La Educación

Al Servicio del Pueblo Latino de California

Traductor:

English Español Português Français Deutsch

De magnicidios a genética

May 5, 2023 - por

De magnicidios a genética

Monterrey, N.L.

Veo al compañero Gerardo Fernández Noroña criticando a la oposición en la tribuna del Senado, debido a que “ya habían asesinado (sic) al presidente López Obrador”, y comparándolos con Lucas Alamán, el cual, según el compañero, mando asesinar al presidente Vicente Guerrero. Y el motivo es que Guerrero era afrodescendiente, algo que los conservadores no toleraban. Aunque algunos también dicen que era homosexual, pero también dicen que lo fueron Iturbide y Maximiliano. En fin, tal vez los conservadores solo toleren la homosexualidad…mientras tu piel sea blanca.
El punto es que me pongo a investigar, y hallo lo siguiente:
“Después de la independencia de la Nueva España, Alamán regresó a México y se convirtió en uno de los políticos más influyentes en el naciente país. Fue cofundador y miembro permanente del Partido Conservador Mexicano, que apoyó la organización centralista de México. Se dijo que había sido uno de los organizadores del asesinato del héroe de la independencia Vicente Guerrero, pero fue llevado a juicio y se comprobó que se le acusaba injustamente, por lo que quedó libre.” (sic) [Enlace: https://es.wikipedia.org/wiki/Lucas_Alam%C3%A1n]
Así que, o el compañero Noroña no está actualizado, o podemos comprobar que el sistema judicial en México siempre ha sido un mugrero.
Pero me llama la atención que muchos no recuerden otro famoso intento de magnicidio: el que Santiago Vidaurri, gobernador de Nuevo León, perpetró en contra de Don Benito Juárez, presidente de México:
“Obligado a seguirse replegando, llegó a Saltillo y finalmente se reunió con Vidaurri en Monterrey el 12 de febrero de 1864. Guillermo Prieto narra en “Lecciones de historia Patria” el encontronazo. Juárez había llegado acompañado de su gabinete y Vidaurri se presentó con una multitud:
“La entrevista fue fría y llena de majestad por parte de Juárez. Un hijo de Vidaurri (Indalecio), sacando su pistola, rompió toda contestación y declaró el motín. Lerdo había previsto el desenlace y tenía listo el coche: con suma precipitación subieron a él, el mismo Lerdo, Juárez, Iglesias, Suárez y Navarro (…) Entonces se desencadenó el populacho y siguió al coche, haciendo disparos. El coronel Guiccione, con unos cuantos hombres y haciendo prodigios de valor, detuvo a la multitud enfurecida”.” (sic) [Enlace: https://www.jornada.com.mx/2007/11/24/index.php?section=opinion&article=040a1soc]
Muchos pueden pensar que la animadversión de los regiomontanos hacia Juárez era por lo típico de que el era de descendencia indígena, y los regiomontanos era de tez clara. Algo hay de cierto en eso, pero creo que la animadversión hacia él, y prácticamente hacia casi todos los presidentes que ha tenido el país (y para acabar pronto, al poder central ejercido en la CDMX), fue por lo siguiente:
“La batalla de Monterrey fue una batalla de la guerra entre México y Estados Unidos que se libró durante el mes de septiembre de 1846 en la ciudad de Monterrey, Nuevo León. Sus habitantes mostraron temple y valor durante los combates registrados.
Tras tres días de cerco estadounidense, se llegó a un armisticio entre las dos fuerzas, dando una capitulación a la guarnición mexicana que salió de la plaza con toda su artillería, armas, trenes de víveres y municiones, a tambor batiente y con banderas desplegadas, saludadas por el ejército estadounidense con todos los honores de la ordenanza. La evacuación de la plaza se verificó el 25 de septiembre, tomando el rumbo del Saltillo. En la noche del 23, en un último esfuerzo de Estados Unidos para capturar las murallas de la ciudad, se encontraron con una feroz resistencia. La línea de los Estados Unidos, cercana a las grietas, inició un retiro un poco desorganizado. Al mismo tiempo, Zachary Taylor ordenó a su mortero que comenzara a bombardear indiscriminadamente. Este acto finalmente abrió una brecha en la parte posterior de la resistencia mexicana y, con las fuerzas estadounidenses en plena retirada, de manera inesperada Ampudia ordenó izar la bandera blanca de rendición. DESPUÉS DE ESTE PUNTO, MUCHOS SOLDADOS ESTADOUNIDENSES ACTUARON DE MANERA SALVAJE EN LA CIUDAD CAPTURADA, INCLUSO CONTRA LA POBLACIÓN CIVIL DE MONTERREY, ESPECIALMENTE LOS VOLUNTARIOS DE TEXAS CONOCIDOS COMO TEXAS RANGERS. CORRIERON A SAQUEAR Y QUEMAR CASAS, VIOLANDO MUJERES Y MATANDO A FAMILIAS ENTERAS. TAYLOR ADMITIÓ LAS ATROCIDADES COMETIDAS POR SUS HOMBRES, PERO NO TOMÓ NINGUNA MEDIDA PARA CASTIGARLOS.” (sic y mayúscula mía). [Enlace: https://es.wikipedia.org/wiki/Batalla_de_Monterrey_(Nuevo_Le%C3%B3n)]
Ahora, ¿por qué no se recibió ayuda del centro, si ya habíamos detenido a los estadounidenses? Por lo siguiente:
“Vicente Riva Palacio (México a Través de los Siglos) reflexiona sobre el hecho y señala que quizá Ampudia firmó la capitulación con la idea de que estando la República desarmada era necesario conservar la división que mandaba para continuar la defensa, pero que hubiera sido más ventajoso que los americanos se retiraran por la prolongación de la resistencia de Monterrey. “Hubo también otras causas… que contribuyeron a la pérdida de la ciudad: la primera fue el estado de revolución en que se hallaba el país; sin esta circunstancia, una fuerza respetable se hubiera acercado con el fin de auxiliar a la plaza… Pero la guerra civil fue poderosa auxiliar para los invasores…”.” (sic) [Enlace: https://www.memoriapoliticademexico.org/Efemerides/9/24091846.html]
Hasta aquí, la primera parte de lo que quería escribir. Porque muchos olvidan el intento de magnicidio de los regiomontanos en contra de Don Benito Juárez. Pueden pensar que debido a la supuesta “pigmentocracia” que es muy común en esta entidad. Yo pienso que no. Yo creo que fue secundario a que, desde que vimos cómo nos abandonaron a nuestra suerte en el centro del país, por pelearse entre ellos en lugar de pelear contra el verdadero enemigo, se confirmó que no contábamos en lo más mínimo con la capital y con los estados del sur, y aprendimos mejor a “rascarnos con nuestras propias uñas”.
Porque espero que hayan leído lo que deje en mayúsculas. La parte de las “violaciones”. ¿Y qué resulta de violaciones por parte de soldados de descendencia europea? ¡Bingo! ¡Güeritos y güeritas! La “crema y nata” regiomontana…mientras no investiguemos el pasado.
Porque aquí llego a la otra parte del escrito. Los regiomontanos debemos de ser los últimos en guiarnos por una “pigmentocracia” (y lo que voy a poner va a provocar que una buena cantidad de regiomontanos me dejen de dirigir la palabra…je, je, je…).
Porque resulta que los regiomontanos, somos como los famosos pastelitos “Gansito”. Solo que a la inversa: lo fresa y el pan blanco por fuera, y el chocolate por dentro. ¿En qué me baso para decir lo anterior? En lo siguiente:
“Precisan los componentes genético-ancestrales en México
Los estados con mayor porcentaje europeo están localizados al norte. Es el caso de Chihuahua, con 50.3 por ciento de la población con origen europeo y 38 por ciento amerindia, y Nuevo León, con casi 40 por ciento europeo, por 43 por ciento indígena.
En lo que se refiere al porcentaje de influencia africana, los estados que tienen mayor tendencia son Nuevo León, con 18.5 por ciento, y Veracruz, con 17.2 por ciento. “Hay que tomar en cuenta que los europeos fueron invadidos por los árabes, provenientes de África, por lo que de ellos heredamos sangre africana”, comentó Rangel Villalobos.” (sic) [Enlace: https://www.udg.mx/es/noticia/precisan-los-componentes-genetico-ancestrales-en-mexico]
¡En serio que me reí con esa “hipótesis” de la “descendencia árabe” para explicar la sangre africana! Sobre todo, en Nuevo León. Porque, así como con el pasaje olvidado del atentado regiomontano contra Juárez, muchos olvidan lo siguiente:
“Esclavos negros y mulatos en Monterrey durante el siglo XVII
Un importante núcleo de esclavos negros y mulatos cuya importancia económica era indudable se mantuvo al servicio de militares, hacendados, grandes ganaderos y jerarcas políticos y religiosos en el Nuevo Reino de León desempeñando un amplio espectro de oficios.” (sic) [Enlace: http://rac.db.uanl.mx/id/eprint/221/]

