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La periodista mexicana Lydia Cacho, distinguida en España por sus investigaciones con perspectivas de género

May 9, 2024 - por

La periodista mexicana Lydia Cacho, distinguida en España por sus investigaciones con perspectivas de género

Lydia Cacho recibe la distinción departe de dirigentes del Centro de Estudios de Seguridad Global y a la Sociedad Española de Investigación en Seguridad Global.

La periodista mexicana Lydia Cacho Ribeiro, quien se encuentra exiliada en España desde el 2019, recibió un premio por su labor en el periodismo de investigación con perspectiva de género.

La comunicadora ha sufrido años el acoso, amenazas, tortura, detención arbitraria y la irrupción a su hogar por parte de sicarios, luego de destapar una de las principales redes de tráfico sexual infantil que involucraba a empresarios y políticos.

El pasado 7 del presente el Centro de Estudios de Seguridad Global y a la Sociedad Española de Investigación en Seguridad Global le hizo la distinción.

Cacho enfrentó una red internacional de pederastas, al publicar su investigación Los demonios del Edén (2005) en la que evidenció los delitos vinculados a pornografía infantil de los empresarios Jean Succar Kuri y Kamel Nacif Borge, además de la participación de políticos, como Mario Marín, Emilio Gamboa Patrón y Miguel Ángel Yunes Linares.

“El 23 de julio de 2019, unos sicarios entraron en mi hogar, mataron a mis perras, fieles compañeras de mis días, mientras la fortuna quiso que mi viaje encontrara obstáculos para no llegar a tiempo a lo que parecía el último enfrentamiento con la muerte. Huí de México”, recordó Lydia Cacho en su nuevo libro Cartas de amor y rebeldía (2022).

Este hecho marcó un hecho trascendental para el periodismo, porque dejó una vez más, al descubierto la corrupción institucional que se vive en México y que al día de hoy sigue totalmente vigente.

Este premio se suma a los diversos reconocimientos  que Cacho Ribeiro ha recibido a nivel nacional e internacional, entre los que se encuentran el Premio Mundial a la Libertad de Prensa UNESCO-Guillermo Cano, Premio Mundial “Valentía en el Periodismo” otorgado por la Fundación Internacional de Mujeres en los Medios de Comunicación (IWMF, por sus siglas en inglés) y el Premio “Reporteros del Mundo”, así como el premio Nelson Mandela Changemaker .

Libertad Secuestrada

Desde CIMAC se publicó el informe: Libertad Secuestrada, el cual reconstruye por medio de los titulares de ocho columnas, notas y columnas de opinión, la historia de la injusticia, de los pactos políticos, de la indignación social y de su desgaste en el caso de Lydia Cacho, con un análisis que mostró el trato que le dio la prensa local al caso y pasa por etapas cronológicas partiendo de la detención de la escritora y defensora de los derechos humanos describiendo la dinámica social y política que desencadenó el hecho.

A continuación reproducimos parte del texto introductorio escrito por Lucía Lagunes Huerta, quien reproduce los hechos tras enterarse como amiga y periodista sobre la detención de Cacho.

Desde hace 20 años, cuando nació Comunicación e Información de la Mujer (CIMAC), sabíamos que el trabajo de sumar a las profesionales del periodismo era indispensable para esta tarea. Por ello, se recorrió el territorio nacional para poner en la mesa el tema de visibilizar la condición social de las mujeres para sumar y sumar; así, la Red Nacional de Periodistas se consolidó en 1995 y hasta hoy sigue funcionando.

En este camino nos encontramos CIMAC y Lydia, con quien compartimos el proceso de construcción de la Red de Periodistas de México, Centroamérica y el Caribe.

Un 16 diciembre del 2005 la vida pacífica de CIMAC se alteró por completo después de recibir una llamada de la oficina de Cecilia Loría, entonces directora de Indesol: “Detuvieron a Lydia Cacho en Cancún. Al parecer por policías de Puebla; no sabemos dónde está, nadie la acompaña; la sacaron por la puerta de atrás”. Informó Alicia Tajonar que te avisara”.

Era un fin de semana, pero la detención de Lydia no era el clásico “sabadazo”; a ello, se sumaba que era el mes de diciembre, cuando la gente se va de fiesta o de vacaciones, y la escasez de información aletarga el trabajo en las redacciones de los medios de comunicación.

Había que informar a la sociedad y a las redes de periodistas de la detención de Lydia y lo que significaba. Un breve mensaje empezó a correr por el ciber espacio: “Policías poblanos detienen a Lydia Cacho en Cancún, no sabemos su paradero, su vida podría estar en peligro”.

Lo que más preocupaba era la falta de información. Contactamos de inmediato a la periodista Cecilia Lavalle, de Quintana Roo, integrante de la Red Nacional de Periodistas, y nos confirmó la noticia. A Lydia la habían detenido judiciales del estado de Puebla, la iban a trasladar vía terrestre de Cancún a la ciudad de Puebla. Iba sola, sin nada.

