El incidente, captado en video, tuvo lugar cuando David Ramos, un joven de 16 años, de origen latino, sufrió una crisis de epilepsia en el baño de un restaurante de comida rápida en Fresno, California.

Cuando su hermana presenció el inició de la crisis llamó al 911 para solicitar ayuda. Sin embargo, al llegar al lugar lo primero que hicieron los oficiales fue tratar de esposar al adolescente.

“Nosotros pedimos la ayuda de las ambulancias, no de los policías. Mi hijo no estaba lastimando a nadie. Todavía miró que mi hijo estaba vomitando y convulsionando y todavía tenía a mi hijo esposado en el suelo“, dijo la madre del menor de edad.

Sin embargo, a pesar de las explicaciones que sus familiares intentaban ofrecer para que no maltrataran al menor, los agentes siguieron adelante alegando que lo esposaban para evitar que se hiciera daño a sí mismo o a otras personas.

Más adelante los agentes intentaron subirlo a la patrulla de poolicía, donde el joven comenzó a vomitar y, según su madre, lo dejaron tendido en el suelo sin prestarle ayuda. Fue entonces cuando su madre buscó los documentos que probaron su condición médica y se los mostró a los uniformados.

Finalmente, el personal de emergencia pudo atenderlo y llevarlo al hospital, donde el joven no solo tuvo que recibir atención médica por su ataque de epilepsia, sino también por una fractura en un dedo y varias lesiones en la piel que sufrió durante el incidente con la policía.

Mientras estaban en el centro médico, la familia recibió la visita del departamento de policía para informarles que el menor no sería arrestado. De acuerdo con el reporte, el hecho ocurrió el pasado 30 de enero, sin embargo, hechos como este han revivido en un tiempo en el que se exige mayor trato con dignidad por parte de las autoridades y que se ofrezca un acercamiento adecuado para las personas con dificultades físicas y mentales. Tras la denuncia de la madre, la policía informó que el caso estába bajo investigación.