Dichos esclavos no fueron liberados hasta la promulgación de la Constitución de 1814.
Muchos pueden decirme y cuestionarme: “¡Pero si tú eres “güerito” regiomontano!” Lo sé. Y tengo miedo de hacerme una prueba genética, de esas que te indica la posibilidad de conocer a todos tus ancestros.
Porque si resulta que tengo “antepasados” irlandeses, ingleses, alemanes o hasta franceses ¿cómo puedo estar seguro de que no fueron soldados de la invasión estadounidense a México, que hicieron tropelías después de la toma de mi ciudad?
Peor. Si resulta que tengo sangre africana ¿cómo puedo estar seguro de que alguna antepasada mía no fue a revisar “qué será lo que quiere el africano”? (no pongo la palabra con “n” por temor a la censura).
De hecho, los regiomontanos estamos como el famoso chiste: “Antes di que no ladramos”. Y si no conocen el chiste, no tengo espacio para compartirlo.
Así que prefiero pensar que los regiomontanos odiamos, y hasta algunos “festejan” magnicidios, solo por un odio ancestral y heredado hacia el centro del país, por habernos abandonado en uno de los momentos más cruciales de la Historia de este.
Porque si es debido a una “pigmentocracia”, sugiero que mejor muchos se hagan un examen genético, para revisar la “pureza de su blancura”.
(Y en un momento me quedo sin muchos contactos, y con un montón de mentadas de madre…).
Pero, en caso contrario, y si te gustó el artículo ¿podrían por favor compartirlo? Tal vez así le llegué al compañero Fernández Noroña…