Monterrey, NL.

A muchos no les gustan mis análisis cuando toca una tecla sensible para ellos, y creo que esta tecla va a tocar muchas fibras muy sensibles. Si fuera el caso, les sugiero mejor no seguir leyendo.
Ya avisados, vamos a recordar algo de Historia. El primer cisma del cristianismo no ocurrió ya en tiempos de la formación de la Iglesia católica. Fue mucho antes, en tiempos de Saulo de Tarso, cuando invitó a los “gentiles”, esto es, a los extranjeros sin circuncidar, a abrazar la nueva fe; desplazando a los judíos, circuncidados, que siguieron originalmente al Mesías. Toda proporción guardada, creo que a los militantes originales de MORENA nos ocurrió lo mismo, siendo Mario Delgado el Paulo de Tarso de nosotros. Claro, también debemos de recordar en lo que terminó la Iglesia: llena de lujos, apoyando dictaduras, persiguiendo científicos, permitiendo masacres y terminando en pederastia. Y eso no solo en forma reciente. Cuestión de revisar la historia del Papado, sobre todo en el Renacimiento.
Pero ya que mencioné a la Iglesia católica, hay algunos autores que dicen que el Imperio romano no desapareció. Afirman, que se transformó en dicha iglesia, la cual absorbió a la burocracia imperial. De nuevo, toda proporción guardada, creo que podemos afirmar lo mismo con el PRI y con Morena, siendo ésta última absorbida por la burocracia de la primera.
Voy a hacer una analogía muy simple, pero me va a servir para hacerme entender. Supongamos que un grupo de guerreros ayudamos a construir una fortaleza para luchar contra el mal. Un verdadero “castillo de la pureza”. Ladrillo a ladrillo, detalle a detalle, pero nos quedó una obra soberbia, siguiendo los dictados del señor feudal que nos dirigía.
Pero resulta que este señor feudal es elegido rey, y cede el castillo a otro grupo al cual consideró dignos de tal encargo. Muchos desconfiamos de los nuevos dueños del castillo, pero acatamos órdenes, como buenos guerreros.
De pronto, percibimos que el castillo puede y va a ser tomado por una horda invasora de bárbaros, crueles e infames, señores de “horca y cuchillo”. Así que cada uno se prepara en su atalaya para defender el castillo, sabiendo que vamos a ser sobre pasados, pero dispuestos a entregar hasta el alma en la faena.
Solo que resulta que los nuevos señores del castillo bajan el puente, levantan el rastrillo, y les abren las puertas a las hordas, con lo cual simplemente no puedes hacer nada, pero absolutamente nada para defender el castillo. No solo eso, sino que los nuevos señores del castillo reciben a dichas hordas con los brazos abiertos. Creo que no tengo que decirles cuál sería ese castillo en la vida real, y quienes somos esos guerreros.
Solo que yo veo un problema muy grave en lo anterior. López (sí, ya no es AMLO, ahora solo es “López”), espera ser recordado como el presidente que hizo grandes obras y manejó la macroeconomía de manera que pudiéramos sortear la peor crisis de los últimos tiempos. Pero por desgracia, eso no va a ser así. LÓPEZ VA A SER RECORDADO POR NO SOLO RESUCITAR, SINO HASTA PERFECCIONAR, EL VOTO CORPORATIVO. ESE QUE TANTO CRITICÓ Y CENSURÓ EN GOBIERNOS PASADOS.
Porque con un solo voto coaccionado hacia la población más vulnerable, los pobres de la 3ª edad y los discapacitados, se pierde toda legitimidad en una elección. Y, por desgracia, resulta que hay muchas denuncias de que los actuales consejeros de MORENA llegaron gracias a esa práctica: el voto coaccionado a beneficiarios de programas sociales. Porque el común denominador de la gran mayoría de los elegidos para ser consejeros es precisamente, algún tipo de relación con la secretaría del “bienestar” (así, con minúscula, y entrecomillado).
López no requirió eso para llegar a la presidencia, pero parece que alguien lo convenció de que los que quieran continuar su “obra” no iban a poder con el paquete solos (o solas), y requieren de ese tipo de “apoyo” en las elecciones futuras. Solo que al utilizar ese tipo de “apoyo”, se va a perder toda legitimidad, con lo cual se va a perder margen de maniobra en lo político.
¿Qué significa lo anterior? Que el sucesor o sucesora de López, ante esa falta de legitimidad, lo va a culpar a él ante el primer tropiezo político-económico-social que presente en el nuevo sexenio, con tal de poder “evadir el bulto”. Por lo mismo, eso va a implicar que tenga que plegarse a los dictados de organismos internacionales, los cuales, para variar, van a terminar con prestaciones laborales, van a exigir que se aumenten impuestos, van a exigir que pidamos más deuda, y lo que quieran acumular en la lista ya de todos conocida.
Y no, no se vale decir que “probablemente López no sabía”. Porque en el catecismo, cuando pecas, lo haces de pensamiento, palabra, obra u…omisión. Así de simple. Y tampoco confío mucho en que el voto coaccionado de los beneficiarios de programas sociales fue “un hecho aislado que no se va a repetir”. Porque como dice el refrán: “Perro que come huevo…”.
¿Qué resta? Ante la llegada de estas hordas invasoras bárbaras, a las cuales muchos esperan “civilizar” (como “El Fisgón”), este guerrero decide mejor envainar su espada, poner al hombro su escudo, tomar con una mano su lanza y con la otra la rienda de su corcel (aunque en mi caso, seguramente sería un jamelgo); y enfilar el camino hacia la puesta del sol, regresando a la vida quijotesca y buscando, de nuevo, molinos de viento contra los cuales haya que pelear.
Porque esto no fue un cuento de hadas, y mucho menos, tuvo un final feliz. Porque el castillo de la pureza se convirtió en un verdadero castillo de los horrores.
Y porque, al permitir de una u otra manera López lo anterior, en un futuro no habrá forma de defenderle, como muchos lo hicimos con gran lealtad en el pasado. Lealtad que esas hordas, no tienen, ni conocen.