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El preocupante déficit o el año de Hidalgo

September 12, 2023 - por

El preocupante déficit o el año de Hidalgo

Monterrey, N.L.
Cuento corto: el gobierno piensa gastar en 2024 la friolera de 9 billones de pesos en su presupuesto de egresos, lo cual ha encendido las alarmas en algunos sectores (sobre todo opositores), debido a algo muy simple: si no se capta el suficiente dinero (según lo planeado), para poder pagar esa cantidad, vamos a caer en déficit. Y caer en déficit significa aumentar deuda.
Vamos a explicar varios puntos, para podernos entender. El primero: el porcentaje de PIB relacionado con la deuda es de un 48%. ¿Es algo para preocuparse? No. Según los expertos (como Enrique Quintana), es bastante manejable. Solo los EUA tienen una relación PIB-deuda de un 140%, y prácticamente todas las naciones europeas, y Japón, están por las mismas: una relación PIB-deuda mayor del 100%. Estamos hablando de las naciones más industrializadas del planeta (no hay datos de China).
Así que eso me lleva a la segunda parte: para crecer, hay que endeudarse. Nosotros como particulares, en nuestra microeconomía, lo hacemos. Pagamos una hipoteca por nuestra casa en algún momento, mensualidades por nuestro(s) auto(s), y no se hable de préstamos para iniciar o continuar con nuestra pequeña o mediana empresa. Así sea un consultorio, un simple taller, una pequeña tienda, es nuestra empresa. Punto.
Pues bien: lo mismo ocurre con el gobierno. Para crecer, se requiere algo de deuda. Claro, la oposición está molesta, porque estamos en año electoral prácticamente, y el gasto aumentó en forma “desorbitante” para ellos. Así que se van por el “argumento” más simple: es “el año de Hidalgo”. Y es un “penitente” el que deje algo. Ergo: ese presupuesto es para que las autoridades se lo “roben” (así, bien entrecomillado). De nuevo, obvio: la oposición cree que todos somos iguales. Y no es así.
En la microeconomía, uno deja de endeudarse a niveles “superlativos”, cuando terminamos de pagar la hipoteca, terminamos de pagar el auto y nos quedamos con éste por varios años. Pero, sobre todo, cuando la familia deja de crecer, y los hijos “abandonan el nido”. Si la familia sigue creciendo, las deudas seguirán aumentando. Porque vamos a requerir una vivienda mayor, un auto más grande, y aumentar o diversificar la fuente de ingresos para pagar por todo lo anterior. Es hasta de sentido común.
Pues, señoras y señores (y entes no binarios), les tengo noticias: México es una inmensa familia, donde la familia creció. Y creció bastante.
En el 2000 éramos 100 millones de habitantes. Hoy, en el 2023, somos 129 millones de habitantes. Y la mayoría de esos nuevos habitantes, o nuevos miembros de la familia, requieren que se les proporcione salud, vivienda, educación, y lo más importante: empleo. Ya que con esta última variable se puede conseguir las demás variables, de una u otra manera.
Ahora, ¿cómo conseguir empleo a todos esos habitantes que ahora lo requieren? Por medio de la Inversión Extranjera Directa (IED), además de las inversiones de los empresarios nacionales. Pero, afortunadamente tuvimos récord en estos dos últimos años de IED.
Solo que hay un detalle: esas nuevas empresas requieren infraestructura para poder establecerse. Carreteras, caminos, electricidad, gas, seguridad, comunicaciones electrónicas. Y muchas de esas empresas están exentas de pagar impuestos de primera instancia, para poder “tentarlas” a establecerse en nuestro país.
¿Por qué las “exentamos”? ¡Para que puedan traer empleos! Simple. Ya si son o no “bien pagados”, es motivo para otro artículo, y para otras batallas. Lo primero, es conseguir empleo para los nuevos habitantes de nuestra gran familia mexicana que lo requieren.
Ahora, si todos esos servicios e infraestructura lo dejamos al “libre mercado”, por desgracia se ha comprobado que eso no hace que los precios disminuyan. Al contrario, aumentan, provocando una inflación que pulveriza aún más los salarios de los nuevos empleos. Por eso el gobierno se tiene que hacer cargo de brindar (casi) toda esa infraestructura. Sí, con algo de deuda. Pero deuda que será pagada en un futuro con los impuestos al trabajo y/o a los productos manufacturados, con lo cual se compensa esa deuda. Tal vez no en forma inicial, ni siquiera rápida. Pero si se administra en forma adecuada, y no se hace un “año de Hidalgo”, los resultados los veremos más temprano que tarde.
Ya para terminar, solo queda la moraleja de esta historia. ¿Cuál sería? Que tenemos que dejar de “crecer”. La familia ya es muy “grande”. Porque mientras sigamos creciendo en población, siempre tendremos el riesgo de seguir aumentando nuestra deuda. Como ocurre con cualquier familia.
Así que para todos aquellos que están en contra de la educación sexual en los nuevos libros de texto y programas escolares, así como están en contra de educar a jóvenes con los apoyos económicos del gobierno para que se puedan sumar a la planta productiva, así como están en contra de que el gobierno controle el proporcionar ciertos servicios, y que ahora también están en contra del presupuesto de egresos del 2024 (y que normalmente podemos reunirlos a todos bajo el término de “oposición”); les tengo noticias: ya pueden presentar un programa alternativo de nación, para ver si la mayoría los favorece con el voto el próximo año.
Pero no se vale decir que esos 9 billones de pesos se van a utilizar como “dinero para clientelismo político”. Tenemos que apoyar a toda la IED que se consiguió, para poder tener esos empleos para todos esos jóvenes que ahora lo reclaman. Ustedes prometieron que en el 2006 íbamos a tener un “presidente del empleo”, y solo iniciaron una guerra que no quiere terminar. ¿Qué proponen ahora? Los escuchamos.