Monterrey, NL.

Lo iba a titular “Lucha de clases para Dummies”, pero, igual: creo que ya capté su atención.
Vamos a empezar con un poco de Historia:
Dicen los expertos que la agricultura comenzó cuando alguien notó que las plantas que recolectaban crecían donde la tribu iba a defecar. Y que, al tener excedente de plantas, eso permitió iniciar la ganadería, debido a que los animales salvajes se acercaron a comer del, ahora, exceso de comida que tenían los antiguos cazadores recolectores.
El autor del libro SAPIENS, Yuval Noah Harari, comenta que “el descubrir la agricultura fue lo peor que le pudo pasar a la humanidad”. No solo por el daño medio ambiental, creo que también por la perdida del colectivismo humano.
Me explico: en la tribu, había un líder, había un chamán, pero igual todo se sometía al consejo de la tribu. Y todos tenían que cooperar para poder tener alimento.
En el momento de descubrir la agricultura, y de haber un excedente en alimento que permitía tener lo que después se denominó “riqueza”, empezaron los problemas.
Primero, no faltó quien dijo que “alguien debe orar para que los dioses nos favorezcan con buenas cosechas”. Y nació la casta sacerdotal, la cual solo se dedicó a administrar las “rentas”, pero evitó ser parte del proceso productivo.
Y luego vieron que aquellos que tenían buenas cosechas (y excedente alimentario), eran envidiados y luego agredidos por quienes no gozaban de “la simpatía de los dioses”, y se morían de hambre. Por lo cual tuvo que crearse una casta guerrera, para “proteger” a los demás. Y fueron otros que se salieron del proceso productivo.
Al final, quedaron los que, por algún motivo, tenían mejores habilidades para producir. Al darse cuenta de lo anterior, se fueron apropiando de los terrenos de los demás, aduciendo que era “por el bien de la comunidad”. Y consintieron en mejor dirigir a los demás en el proceso productivo. La mayoría, estuvo de acuerdo. Hasta que los primeros, se dieron cuenta que ellos también se podían librar de ese proceso productivo, y en lugar de compartir, solo tenían que obligar a los demás a trabajar para ellos. Para eso, buscaron el apoyo tanto de la casta sacerdotal como de la casta guerrera.
Así fue como nació la esclavitud en la antigüedad. Un proceso productivo que “evolucionó” a la servidumbre en la Edad Media, y, ya en la era moderna, a algo llamado “outsourcing”. Este último, el producto mejor logrado de sometimiento de los que venden su fuerza de trabajo por parte de los dueños de los medios de producción. Lo anterior debido a que, tanto en la esclavitud como en la servidumbre, el “señor” tenía que proveer a sus esclavos o vasallos tanto de vestimenta como de vivienda, no se diga de alimento. Ya con el “outsourcing”, solo se obligan a proveer de vestimenta (uniforme laboral, y solo para el trabajador(a), no para el resto de la familia), y de un salario que cubra solo el alimento (y eso, a veces, porque muchos no alcanzaban a cubrir ni 3 comidas diarias).
Así que cuando empezaron las luchas por un mejor reparto de la producción, fue cuando empezó la polarización. Porque los que no aportaban nada a la producción por medio de su trabajo, no querían compartir el resultado del esfuerzo de aquellos que sí se dedicaban a producir por medio de su trabajo. La polarización siempre ha existido, no es un una “situación” que empezará el 1 de diciembre de 2018 en nuestro país. Es un fenómeno mundial. Y es provocado por la forma en la cual se va a repartir la plusvalía de la producción generado por los trabajadores.
Hice un comentario, medio en broma, medio en serio, donde ponía que aquellos que abominan del socialismo pueden compartir su aguinaldo en mi cuenta bancaria. Ya que la entrega del aguinaldo es una forma de repartir en forma más equitativa la plusvalía de la producción generada, y es un logro laboral alcanzado precisamente por sindicatos (uniones de trabajadores) a los cuales se les tachaba de “socialistas” y/o “anarquistas” por los grupos que se consideran los dueños de los medios de producción o garantes de las líneas de producción: casta religiosa, guerrera y patronal.
No faltó uno de mis contactos que me comentó que “yo también quiero aguinaldo”. Solo que ella decidió arriesgarse a formar parte de la casta patronal, y lo logró. Por lo cual, las utilidades que genera el medio de producción en el cual invirtió (no solo dinero, sino tiempo y trabajo) es su justo premio, y se lleva un reparto mayor que el de sus trabajadores. Solo que tampoco es justo que se lleve toda la utilidad. Porque, pónganse a pensar: ¿Logró obtener toda esa utilidad sin el trabajo de sus empleados? De ser así, entonces ¿para qué quiere empleados?
Hubo otra que fue más “tierna” todavía. Me dice que “a la inversa, también aplica con los socialistas”, en el sentido de que quieren una vida burguesa también. ¡Pero por supuesto que sí! De hecho, todos buscamos trabajar para poder tener comodidades y un sistema de vida que nos permita trascender. Trabajar solo para poder comer (y a veces, solo medio comer), es frustrante para cualquiera.
Por eso se busca luchar por un mejor reparto de las utilidades (o plusvalía) generada por la producción. Porque muchos detractores de esa lucha siguen pensando que los socialistas buscan una “pobreza franciscana” o vivir en una “colectividad” más propia de la Edad de Piedra, y no alcanzan a comprender que lo que se busca es que todos tengan las mismas oportunidades: oportunidad de tener una buena vivienda, acceso a la educación, un empleo bien pagado y un retiro laboral digno.
Porque cualquiera que diga que eso no se puede alcanzar con los actuales niveles de producción, simplemente, o es parte de la casta patronal o está tan bien adoctrinado que defiende sus cadenas.
Así que, mientras no exista un reparto justo de las utilidades generadas de la producción (de cualquier tipo), simplemente, habrá polarización entre los miembros de la sociedad.
Y, cuando llegué alguien al poder que busqué eliminar esa DESIGUALDAD, los que se llevaban todas las utilidades van a gritar: POLARIZACIÓN. Y van a continuar con “dictadura”, “represión” y todo lo que se les pueda ocurrir.
Porque muchos siguen viendo a los demás, solo como esclavos, no como compañeros de la misma sociedad.