el viernes por la mañana en Estados Unidos como huracán de categoría 1 al ingresar por Carolina del Norte, pero luego sus vientos se redujeron drásticamente.

El mayor problema que presenta, sin embargo, no es la fuerza de los vientos, sino la gran cantidad de agua que arrastró a la costa. El siniestro avanzaba a una velocidad mínima de ocho kilómetros por hora este día, según el Centro Nacional de Huracanes (CNH). Esto significa que la región está expuesta a fuertes lluvias durante mucho tiempo.

Entre otras consecuencias que ha dejado a su paso Florence, se registraron caídas de árboles, así como daños en casas y postes de electricidad. Según las autoridades, actualmente hay casi un millón de personas sin electricidad. El proveedor regional Duke Energy llegó a tener más de diez mil trabajadores calificados para restablecer el suministro de energía.

En muchos lugares los expertos recién podrán operar cuando retrocedan las inundaciones.

Las autoridades hicieron un llamado a miles de personas a lo largo de la costa suroriental a que tomen precauciones contra el ciclón, buscando refugio en el interior de sus casas, con amigos, familiares, hoteles o en lugares especiales para emergencia.

No todos respondieron al llamado y mucha gente permaneció en campamentos provisionales habilitados especialmente para la ocasión, como distintas escuelas. El presidente estadunidense Donald Trump tiene previsto viajar la semana próxima a la región para hacer un cuadro de la situación.

Aún no hay una fecha establecida para el viaje.