Las clases dentro de las aulas se iniciarán en abril -en fechas por precisarse esta semana- de manera escalonada, pero sin la mayoría de los alumnos. Esto, porque el 48% de los padres no desean enviar a sus hijos por temor al contagio del virus. Ante ello, el distrito escolar ha decidido vacunar a ellos y al resto de sus familiares para despejar ese temor. Esta, dijo el Superintedente Beutner, es tarea urgente e incluso se tocará puerta por puerta para que los alumnos regresen a la escuela tan pronto como sea posible.

El Superintendente aseguró que es determinante en la decisión de los padres de familia de no mandar a sus vástagos a los planteles el impacto del virus que han tenido, a causa de que son mayoritariamente de escasos recursos y, además, no están siendo vacunados en la misma proporción que la población blanca de buena posición económica.

Una encuesta de LAUSD, siglas del Distrito Escolar Unificado de Los Angeles, arrojó que el 42% de los padres -de mejores condiciones económicas y menos expuestos al coronavirus- han indicado una preferencia porque su hijo regrese a la escuela. Esto significará que alrededor del 28% de los estudiantes de primaria regresarían a las aulas en abril, el 17% de los de secundaria y poco más del 10% de los de preparatoria.

Expresó que dicha situación es consecuencia del impacto desigual del COVID-19 ya que los mayormente afectadas han sido las comunidades de bajos ingresos. Son las que tienen mayor tasa de casos, mortalidad y pérdida de empleos. Sus miembros han tenido que trabajar durante la pandemia, a diferencia que las familias de ingresos superiores que lo han hecho desde casa y han estado menos expuestas al virus.

Por ello, los miembros de ese tipo de clase social son los que quieren enviar a sus hijos a clase. Este patrón se repite en Nueva York, donde sólo el 16% de alumnos de primaria regresaron a clase y en Chicago, esta por debajo del 30%.

El razonamiento de los padres de sectores menos favorecidos es que si envían a sus hijos a clases pueden infectarse del virus y contagiar a el resto de la familia multigeneracional.

Otro factor que impacta en la disposición de las familias para enviar a sus hijos a las escuelas es el bajo índice de vacunas entre sectores populares.

Aseguró que ante este escenario, “es lo suficientemente sencillo observar la solución: proporcionar acceso a las vacunas para las familias a las que damos servicio es lo más importante que podemos hacer para que los niños vuelvan a las escuelas”.

“Vacunar a los miembros de la familia permitirá que más niños regresen a la escuela sin el temor de transmitir el virus a un abuelo en el hogar. Si la vacuna para los familiares de estudiantes de comunidades de bajos ingresos es la barrera, resolvamos el problema”, expuso.

Anunció, por tanto, que el distrito escolar abrirá dos centros de vacunación para ayudar a las familias con niños en las escuelas, en las preparatorias Abraham Lincoln Senior en el este y  George Washington en el sur de Los Ángeles.

El centro para niños y familias de St. John’s proporcionará las dosis de la vacuna y el personal clínico para administrarlas, mientras que personal escolar supervisarán los esfuerzos de difusión con la comunidad escolar, la programación de citas, y el apoyo operativo en los planteles escolares.

Dijo que este es el inicio ya que habrá más centros similares, considerando que LAUSD, siglas en inglés del distrito escolar, tiene  1,413 escuelas que prestan servicio a comunidades distribuidas a los largo de más de 700 millas cuadradas.

Manifestó:

“Admitámoslo, viendo las tasas de mortalidad en muchas comunidades de bajos ingresos es fácil ver la reticencia a confiar en que el gobierno los proteja. Los esfuerzos de vacunación con sede en escuelas – en el vecindario por parte de socios de confianza – pueden ayudar a resolver todos estos problemas. Las escuelas tienen contacto regular con las familias a las que prestan servicio y son un sitio de confianza en la comunidad”.

Dijo que vacunar a los padres y familias de alumnos es un retor urgente para LAUSD

En tanto, LAUSD sigue inmunizando a su personal. En algunos planteles – explicó- más del 85% de los miembros ya han sido insaculados.

Hay siete sitios escolares de vacunación y en el estadio Sofi en Hollywood Park.

En su mensaje semanal, Beutner expresó:

“El mejor aprendizaje para la mayoría de los estudiantes tiene lugar en un aula escolar y algunos niños podrían tener consecuencias de por vida si no vuelven al aula en algún momento pronto. Continuaremos los esfuerzos de difusión incluyendo ir a tocar la puerta de los hogares como antes se acostumbraba, para asegurarnos de que todas las familias estén informadas sobre la oportunidad para que su hijo regrese a la escuela”.

NORMA DE 3 PIES DE LOS CDC, NO APROPIADAS PARA LOS ANGELES

Beutner, igualmente, aseguró que la sugerencia de los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) en el sentido de que el distanciamiento de pupitres escolares de 3 metros de distancia, en comparación con los 6 pies anteriormente establecidos, no ayuda a enfrentar el desafío que enfrentan las escuelas en Los Angeles, Nueva York o Chicago.

Dijo que hay muchos espacios en las aulas que permanecen vacíos en Nueva York y Chicago. Agregó que poner más escritorios en el salón no convencerá a las familias de que las escuelas están seguras.

“ Es mucho más importante alinear las normas de salud federales, estatales y locales y asegurarse de que las escuelas operen según estas normas. Las autoridades de salud también necesitan hacer que sus directrices sean claras y consistentes y luego tomarse el tiempo para explicarlas de forma adecuada a las familias a las que damos servicio. Las familias trabajadoras no están visitando el sitio web de los CDC todos los días para conocer los más recientes cambios, como se verifican las anotaciones de un juego de los Dodgers”, dijo.

Y agregó:

“Las normas que cambian, aparentemente cada día o de semana, no ayudarán a crear confianza pública. Y las familias no necesariamente creen que las escuelas estén seguras solo porque unos cuantos políticos expresen que las escuelas deben abrirse. Las escuelas necesitan estar abiertas, ya que el mejor aprendizaje para la mayoría de los estudiantes ocurre en un aula escolar”.

FECHAS DEL REGRESO A CLASES, AUN SIN PRECISAR

Beutner explicó que para la reapertura de las escuelas se tendrán que realizar las pruebas de COVID y los protocolos de seguridad, los horarios de clase y los planes de estudios, los programas después de la escuela, el transporte, alimentos y mucho más deben consolidarse en cada plantel.

Para hacer esto de manera segura y sin problemas, la reapertura de cada escuela se hará escalonada durante varios días. Por ejemplo, una escuela primaria podría ver una verificación rápida en línea para los estudiantes con sus maestros a fin de comenzar el día el 12 de abril. Los estudiantes entonces trabajarán independientemente ese día mientras todo el personal – directores, maestros, conductores de autobuses, bibliotecarios, consejeros, conserjes, empleados de la cafetería y otros – cuidadosamente repasen sus protocolos de seguridad y ajusten los horarios para el resto de ese día.

Los estudiantes de kindergarten y primer grado regresarían en el día 13, los grados 2º y 3º el día 14, y 4o y 5º el día 15. Se comensará esto  con los estudiantes más jóvenes porque muchos de ellos irán la escuela por primera vez. El mismo enfoque gradual y cuidadoso se utilizará para las escuelas secundarias y preparatorias más adelante durante ese mes.

“Nuestro compromiso siempre ha sido reabrir las escuelas de la manera más segura posible y este enfoque tan deliberado nos ayudará a lograrlo”, estableció.