Uvalde, Texas

El presidente Biden viajó a Uvalde, Texas, el domingo para ayudar a consolar a la comunidad mientras llora y busca comprender la masacre de la semana pasada en la Escuela Primaria Robb.

Biden y la primera dama Jill Biden reflexionaron en silencio fuera de la escuela, frente a un monumento improvisado lleno de flores y fotos de las 21 víctimas, la mayoría de las cuales tenían alrededor de 10 años.

No se programaron observaciones formales. El viaje fue seguido por una misa en una iglesia católica local y reuniones con las familias de las víctimas y los socorristas. Biden se reunió con el gobernador de Texas, Greg Abbott, en el aeropuerto.

El presidente no es ajeno a las tragedias personales. La primera esposa y la hija de 1 año de Biden murieron en un accidente automovilístico en 1972, y su hijo Beau murió en 2015 de cáncer cerebral.

“Perder a un hijo, es como que te arranquen un pedazo del alma”, dijo Biden el martes en declaraciones desde la Casa Blanca inmediatamente después del tiroteo. “Hay un hueco en tu pecho; sientes que estás siendo absorbido por él y nunca vas a poder salir, asfixiándote”.

Contradictorios y frustrantes informes oficiales

Diecinueve niños y dos maestros murieron en el tiroteo de Uvalde. El incidente se ha visto aún más empañado por los relatos contradictorios y frustrantes de las autoridades locales sobre cómo respondió la policía al pistolero, que también murió en el ataque.

El tirador de 18 años se abrió paso en un par de aulas contiguas, donde disparó más de 100 balas y mató a las víctimas, dijeron las autoridades. La policía esperó en el pasillo y en el campus durante más de una hora, tratando la situación como un sospechoso atrincherado en lugar de un tirador activo, según el director de la policía estatal, Steven McCraw.

La espera policial fue a pesar de las repetidas llamadas al 911 de los estudiantes dentro del aula, que suplicaron una intervención. La policía incluso contuvo a los padres en pánico fuera de la escuela mientras la policía se detenía corriendo al aula para confrontar al pistolero.

“Fue la decisión equivocada, punto”, dijo McCraw en una conferencia de prensa el viernes.

El Departamento de Justicia anunció el domingo que revisaría formalmente la respuesta de la policía local al tiroteo y publicaría sus conclusiones. El objetivo de la revisión es proporcionar un relato independiente de las acciones y respuestas de las fuerzas del orden ese día, e identificar las lecciones aprendidas y las mejores prácticas para ayudar a los socorristas a prepararse y responder a los eventos de tiradores activos”, dijo el portavoz del Departamento de Justicia, Anthony Coley, poco después de que Biden visitara el monumento escolar.

El viaje de Biden a Uvalde sigue a su visita a Buffalo a principios de este mes, donde otro tirador de 18 años cometió un asesinato de juerga. La masacre de Buffalo ocurrió en un supermercado frecuentado por la comunidad negra de la ciudad, y el hombre armado mató a 10 personas negras allí en lo que las autoridades han calificado como un complot racista.

Las autoridades aún están investigando los motivos del ataque de Uvalde, que ocurrió en una comunidad predominantemente latina en el suroeste de Texas.

Republicanos, principal obstáculo para frenar venta de armas

Los dos tiroteos masivos más recientes han alimentado las discusiones sobre nuevas leyes federales y estatales, incluidas las medidas de control de armas que enfrentan un camino cuesta arriba en el Congreso. Una minoría de al menos 40 senadores puede impedir que los proyectos de ley avancen en el Senado, y los legisladores republicanos han mostrado poco apetito por una nueva legislación de control de armas después de tiroteos masivos pasados.

Sin embargo, Biden parece decidido a tratar de aprobar nuevas medidas, y ha cuestionado la necesidad de que los rifles de asalto estén disponibles para el público.

“¿Dónde en el nombre de Dios está nuestra columna vertebral?” Biden dijo el martes después del tiroteo de Uvalde. “Es hora de convertir este dolor en acción”.