A la cárcel de por vida fue sentenciado un agente de Inmigración y Control de Aduanas, de 48 años de Riverside, por agredir sexualmente a dos mujeres.

John Jacob Olivas fue condenado en diciembre por tres cargos de privación de derechos bajo apariencia de ley.

Durante una audiencia en el Tribunal de Distrito  en Riverside, el juez Jesús Bernal impuso la sentencia solicitada por la Oficina del Fiscal de los Estados Unidos.

“Olivas es un depredador sexual, que deliberadamente abusó de su poder como agente federal para atormentar a sus víctimas, causándoles dolor físico, emocional y psicológico”, dijo el fiscal federal Martin Estrada.

Dijo:

“Aquellos que abusan de su poder como funcionarios públicos deben rendir cuentas”.

“Esperamos -agregó- que la sentencia impuesta en este caso de derechos civiles alivie la angustia de las víctimas y les recuerde a los posibles infractores que existe una pena severa para los funcionarios encargados de hacer cumplir la ley que violen su promesa de hacer cumplir y defender la ley”.

Olivas fue acusado en 2018 luego de una investigación que comenzó tres años antes.

Olivas fue agente de ICE desde 2007 hasta su renuncia en 2015, y trabajó la mayor parte de ese tiempo en Investigaciones de Seguridad Nacional, según la Oficina del Fiscal Federal.

Según la acusación, Olivas agredió e intentó violar a una mujer en enero de 2012 y le dijo durante el encuentro que “la policía no respondería” a las acusaciones que ella pudiera hacer contra él debido a su condición de agente federal del orden público.

Olivas afirmó además que estaba “por encima de un policía”, “intocable” e “invisible” para la policía debido a su posición como agente federal, según la fiscalía.

Olivas le dijo a la víctima que podía hacer arreglos para que los trabajadores de bienestar infantil tomaran la custodia de sus hijos si ella intentaba informar sobre él.

Olivas violó a una segunda mujer en septiembre de 2012 y nuevamente en noviembre de ese año.

La víctima testificó que “Olivas dejó en claro… que la policía no respondería a ningún informe que ella pudiera hacer sobre los ataques de él, lo que hizo que la víctima creyera que era ‘invencible’ para el sistema de justicia penal”, dijo la Oficina del Fiscal Federal.

Según el testigo, el entonces representante de la ley le apuntó con su arma antes de atacarla.

Olivas le dijo a la víctima en ambas ocasiones que no ganaría nada yendo a la policía porque creerían cualquier cosa que les dijera y rechazarían sus afirmaciones.

Los fiscales escribieron en documentos judiciales que ambas mujeres se sentían desesperanzadas ante el “comportamiento violento, creciente, controlador e intimidatorio del acusado, que incluía su repetida exhibición de credenciales (de Seguridad Nacional) y la afirmación de que estaba por encima de la ley”.

En el momento de su arresto, los agentes del FBI creían que el acusado podría haber abusado de  otras mujeres. Pero nadie más que los dos lo acusaron.