Monterrey, N.L.

Se está buscando desde hace ya cinco años la desestabilización del país por las fuerzas reaccionarias de la derecha mexicana y sus socios extranjeros, pero, aún no pueden lograrlo.

Los recientes ataques en estados como Chiapas, Guerrero Tabasco y Tamaulipas, por grupos armados contra su población y migrantes que atraviesan el territorio nacional, patentizan un clima desesperado de prácticas terroristas para sembrar la inseguridad y buscar el descrédito del gobierno de la Cuarta Transformación (4T) en sus tres niveles de actuación, pretendiendo con ello, dar razón a los argumentos de inestabilidad y mal gobierno, que todos los días enarbolan  perversos opositores al Presidente Andrés Manuel López Obrador y su gobierno.

Vivimos una Guerra Híbrida

Todo indica que estos opositores van ya en una “guerra híbrida” (1) donde lo mismo es atacar diariamente con medios “desinformativos” (como los llama AMLO), tanto a su persona como a la obra del gobierno de la 4T; no digamos las declaraciones o acciones de supuestas protestas por los restos que aún quedan de partidos políticos; o, el colmo, el ya utilizar una abierta ofensiva terrorista, con comandos armados de parte de diferentes grupos de la delincuencia organizada y evidentemente, cada vez más, saliendo a flote, el apoyo del “ Estado Profundo” (Deep State) (2) del vecino del Norte. Ahí están las declaraciones recientes del Presidente sobre políticos de Estados Unidos con nexos en el tráfico de migrantes (La Jornada. 6/1/2023)

No cabe duda, 36 años de políticas Neoliberales dieron jugosas ganancias a una oligarquía afín a esos cambios del Gran Capital, en aras más que transformaciones productivas sobre el mismo, se buscó el dominó del aspecto especulativo del Capital, creando así una economía ficción de beneficio para unos cuantos rufianes encabezados por Carlos Salinas de Gortari, impulsando como consecuencia de su rapiña, una fábrica de pobres y saqueos sin piedad de nuestros recursos naturales, para ofrecerlos en charola de plata a intereses extranjeros. Esa pobreza desató una gran migración en territorio nacional hacia los Estados Unidos.

Insistimos, el Salinismo y sus seguidores, primero desde el PRI y luego desde el PAN, promovieron y construyeron un modelo económico para ir en contra de una relación capital-trabajo de impulso a la productividad y pasar al mundo de la especulación sin miramiento alguno, impulsando la destrucción del Estado Benefactor y sacando adelante la conformación de un Narco-Estado, ya que las actividades del Narcotráfico se vieron tremenda favorecidas y empezaron con sus jugosos dividendos a caminar de la mano con la economía imperante de esos año y llevándola a un desgaste y sometimiento impresionante, que en esos 36 años, sólo permitió un PIB promedio de alrededor del 2 por ciento anual, todo para seguir en sí, las recomendaciones que sugería ese personaje siniestro del imperialismo Yankee, llamado Henry Kissinger, con lo que él bautizó -a ese proceso de saqueo y explotación-, el “Nuevo Orden”, operado desde principios de los años setenta del siglo pasado en los Estados Unidos, y buscando aplicarlo al resto del mundo por los organismos internacionales del Banco Mundial y el FMI. Una realidad que sólo llevó a una crisis mundial del capitalismo y a una inevitable migración del Tercer Mundo la Primer Mundo.

Llegó el Gobierno de la esperanza

Sería hasta 2018, con la llegada de López Obrador al poder político en México, con el voto de más de 30 millones de ciudadanos, lo que permitió dar por terminado los 36 años de políticas neoliberales que habían impuesto los tecnócratas neoliberales desde 1982 con los gobiernos de Miguel de la Madrid, Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

Con la 4T y su gobierno, “Un gobierno del Pueblo, para el Pueblo y con el Pueblo”, Obrador en cinco años no sólo ha llegado a prácticamente cumplir los cien compromisos que ofreció para sacar adelante a su Pueblo, llevando al país a un desarrollo económico con justicia, y a pesar de dos años de Pandemia del COVID, algo jamás observado en México y ello ha impulsado que muy buena parte de la oposición que tenía Obrador en un principio de su gobierno, ésta  haya aceptado, desde pagar impuestos hasta solidarizarse e integrarse a la construcción de la 4T. Eso ha desfondado económica y moralmente a los partidos enemigos de Morena, el partido que llevó al poder político a Obrador, no digamos los miles de movimientos ciudadanos a lo largo y ancho del país que están con la 4T y defienden a su Presidente; de ahí las siglas de Morena (Movimiento de Regeneración Nacional) y de que Obrador siga con un lugar muy alto en las encuestas de opinión en estos cinco años y tenga un lugar también muy alto de reconocimiento y aprecio a nivel mundial; de ahí también, la aniquilación de los partido de oposición o su integración decidida a impulsar la 4T como el caso reciente del partido de Movimiento Ciudadano (MC), y de que los grupos empresariales más fuertes y que habían estado en contra de Obrador, al ver que las políticas de la “Economía Moral” de la 4T que les ha traído pingües ganancias, no les ha quedado otra que junto con los magnates de la Banca y capitalistas extranjeros se integren al proyecto obradorista y se vayan sumando a la evidente candidatura y triunfo de Claudia Sheinbaum. El arribo en grande de la Inversión Extrajera Directa y un Peso Fuerte justifican lo mencionado.

