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Dan el último adiós a ‘La Tigresa’ en el Teatro Fru Fru

March 6, 2023 - por

Dan el último adiós a ‘La Tigresa’ en el Teatro Fru Fru

Homenaje póstumo a Irma Serrano en el Teatro Fru Fru. Foto María Luisa Severiano

Ciudad de México.

En el escenario del mítico Teatro Fru Fru, a media luz, fue colocada la urna con las cenizas de Irma Serrano, custodiada por una fotografía de la misma Tigresa y con el melódico sonido de la marimba tocando La Martina, el cual después fue sustituido por el mariachi y emotivas canciones.

Este sábado, se rindió un “simbólico” e inusual homenaje a Irma Serrano, sin la rigidez de una ceremonia oficial, tal como fue la vida de una “mujer valiente, luchadora, bravía, ingobernable, generosa, adelantada a su época y, sobre todo, con un profundo amor por México”, aseguraron amigos, algunos colegas del medio artístico y conocidos quienes tomaron la palabra para despedir a la actriz y cantante, fallecida el pasado miércoles a los 89 años de edad.

En el proscenio, se observaron coronas florales, veladoras, una escultura de la Virgen de Guadalupe y una efigie dorada de una mujer, rodeada de una serpiente, también adornada con flores blancas. Al tributo organizado por Luis Felipe García Morales, sobrino nieto de la ex legisladora, llegaron el cantante José Julián, el actor Carlos Bonavides y la vedette Lyn May; además de integrantes de la comunidad gay y trans a quienes apoyó, en su momento, la mujer del emblemático lunar en la frente y ojos luminosos.

“Irma no has muerto, México te ama!”, “Viva Irma Serrano!”, fueron algunos de los gritos que se escucharon en la sala, mientras el mariachi interpretaba Amor eternoSi nos dejanGolondrina presumidaUrgeCucurrucucú paloma y La Martina. Este último tema se escuchó desde temprana hora, tanto en el exterior como en el interior del recinto del Centro Histórico. “Es como el himno de la señora”, dijo uno de los seguidores que recordaron a la fallecida artista.

Podría “contar muchas cosas, pero hay unas que no se pueden platicar porque éramos tremendas las dos; no les puedo decir lo que vivimos cuando andábamos en los palenques y estuvimos mucho tiempo en el Teatro Blanquita; la amo, la adoro y siempre va a estar en mi corazón, porque fue una persona linda y amable conmigo y con todos. Nunca la voy a dejar de recordar”, expresó Lyn May, quien acudió ataviada de negro.

En tanto, Bonavides recordó diversos momentos con La Tigresa, así como de aquella “anécdota maravillosa de valor y audacia” de cuando abofeteó al presidente Gustavo Díaz Ordaz. “Es una más que se va de mi generación y que no ve el cambio tan drástico que existe en México en el ambiente artístico; ella defendió a capa y espada este teatro donde se hicieron gente como Francis… Conocí a una Tigresa, aparentemente rodeada de muchas personas, pero profundamente solitaria y auténtica”.

Irma Serrano, definió su sobrino, fue “una mujer libre, de convicciones firmes, que todo en lo que se metió lo transformó, fue irreverente, no le tenía miedo al qué dirán; además fue la primera chiapaneca en ser senadora de la República y de las primeras que abrió el teatro para la comunidad LGBT”.

Luis Felipe García tampoco negó su destino. “Nací pegado a ella, aquí en este lugar… mis papás vivían en el departamento 24 y mi papá administró el Fru Fru”, mismo camino que seguirá para que el legado sea reconocido por las siguientes generaciones.

En el vestíbulo del recinto, el cual fue recuperado por su sobrino y La Tigresa en 2017, permanecen un cúmulo de fotografías y destacan dos imágenes representativas, que podrían dar cuenta del inicio y, tal vez, final de una historia: En una imagen, la señora Serrano está acompañada por el poeta Salvador Novo, el primero de marzo de 1973, cuando compró el Fru Fru; mismo día, por cierto, en que falleció 50 años después. Y en la segunda fotografía, la actriz se observa con el presidente Andrés Manuel López Obrador en el cierre de campaña en Comitán, Chiapas, en 2018.

Entre música, palabras emotivas, anécdotas y los aplausos de los asistentes se desarrolló el tributo a La Tigresa, el cual cerró con una ceremonia religiosa, presidida por un sacerdote que conoció y confesó a la actriz años atrás. En tanto, en el exterior, un pequeño grupo encabezado por una persona de la tercera edad buscaba acceder al recinto, pero el homenaje estaba a punto de terminar.

Afuera, sólo una manta negra colocada en la parte superior de la fachada, en forma de moño, recordaba el fallecimiento de la polémica propietaria de ese teatro quien llegó a decir que para qué quería una serie biográfica “si mi vida era muy pública”.

Reabrió el teatro

Angel Vargas/La Jornada. 

Tras permanecer poco más de cinco años cerrado al público, el Teatro Fru Fru reabrirá de nueva cuenta hoy sus puertas para rendir homenaje póstumo a Irma Serrano, La Tigresa, quien fue su propietaria durante medio siglo, desde 1973 hasta el día de su muerte, acaecida el pasado miércoles a los 89 años.