De inmediato, contactamos a las compañeras periodistas de Puebla pues había que investigar: quién había girado la orden de aprensión, bajo qué cargos, cuál era la razón de llevarla vía terrestre; preguntas que nadie respondía.

En la oficina de la procuradora de Puebla, Laura Villeda, una voz masculina –quien dijo ser su secretario particular– aseguró no saber nada y se excusó argumentando el inicio del periodo vacacional, que buscaría a la procuradora y le preguntaría. Dos horas después seguía sin encontrar a la funcionaria.

En las primeras horas “nadie” en Puebla sabía de esta detención, preocupaba más todavía el hermetismo informativo. Había que buscar otras vías.

Establecimos contacto con la senadora poblana Lucero Saldaña, quien inmediatamente inició investigaciones, mantuvimos una comunicación telefónica directa de todas sus pesquisas y de las nuestras.

La noticia inició su camino; en radio y portales de Internet se empezó a difundir la detención de Lydia Cacho, también de la ausencia de información de lo que se suponía que podría haber, del peligro que podría significar que la tuvieran detenida e incomunicada.

Por fin una señal, efectivamente eran judiciales de Puebla. Pero nadie sabía dónde estaba, ni porqué la llevaban por carretera.

Una conversación con la procuradora de Puebla y la senadora Lucero Saldaña dejó claro a las autoridades que Lydia no estaba sola, que como periodista estaba respaldada por la Red Nacional de Periodistas.

“Usted no sabe con quién se ha metido, señora procuradora, no con una periodista, está agrediendo a cientos de periodistas de la Red Nacional de Periodistas, que tiene lazos en todo el mundo. La noticia ya está circulando”, le explicó la senadora Saldaña.

El tiempo pasaba y no había más información. Al filo de las siete de la noche llegó algo:
Lydia había podido marcar de un celular e informar que estaba por la ciudad de Mérida.

Para ese momento ya nos habíamos organizado; estaríamos en Puebla las periodistas, la senadora y la fiscal especial Alicia Elena Pérez Duarte.

Las redes de periodistas y las redes humanas construyeron un escudo que logró que Lydia llegara a Puebla. En más de una conversación pública y privada Lydia reconoce este cobijo.

Impunidad

Por estas violaciones a sus derechos, Lydia Cacho y la organización Artículo 19 responsabilizaron a Mario Marín (“El gober precioso”), Kamel Nacif y Hugo Adolfo Karam Beltrán, exigiendo al gobierno federal su localización, detención y una pena máxima como sanción.

Pese a que en enero de 2019 el Estado mexicano ofreció una disculpa pública a Lydia Cacho por las agresiones de las que fue víctima y se comprometió a «dejar atrás la simulación”, las investigaciones no han brindado acceso real a la justicia para la periodista ni la posibilidad de volver a México.

En mayo de 2021, el empresario Kamel Nacif Borge fue detenido en Líbano. Sin embargo, dos meses después, el Tercer Tribunal Colegiado en Quintana Roo le otorgó un amparo para dejar sin efectos la orden de aprehensión por el delito de tortura en contra de la periodista, con lo que se abrió otro surco en el camino a la impunidad.

Por su parte, Mario Marín Torres –ex gobernador de Puebla– fue detenido en febrero de 2021, pero su estancia tras las rejas correría riesgo por la exoneración a Kamel Nacif.

Otro ejemplo de impunidad es el caso de Hugo Karam Beltrán, ex director de la extinta Policía Judicial de Puebla durante el gobierno de Mario Marín, quien continúa prófugo e incluso solicitó en abril de 2021 la suspensión de la orden de aprehensión en su contra. Aunque un mes después se resolvió que la orden se mantendría, sigue sin conocerse su paradero.

Ante la exoneración de Kamel Nacif y el desconocimiento sobre la localización de Hugo Karam, la defensa legal de la periodista y defensora de los Derechos Humanos de las mujeres destacó que en los últimos tres años se han abierto casi 40 expedientes judiciales en el caso sobre todos los implicados en la tortura, pero la justicia para Lydia Cacho sigue sin llegar.

El proceso de investigación

La periodista señaló que durante cinco años viajó por el mundo para documentar cómo operan las redes de trata de mujeres, niñas y niños, sus cómplices en los gobiernos y en los sistemas financieros, también entrevistó a cientos de víctimas y documentó los esfuerzos globales que funcionan para el rescate y reparación del daño de las víctimas de la esclavitud humana trasnacional.

“No podemos darnos por vencidas frente a los avances de las redes de trata y explotación, además de documentar las voces de las sobrevivientes, es urgente investigar, perseguir y sentenciar a los grandes operadores de la compra venta de seres humanos y a los grandes productores de pornografía infantil y juvenil que están promoviendo una subcultura de pornifiación y violencia sexual en la niñez del mundo. Porque aquí nadie se rinde seguimos”, declaró Lydia Cacho en una publicación de su cuenta de Instagram.