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La batalla por la salud

May 16, 2022 - por

Monterrey, NL.

Cuando hace una semana el presidente sacó a colación, de nuevo, a los médicos cubanos, lo primero que me pregunté fue lo siguiente: “¿Qué busca ahora AMLO?”
Porque no había necesidad de mencionar un hecho que ni siquiera ha ocurrido. Solo es un plan, vamos, hasta una idea. Pero no un hecho concreto.
Obvio, la respuesta de los grupos médicos no se hizo esperar. Y la respuesta que les dio hoy me hizo comprender hacia dónde va su jugada.
Porque acusar a los grupos médicos de “corruptos”, y de ser responsables de la debacle de la salud en nuestro país, sobre todo de la salud pública, no es poca cosa.
No voy a poner las referencias de lo que voy a enlistar, porque lo he compartido muchas veces y lo pueden hallar en un buscador de Internet. Pero igual, vamos a repasarlas:
-Un huachicoleo médico de más de 300 mil mdp al año.
-Más de 317 hospitales abandonados en obra negra desde inicios de siglo, de los cuales se han rescatado poco más de 134.
-Una carencia de por lo menos 200 mil médicos, según algunos cálculos; y según otros de más de 800 mil médicos, sobre todo especialistas. Esta última nota, aparecida en “El Economista”, menciona que dicha carencia es “el talón de Aquiles” de la medicina en México en el titular del artículo.
Y la cereza del pastel:
-35 millones de trabajadores sin servicios de salud, lo cual equivale al 61% de la fuerza laboral mexicana.
Para poder remediar lo anterior, se planeó la Federalización de los Servicios de Salud, por medio del IMSS Bienestar. Pero, según “Código F” (el medio de comunicación de la industria farmacéutica en nuestro país), solo 10 estados de la República han formalizado completamente su adhesión a dicho programa. Un programa que busca la administración gratuita de todos los medicamentos y los servicios médicos a toda la población del país.
Así que, voy a ser sincero: este era un encontronazo que yo esperaba desde hace rato, y que muy seguramente se postergó debido a que se tenía que actuar contra la pandemia que acabamos de padecer.
Hablando de la pandemia, justo en este momento, acaba de salir publicado en “El País” una reseña que es una crítica nada velada hacia el programa de producción de la vacuna propia contra el Covid, llamada “Patria”. Pero después de la agria crítica, dicho medio tiene que aceptar que 3 de cada 4 voluntarios para la fase 2 del protocolo de investigación tuvieron que ser rechazados porque presentaron altos anticuerpos en su cuerpo.
Anticuerpos que están altos debido al programa nacional de vacunación que se aplicó en México. Y el otro impedimento es debido a la carencia de laboratorios en nuestro país. Carencia que es secundaria al desmantelamiento de BIRMEX, la empresa estatal la cual todavía en 1999 producía y exportaba todas las vacunas que los mexicanos requeríamos, supervisada por la OMS y la UNICEF para que cumpliera los criterios de producción. Lo cual nos dejó a merced del mercado internacional.
Así que ahora que ya se tiene controlada a la pandemia (dentro de lo que cabe), el encontronazo que preví desde el inicio del sexenio ya se dio, y lo que dijo el presidente sobre los grupos médicos que controlaron la salud en nuestro país, con los resultados arriba enlistados, se puede resumir en una simple declaración de guerra.
Una guerra que pinta ser muy intensa, y muy ríspida, entre un grupo que tiene simpatía entre un grupo de población que defiende la mercantilización de todo (incluyendo un derecho humano como la salud), y un presidente que se siente confiado por el apoyo de un 70% de la población.
En el inter, muchos compañeros del sector salud están preocupados, debido a que no saben que va a ocurrir con ellos por lo siguiente:
-Por ocupar dos plazas en dos instituciones diferentes, al momento de hacerse una sola institución.
-Por el tipo de contrato y prestaciones que van a recibir, incluyendo el sistema de pensión. Porque cualquier perdida de algunas de las prestaciones obtenidas sería un retroceso para el personal de salud.
-Por el sindicato y/o los sindicatos que se van a quedar a cargo del personal, ya que al fusionarse las instituciones no se sabe si dichos sindicatos también lo harán.
-Por el personal que tiene más antigüedad, y que aún goza de una jubilación dinámica.
Aclaro: no es que el personal de salud de las instituciones de salud no quiera que se brinde un mejor servicio a la población. Simplemente, que la seguridad laboral también es un derecho que se tiene que proteger, y sería paradójico perderlo con un gobierno que presume lo contrario. Y claro, tampoco es que muchos quieran la privatización de la salud (aunque sabemos que hay muchos dentro de las instituciones que suspiran por ese escenario).
Así que, sin ánimos de que al personal de salud institucional (de cualquier institución pública), lo metan dentro del saco de “corruptos”, sabemos que esa incertidumbre es válida.
Pienso que, en el momento que el gobierno aclaré lo que piensa hacer, y si es lo bastante inteligente para mostrar que va a dar seguridad laboral al personal de salud, la batalla estará decidida.
De lo contrario, veremos una pelea muy dura, donde esperemos que el perdedor, no sea el pueblo de México.
Solo las cosas como son.