La Educación

Al Servicio del Pueblo Latino de California

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Abriendo camino

May 9, 2022 - por

Monterrey, N.L.

¿Qué se puede escribir sobre el día de las madres que no sea ya un cliché? Creo que lo único que resta es, simplemente, la vivencia particular de un miembro de la generación que ya empezamos a tener hijos en edad adulta, y algunos ya hasta son abuelos.
Porque recuerdo no hace mucho (pareciera que fue ayer), donde todas mis compañeras de generación, ya fuera en la escuela o en el trabajo, juraban o perjuraban que nunca, pero nunca, iban a ser madres. Igual, los hombres tampoco teníamos prisa por iniciarnos en el arte y la ciencia de la paternidad.
Pero si hay una generación que se vio influenciada por el cine, es la mía. Y recibimos un mensaje muy directo de la película menos esperada como para dar un mensaje sobre paternidad: Parque Jurásico. Porque en dicha película, el personaje del científico matemático Ian Malcom (interpretado por Jeff Goldblum), dijo una frase que se volvió icónica: “La vida siempre se abre camino. Siempre”.
Y, unos cuantos años después, aquí estamos, repitiendo las celebraciones. Primero del día de las madres, y, en unas semanas más, la del día del padre.
Pero ¿fuimos buenas madres y buenos padres? Solo el futuro lo dirá. En el cotidiano trajinar, nunca fuimos para medir nuestros logros. Lo que sí, es que muchos que juramos que no íbamos a repetir errores, lo hicimos. Empezando por rendir culto a una institución, la maternidad, cuyo primer enunciado si tuviese una constitución normativa sería el siguiente: “Porque lo digo yo, que soy tu madre”. No tiene caso poner todas las “normativas” de dicha institución, porque de nuevo, sería un cliché. Pero nadie podrá negar que existe un axioma con el cual nos advirtieron, y que hemos utilizado ahora en mi generación, y es el siguiente: “Cuando seas madre (o padre) lo entenderás”.
Y, seamos realistas: es cierto. No comprendimos muchas cosas hasta que fuimos madres (o padres). El temor a que esas advertencias se volvieran ciertas, y demostraran (otra vez), que nuestras madres (y padres) tenían razón, provocó una animadversión inconsciente en muchos. Pero, al final, la naturaleza manda. Y la mayoría, terminamos con hijos. Como dirían nuestras madres: “Es ley de vida”. Claro, porque al final, es la vida misma.
Hoy, veo a muchas compañeras y compañeros preocupados por las tendencias modernas, donde se estimula a formar “tribus” en lugar de familias, y a tener mascotas en lugar de hijos. Y no pocas compañeras se sobresaltan cuando escuchan una frase que, repito, no hace mucho ellas decían también: “Es que no quiero ser madre”.
Pero ¿están los muchachos descubriendo “el hilo negro”? No lo creo. No hay nada nuevo bajo el sol.
¿Mascotas cómo hijos? ¿Ya olvidamos “La noche de las narices frías”? Pongo y Perdita se encargaron de que sus respectivos “papás”, Anita Y Roger Dearly, se conocieran en un parque. Y de ese encuentro salió un matrimonio, y un hijo. Así que ver a solteros o solteras (o parejas jóvenes) con una mascota a la cual tratan como a un hijo, no es algo nuevo.
¿Tribus? Por favor, una madre con 3 hijas y un padre con 3 hijos, los cuales perdieron a su pareja previa, unirse y formar una familia poco tradicional, solo fue el aviso de lo que el futuro deparaba. Culpar a “la tribu Brady” de la “descomposición” de la familia tradicional, sería muy reduccionista. ¿Adelantados a su época? Es posible. Pero en una época donde la familia tradicional ya no es considerada el pilar de la sociedad, y se “fomentan” otro tipo de estructuras celulares de la sociedad, no podemos decir que no sabíamos que eso iba a ocurrir.
Nosotros mismos, tuvimos un pavor espantoso a crecer. Recordemos una de las frases más memorables de la película “El club de los cinco”: “Vamos a ser como nuestros padres… Cuando llegas a mayor se te muere el corazón”.
Pues no. No se nos murió el corazón. Nos aventuramos a la maternidad, a la paternidad, así como tomamos otras muchas aventuras, en la aventura principal llamada vida. Y hoy, tenemos las preocupaciones que tuvieron nuestros padres en su momento, y la pregunta que sobresale sobre cualquier pregunta: “¿Hicimos un buen trabajo?”
No lo sabemos. Solo el tiempo lo dirá. Pero, no se preocupen. Si ya son abuelos, ahí tienen su respuesta. Si aún no lo son, ya lo serán. Después de todo, nunca olviden esa sentencia de un científico: “La vida siempre se abre camino”. Lo hizo con nuestros abuelos, lo hizo con nuestros padres, lo hizo con nosotros, y mañana empiezan los festejos sobre el particular.
Y, en el momento menos pensado, recibirán un mensaje, o una llamada, con una frase que todos, en algún momento, juraron que nunca les iban a decir a sus padres: “¡Van a ser abuelos!”. Solo es cuestión de paciencia, y dejar que la vida se haga cargo.
Mientras: ¡Que inicien los festejos!