La Jueza conservadora Amy Coney Barrett insinuó que su voto a favor de Texas se debía a los tecnicismos en el proceso de apelación más que a un acuerdo con el estado sobre el contenido de la Ley.

“Que yo sepa, esta corte nunca ha revisado la decisión de un tribunal de apelaciones de dictar — o no dictar— una suspensión administrativa. Yo no entraría en ese asunto. Cuando se introduce, una suspensión administrativa se supone que es un preludio de corta duración al evento principal: un fallo sobre la moción de suspensión pendiente de apelación”, escribió en una opinión concurrente a la que se unió el Juez conservador Brett Kavanaugh.

La batalla en torno a la Ley de migración de Texas es una de varias disputas judiciales entre funcionarios de Texas y el Gobierno del Presidente Joe Biden sobre qué tan lejos puede ir el estado para vigilar la frontera con México y evitar los cruces fronterizos irregulares.

Varios gobernadores republicanos han respaldado las labores de Abbott, asegurando que el Gobierno federal no está haciendo lo suficiente para aplicar las leyes migratorias existentes.

La Corte Suprema anuló en 2012 partes fundamentales de una Ley de Arizona que le habría permitido a la policía detener a personas por violaciones federales de migración, una medida a la que los detractores se referían frecuentemente como la iniciativa “muéstreme sus documentos”. En un fallo dividido, el tribunal determinó en aquel entonces que el estancamiento en Washington en torno a una reforma migratoria no justificaba una intrusión estatal.