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AMLO y la derecha desquiciada

April 6, 2024 - por

AMLO y la derecha desquiciada

Monterrey, N.L. 

A veces, no sé si AMLO lo hace en forma intencionada o simplemente tiene un ángel guardián inmenso. Porque el último zipizape con Ecuador ha provocado una reacción interesante.
Solo los más recalcitrantes, viscerales y anencefálicos detractores del presidente López Obrador, han aplaudido la medida realizada por el presidente de Ecuador. Otros, de la talla de Carlos Loret y Roy Campos, han tenido que aceptar que Ecuador cometió un muy grave error. Un error que se puede traducir en una frase muy mexicana: “AMLO chamaqueó al presidente de Ecuador”. Porque nada une más a un pueblo que tener un enemigo común, que ponga en riesgo, o humille, a la patria de donde se es originario. Es una ley de la sociología y de la antropología básica.
En este momento, el presidente de Ecuador violó la ley internacional, y eso tendrá consecuencias, le guste o no a muchos.
Y creo que ese es el secreto de AMLO: desquiciar a la derecha, para que cometan errores. Y lo hace de una forma muy simple: haciendo que muestren su verdadera esencia, vamos, los obliga a quitarse las máscaras.
Simplemente, aquí en México, dio a “entender” que la candidata que podía poner en un “predicamento” a la 4T, era Xóchitl Gálvez. E hizo que mostrarán como, prácticamente, hicieron un “dedazo” donde eliminaron a otros fuertes (y mejores) contendientes, para que Gálvez fuera la “elegida”. Después, solo fue “soltarle la cuerda” a Xóchitl, y lo demás es de todos conocido. En este momento, se tienen dudas de la forma en la cual hizo su fortuna, se tienen dudas de sus verdaderas propiedades, se tienen dudas de su estado civil, se tienen dudas hasta de la paternidad de su hija; y, en síntesis, se tienen dudas de que realmente haya sido la “mejor” opción de la oposición para enfrentar a alguien como Claudia Sheinbaum. Como dijo Damián Alcázar: “No se puede confiar en una candidata que tiene una hermana presa por secuestro, y un hijo que desprecia a la clase trabajadora”. Palabras más, palabras menos.
Con el otro que ha tenido “roces”, Javier Milei, pareciera que AMLO lo atosiga para que muestre y aplique todo su “proyecto” de nación en la Argentina. El resultado, es que dicho país es actualmente la nación con la inflación más alta del planeta, y casi dos terceras partes de los argentinos se encuentran en situación de pobreza.
Aún así, según una encuesta internacional (Morning Consult); Milei es más “popular” que AMLO, teniendo el primero un 66% de aceptación entre su pueblo, contra un 63% de aceptación por parte del pueblo mexicano hacia AMLO. En fin: si los argentinos son felices siendo pobres y con una inflación galopante ¿cómo se puede discutir ante esa actitud? Imposible.
Pero, mientras, el resto de los países ven lo que ocurre, y toman nota. Y los mandatarios, también. Porque saben que caer en un “garlito” de AMLO, un supremo ajedrecista, suele dejarlos en ridículo. O hasta hacer que terminen violando flagrantemente la ley. Si no me creen, cuestión de ver la forma en la cual actúa el poder judicial mexicano, para tratar de “contrarrestar” las políticas de AMLO.
Y es que esto es simple: AMLO demostró las falacias del neoliberalismo, y confirmó que sólo es un perverso sistema que permite el enriquecimiento de unos cuantos, en perjuicio de la mayoría. Demostró que se pueden aplicar políticas económicas, sociales y de muchos otros tipos, que permitan el crecimiento económico de la mayoría, sin requerir endeudarse o teniendo inflaciones galopantes. Demostró que se pueden hacer negocios, cuidando la soberanía. Y demostró que el precepto de “primero los pobres, por el bien de todos”, es más real que el precepto neoliberal de “si les va bien a los de arriba, por desbordamiento, algo llegará a los de abajo”. Así que tesis, dogmas académicos y hasta planes de estudio, los mandó al carajo al demostrar, en la práctica, su inviabilidad. Lo anterior, es algo que muchos, pero muchos, no le van a perdonar.
Mientras, solo algunos que demuestran tener cerebro, y lo utilizan (como Loret, así sea en forma perversa), toman en su verdadera dimensión el “favor” que el presidente de Ecuador le hizo a AMLO, y saben que eso le va a pasar factura no solo a la derecha mexicana, sino a toda la derecha internacional.
El que se enoja, pierde. Y AMLO se volvió un maestro en desquiciar a sus oponentes, y hacer que actúen en forma visceral. Obvio, van a seguir perdiendo