Se tiene previsto un acto que comenzará a las 11 horas y concluirá en torno de las 16 horas, en el que estarán las cenizas de la cantante, actriz y empresaria chiapaneca del espectáculo, cuyos restos fueron cremados la noche del miércoles, quien será despedida con música –habrá marimbas y mariachis–, así como con testimonios de amigos, colegas y personas allegadas a ella, además de una ceremonia religiosa, aunque ésta será de carácter privado.

“La Tigresa” en el teatro Fru Fru.

Así lo informó ayer a La Jornada su sobrino nieto Luis Felipe García Morales, quien afirmó que aquel icónico recinto –uno de los emblemas del Centro Histórico y de la capital del país con sus casi 130 años de antigüedad– fue propiedad de la artista hasta el último momento, al igual que algunos de los departamentos que se encuentran en la parte superior del inmueble. “En realidad, todos los pisos eran suyos –aclaró–, pero vendió algunos para financiar su campaña al Senado en 1994”.

Asentado en el número 24 de la calle de Donceles, el Teatro Fru Fru ha permanecido cerrado a espectáculos públicos a partir de que Irma Serrano “recuperó la propiedad” en 2017, y desde entonces ha estado sometido a un proceso de remodelación, que fue retrasado por los más de dos años de pandemia, destacó Luis Felipe García Morales, quien precisó que funge como administrador de ese espacio desde 2015.

Actos privados y locaciones

El sobrino de La Tigresa habló de “recuperar la propiedad” porque la actriz “no tenía la posesión y porque durante muchos años hubo gente que le quiso robar el espacio, pero ella siempre tuvo la propiedad. Personas que fueron abusivas, pero después se arregló la situación”.

Así, agregó, “en papel y en posesión recuperamos la propiedad en 2017, y a partir de allí hemos estado dándole una manita de gato. (El teatro) ha funcionado para actos privados, locaciones, grabaciones de videoclips, telenovelas, y todas las plataformas que hay ahora lo usan mucho.

“No lo hemos abierto al público con obras de teatro porque tratamos de ser muy responsables en cuanto a terminar primero la remodelación, porque mi tía sí dejó una vara bastante alta; entonces, quiero hacer algo bonito y abrirlo cuando esté más completo.”

– ¿Para cuándo prevé tener listo el teatro para su reapertura?

–No tengo plazo. Mis tiempos cada vez cambian, pero espero que ya pronto. Esto (el fallecimiento de la artista) nos tiene que mover de alguna forma, veníamos en el proceso, pero la pandemia nos detuvo dos años, ya debería estar listo. La fecha que teníamos pensada para reabrir era en diciembre 2021.

– ¿Dejó doña Irma asentada alguna disposición legal con respecto a la propiedad del teatro y su futuro?

–Creo que sí, pero no es el tema ahorita. Éste tiene que ser hoy despedirla a ella, recordarla bien; ya después vendrán ese tipo de temas, sobre los que hay mucho interés, no sé por qué.

–Es un tema importante, porque se trata de uno de los legados públicos de su tía y uno de los patrimonios de la ciudad y el país.

–Y es complicadísimo porque nadie ayuda, no tengo subsidio, apoyo, ni siquiera piedad de la ciudad o de impuestos o de alguien; o sea, todo mundo trata de ver por sí mismo, y esa parte es complicada.

“Es un inmueble de los que no hay muchos. Es decir, la historia que tiene, la estructura, lo arquitectónico, no hay otros de su tipo, y sería muy lamentable que se perdiese, pero nosotros haremos toda la lucha, como ella también lo hizo. Es parte del legado que nos deja. Ella compró el teatro el primero de marzo de 1973 y falleció ese mismo día en este año; es decir, justamente 50 años después de haber comprado el Fru Fru.”

–¿Qué tipo de programación tiene pensada para el teatro?

–Mi tía siempre hizo un teatro de y para el pueblo. Ella tuvo siempre mucha apertura, fue el primero que abrió su espacio a la comunidad LGBT; lo que ella presentó siempre fue bastante polémico, singular y apartado de lo que normalmente se hacía. Es un teatro que tiene mucha apertura.

“Entonces, no cambia nada, ni tendría por qué cambiarse. Lo único es lo que arquitectónicamente se siga haciendo y adecuarlo a las normas actuales. El equipo técnico que usaban antes no es el mismo al de ahora, como tampoco las normas de seguridad. Entonces, ésa es la parte que hay que ir adecuando, y dejarlo lo más bonito que se pueda; se debe cuidar todo.”

De acuerdo con Luis Felipe García Morales, el Teatro Fru Fru está en una situación crítica en cuanto al entorno que lo rodea. Explicó que si bien los sismos de tiempos recientes no le causaron afectaciones, sí lo hicieron con un edificio contiguo cuya estructura está recargada en los departamentos que hay en la parte superior del teatro y los dañó.

“Y el gobierno de la ciudad, ni sus luces, a pesar de que se han metido escritos. El tercero y cuarto pisos están en malas condiciones, va a haber un accidente. El tema no es el teatro, está intacto.”