En varios estados de todo el país, más de 75.000 trabajadores de atención médica de Kaiser Permanente están en huelga como parte de su lucha por mejores proporciones de personal, condiciones laborales, salarios y beneficios.

Estos trabajadores son farmacéuticos, enfermeras, técnicos de laboratorio y otro personal de atención médica.

Son los héroes y heroínas que lo arriesgaron todo en el frente durante la pandemia.

Son las personas que están ahí cuando nacen nuestros bebés, cuando luchamos contra enfermedades y dolencias y cuando nuestros seres queridos mueren.

Están ahí para nosotros cuando más los necesitamos. Hoy debemos estar ahí para ellos en sus momentos de necesidad.

Seamos claros. Estos trabajadores de la salud no sólo luchan por los derechos y beneficios de sus miembros, sino que también están en huelga por sus pacientes: por nosotros.

En un momento en que los profesionales de la salud están agotados después de la pandemia y hay una grave escasez de personal en la profesión, ahora es el momento de ofrecer mejores salarios y condiciones laborales para atraer a más profesionales de la salud al campo y retener a los que están ya ahí.

Eso daría como resultado mejores resultados de atención médica para todos.

Una situación en la que todos ganan.

Pero eso afectaría los resultados de Kaiser, y ahí está el problema. Después de todo, el establishment empresarial de este país en realidad no está particularmente preocupado por el bienestar de sus trabajadores o la calidad de los resultados de la atención médica.

Sin embargo, están profundamente preocupados por los márgenes de beneficio, los dividendos de los accionistas y la remuneración de los directores ejecutivos.

Y la pregunta que deberíamos hacernos es: ¿cómo es posible que Kaiser –que acaba de reportar 2.100 millones de dólares de ingresos netos sólo durante el segundo trimestre de 2023– no pueda permitirse pagar mejores salarios a sus empleados?

¿Cómo es posible que Kaiser –que paga a su director ejecutivo más de 15 millones de dólares y le dio a su ex director ejecutivo un paquete de jubilación de 35 millones de dólares– no pueda permitirse mejores proporciones de personal para mejorar el bienestar de los trabajadores y la atención a los pacientes?

Me parece que las prioridades de Kaiser están extraordinariamente inconexas.

La función de un sistema de atención de salud racional es brindar atención de calidad a todos, independientemente de sus ingresos, de manera rentable, no proporcionar enormes ganancias a unos pocos directores ejecutivos y accionistas ricos.

Ahora bien, la mala noticia es que la crueldad y disfunción de nuestro sistema de atención médica han sido evidentes durante mucho tiempo, mucho antes de la terrible pandemia.

La buena noticia es que los últimos años han despertado a un gran número de estadounidenses sobre ese hecho.

Únase a mí para solidarizarnos con los trabajadores en huelga de Kaiser que luchan no sólo por mejores sueldos y salarios, sino también por una atención de alta calidad en los hospitales dondequiera que trabajen.

*Bernie Sanders es senador y una de las figuras más importantes de la izquierda de EU.