BAKERSFIELD

El mismo día que se llevaban el cadáver del padre de familia, su hija era llevada al hospital por complicaciones del coronavirus. Así cuenta Ruth Cubias cómo su pesadilla comenzó a mediados de junio y aún no termina, pues sigue buscando respuestas por la pérdida de sus familiares.

“Yo me digo y pregunto porqué, cómo y cuándo el virus entró a mi casa, usando precauciones, no entiendo” se cuestiona Ruth, quien detalla que usaban mascarillas, guantes y cloro para desinfectar superficies.

De acuerdo al testimonio entregado por la madre de familia, su hija Stephanie de 24 años, acudió al hospital a una cita médica de rutina el pasado 12 de junio. La mujer cuenta que a los tres días comenzó a sentirse mal y tras realizarse la prueba de coronavirus, salió positiva.

“Le vino dolor de cabeza, tenía calentura y dolor de cuerpo” narra Ruth. Su marido Luis Pedro Gutiérrez, también enfermó pero no presentó ningún síntoma.

“Iba para el baño cuando yo lo encontré a él sin vida, mismo día recogen el cadáver de mi esposo y recogen a mi hija para llevarla al hospital” dice la mujer.

El coronavirus se llevó a Luis el mismo día que cumplía 49 años. Diez días después, Stephanie también perdió la batalla por complicaciones derivadas del coronavirus.

El padre de familia ya no estaba trabajando debido a que presentaba problemas respiratorios, al riñón y sufría de alta presión. Su hija Stephanie también lidiaba con condiciones de salud subyacentes: lupus, soriasis y problemas renales.

Stephanie se desempeñaba como funcionaria de la Fundación UFW como proveedora de servicios legales de inmigración. Le apasionaba ayudar a la comunidad inmigrante, especialmente residentes campesinos e indocumentados.

“Yo no desearía que ninguna familia pasara por esto, lo que estoy pasando yo, porque es muy duro” concluye Ruth y pide tomar en serio las medidas de precación para frenar la propagación.