El presidente Biden impulsa programas para combatir el hambre como pocas veces en Estados Unidos. “Es un cambio profundo”, afirman analistas, para enfrentar un problema atípico: en el país hay 23 millones de adultos y millones de niños hambrientos, de acuerdo al Censo.

La campaña presidencial ha aumentado los cupones de alimentos en más de 1.000 millones de dólares al mes, ha proporcionado a los niños necesitados un dólar al día para los refrigerios, ha ampliado la asignación de productos para mujeres embarazadas y niños y ha autorizado el programa de alimentación de verano infantil más grande de la historia.

El mandatario emitió una orden ejecutiva en enero diciendo a los asistentes que “aborden la creciente crisis del hambre” y más tarde lamentó las líneas de automóviles “media milla cada uno, sólo para conseguir una caja de alimentos”.

La pandemia agudizó los problemas de inseguridad alimentaria que padecían millones y que lacera más a minorías étnicas. “Con el hambre especialmente pronunciada entre los hogares negros y latinos, vital para la coalición demócrata, la administración está enmarcando sus esfuerzos no sólo como respuesta a las necesidades pandémicas, sino como parte de una campaña por la justicia racial”, señaló el diario The New York Times.

Aseguró que al igual que otras políticas que está llevando a cabo la Casa Blanca, incluida una asignación temporal para niños que se espera reduzca la pobreza infantil casi a la mitad, el esfuerzo por reducir el hambre refleja una nueva disposición entre los demócratas a adoptar una identidad como luchadores contra la pobreza que alguna vez temían que alienaría a la clase media.

Indica que además, ambos niños ahora calificarán para un programa llamado Pandemic-EBT, que ofrece vales electrónicos para los comestibles para reemplazar las comidas perdidas durante el cierre de la escuela. (Anteriormente sólo su hijo mayor calificaba.) Y recibirá más dinero para los productos bajo el Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres, Infantes y Niños, o WIC.

En conjunto, la ayuda mensual de los tres programas aumentará a $930 desde $665. Dicho de otra manera, cada persona en el hogar ahora recibirá $10 al día para comer, un aumento del 40 por ciento.

Una encuesta reciente de la Oficina del Censo encontró que sólo durante la semana anterior, el 8.4 por ciento de los adultos dijo que sus hogares “a veces” carecían de suficiente para comer y 2.3 por ciento indicó que “a menudo” lo hacía. Eso se traduce en 23 millones de adultos hambrientos, además de millones de niños.

“Esta crisis ha revelado cuán frágiles son muchas vidas económicas de muchos estadounidenses y también las desigualdades de quién está luchando más”, dijo Stacy Dean, quien está liderando el esfuerzo como alta funcionaria en el Departamento de Agricultura después de una carrera como defensora contra el hambre. “Es una imagen increíblemente dolorosa, y lo es aún más para las comunidades de color”, dijo.

Al igual que otras políticas que está llevando a cabo la Casa Blanca, incluida una asignación temporal para niños que se espera reduzca la pobreza infantil casi a la mitad, el esfuerzo por reducir el hambre refleja una nueva disposición entre los demócratas a adoptar una identidad como luchadores contra la pobreza que alguna vez temían que alienaría a la clase media.

Además, los niños ahora calificarán para un programa llamado Pandemic-EBT, que ofrece vales electrónicos para los comestibles para reemplazar las comidas perdidas durante el cierre de la escuela. Además, habrá más recursos para los productos bajo el Programa Especial de Nutrición Suplementaria para Mujeres, Infantes y Niños, o WIC.

En conjunto, la ayuda mensual de tres programas nuevos aumentará de 665 dólares a 930 dólares. Dicho de otra manera, cada persona en el hogar ahora recibirá 10 dólares al día para comer, un aumento del 40 por ciento.

“Las escenas de bancos de alimentos llenos de gente han proporcionado algunas de las imágenes más sorprendentes de la pandemia y han traído a los problemas de hambre un foco rojo”, indicó el rotativo.

En Los Angeles, el distrito escolar ha distribuido en un año de pandemia 118 millones de comidas a estudiantes, sus familias y a miembros de la comunidad.