Esta semana, la Corte Suprema escuchó el desafío más directo al derecho de una mujer a elegir desde el caso Roe vs. Decisión de Wade en 1973.

Y seamos claros. Desde el día de esa decisión hace casi 50 años hasta hoy, los políticos de derecha han trabajado incansablemente para revertirla y dificultar que las mujeres controlen sus propios cuerpos.

Lo han hecho a través de una legislación de aborto cada vez más restrictiva en un estado tras otro.

Lo han hecho a través de la Enmienda Hyde.

Lo han hecho atacando a Planned Parenthood y cerrando clínicas.

Lo han hecho intimidando a las mujeres que acceden a las clínicas y a los médicos que trabajan en esas clínicas.

Lo han hecho haciendo que las mujeres viajen cientos de millas para un aborto y esperen semanas para las citas.

Y lo que realmente me atrapa de este tema es la extraordinaria hipocresía de mis colegas republicanos. Todos los días en el Senado escucho a los republicanos, una y otra vez, escupir su mantra de derecha. “Sacar al gobierno de la vida de las personas”. “Sacar al gobierno de las espaldas del pueblo estadounidense”. “Termina con el estado de niñera”. “Que la gente, no el gobierno, decida lo que es bueno para ellos”. Y así sucesivamente la retórica va.

Cuando se trata de poner fin a la desgracia de que Estados Unidos sea el único país importante en la Tierra que no garantiza la atención médica como un derecho, su respuesta:”Tienen que  mantener al gobierno fuera de la vida de las personas”.

Cuando se trata de evitar que las compañías farmacéuticas puedan cobrar precios escandalosos por los medicamentos que salvan vidas que la gente necesita en este país:”Hay que  mantener al gobierno fuera de la vida de las personas”.

Cuando se trata de pedir a las personas que quieren comprar una pistola o un arma de asalto que pasen una simple verificación de antecedentes:”Tienes  que mantener al gobierno fuera de la vida de las personas”.

Pero cuando se trata de decirle a cada mujer en Estados Unidos lo que puede o no puede hacer con su propio cuerpo, sobre si puede o no acceder a la atención de la salud reproductiva, ahora de repente  mis colegas republicanos son exponentes de un gobierno muy grande y opresivo. Ya sea a nivel local, estatal o federal, creen que los políticos deben tomar las decisiones con respecto a lo que es una decisión profundamente personal para las mujeres.

¡Qué hipocresía!

Como saben, este desafío actual de la Corte Suprema, Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization, significaría que los gobiernos de muchos estados tendrían la capacidad de hacer prácticamente imposible que las mujeres accedan a un aborto.

Y no solo estamos hablando de los llamados “estados rojos”, como si eso no fuera lo suficientemente malo. También estamos hablando de “estados morados” donde los republicanos se han manipulado a sí mismos en el control de las legislaturas estatales.

Y la verdad es que, a pesar de la abrumadora oposición del pueblo estadounidense, existe una gran posibilidad de que esta Corte Suprema conservadora vote para revocar Roe vs. Wade.

Eso no es aceptable. No podemos sentarnos y permitir que esta Corte Suprema ponga en peligro los derechos de privacidad de todos los estadounidenses y el derecho de una mujer a controlar su propio cuerpo.

Las consecuencias serían desastrosas y amenazarían la vida misma de las mujeres estadounidenses, y eso no es una exageración. La realidad es que prohibir el aborto legal asistido por médicos y obligar a las mujeres a volver a los brazos de los charlatanes para obtener la atención que necesitan literalmente matará a las mujeres.

No. No podemos volver a los días en que las mujeres tenían que arriesgar sus vidas para poner fin a un embarazo no deseado.

La decisión sobre el aborto debe seguir siendo una decisión que deben tomar una mujer y su médico. O, como dirían mis amigos republicanos, tenemos que mantener al gobierno fuera de sus vidas.

Así que el Congreso debe actuar.

Debemos aprobar una legislación que codifique Roe v. Wade como la ley de la tierra en este país. Y si no hay 60 votos para hacerlo, y no los hay, debemos reformar el filibusterismo para aprobarlo con 50 votos.

Hay que decirle a mis colegas en el Senado que debemos aprobar una legislación que garantice el acceso de una mujer al aborto y la atención de salud reproductiva que necesita, incluso si eso significa eliminar el obstruccionismo para lograrlo.

En ningún estado de Estados Unidos el apoyo a una prohibición del aborto alcanza ni siquiera el 25%. Debemos poner fin a los ataques extremistas contra el derecho al aborto de una vez por todas.

*Bernie Sanders es senador federal y una de las más importantes figuras de la izquierda de EU