Así, por más acciones contra AMLO que se han buscado conformar desde inclusive dentro del mismo gobierno por los restos del viejo Estado que quedaron, a la llegada del Estado de la 4T; por más acciones de gobernadores, presidentes municipales; por las perversas acciones de oligarcas o de movimientos agresivos contra nuestra economía por capitales extranjeros, sus casas evaluadoras de economías, medios desinformativos; las ridículas acciones de los partidos de la oposición, sus torpes discursos sin sentido de los mismos o movilizaciones fallidas, e inclusive hasta la presencia de fenómenos siniestros que muy bien pueden ser clasificados como de “Guerra Climática”, en fin, a pesar de todo ello y más, no se ha podido mermar el avance de la 4T, al contrario todo ello, la ha proyectado más y más, a instaurase como un verdadero movimiento nacional y hasta ejemplo mundial de economía y de hacer gobierno, impulsando una verdadera Revolución de las Conciencias para defender el camino andado del gobierno de la 4T y de su presidente, como de lo que nos espera para seguir teniendo la continuidad de la 4T y sus cambios pertinentes, con el arribo de Claudia Sheinbaum al poder en este año electoral.

No les va quedando otra más que el Terrorismo

Bajo todo lo anterior, ya no hay oposición partidaria, ha quedado muy mermada, desarticulada, sin candidatos, organización y un Programa de Lucha. No negamos que son millones de mexicanos que todavía se siguen oponiendo a lo avanzado por la 4T y quisieran regresar al viejo régimen de saqueo y explotación de hombres y Naturaleza, pero ante tal incertidumbre que viven por su incapacidad de oposición ante el avance de la 4T, sólo queda el recurso a prácticas terroristas y ahora ya, en grupos armados que el Narcotráfico posee y que han sido entrenados y armados por ese Estado Profundo del Yankee (Deep State) que sigue envenenado a su Pueblo, porque la producción y comercialización de las drogas sigue siendo un increíble negocio para oscuros intereses sobre todo en USA y otras partes del mundo -aunque no por mucho tiempo-, ante las políticas de Salud binacionales que se van implementando por el Presidente Joe  Biden y el Presidente AMLO y, su difusión a otros países.

La migración es un fenómeno de siempre en la historia de la Humanidad, ya por causas de catástrofes naturales, ya por la barbarie de los mismos hombres contra sus semejantes. La decadencia del Capitalismo como modo de producción en agonía, está movilizando en el planeta a millones de seres de seres humanos, y en el caso de México, se está utilizando en esta “guerra híbrida” contra la 4T como una herramienta de ataque y ya combinada con acciones terroristas del único “Ejercito” que le queda a la Reacción y al Estado Profundo del Yankee en México para enfrentarse a la Revolución de la Cuarta Transformación, pero, ante ello, la Revolución de las Conciencias y la organización y movilización popular será el antídoto para contrarrestar el “Terrorismo de la Reacción” que busca el regreso al saqueo y explotación de las políticas Neoliberales a favor de una decadente oligarquía y sus socios extranjeros ¡Órale!

Notas

(1) Guerra híbrida (también llamado ataque híbrido, estrategia híbrida, tácticas híbridas o conflicto híbrido) es una teoría de la estrategia militar en el que se utilizan toda clase de medios y procedimientos ya sea la fuerza convencional o cualquier otro medio irregular como la insurgencia, el terrorismo, la migración, los recursos naturales e incluso otros más sofisticados mediante el empleo de las últimas tecnologías (guerra cibernética) con otros métodos de influencia como las noticias falsas, diplomacia, guerra jurídica e intervención electoral del extranjero y en las que la influencia sobre la población resulta vital.¹ Es un nuevo tipo de guerra que “viene a dar por superada la guerra asimétrica (ejército convencional contra fuerza insurgente)”.² Una ventaja de esta estrategia es que el agresor puede evitar que le atribuyan el ataque (una idea en cierto modo similar a la negación plausible).

Los conflictos híbridos implican esfuerzos a diferentes niveles con el objetivo de desestabilizar un estado funcional y provocar una polarización de su sociedad.³ A diferencia de lo que ocurre en la guerra convencional, el “centro de gravedad” de la guerra híbrida es un sector determinado de la población. El enemigo trata de influenciar a los estrategas políticos más destacados y a los principales responsables de la toma de decisiones combinando el uso de la presión con operaciones subversivas. El agresor a menudo recurre a actuaciones clandestinas para no asumir la responsabilidad o las posibles represalias.”⁴

Es un concepto de reciente creación (2014) con una definición no precisa en la que según el autor se establecen distintos matices como por ejemplo al establecer si el empleo de los medios convencionales e irregulares se realiza de forma simultánea o no. El concepto guerra híbrida como una nueva forma de guerra no ha logrado hacerse un hueco en la Doctrina de Defensa de Estados Unidos sino que el término es usado para referirse de forma imprecisa a la complejidad del conflicto irregular.¹ (según: Wikipedia).

(2)    Un Estado profundo (en inglés: deep state), también conocido como Estado dentro del Estado o cloacas del Estado, hace referencia a una forma de gobierno clandestino de un Estado, operado mediante redes de grupos de poder encubiertas, que actúan de manera coludida, con el fin de seguir una agenda en común y objetivos propios de manera independiente y en paralelo al gobierno legítimo y/o elegido democráticamente, muchas veces cometiendo actos de corrupción. Ejemplos de los órganos del Estado que son utilizados para estos fines son las fuerzas armadas o autoridades civiles (servicios de inteligencia, policías, policías secretas, agencias gubernamentales y de la Administración Pública en general). Asimismo, este término es utilizado comúnmente para la creación de teorías de conspiración relacionadas con la política, en especial cuando existe un cambio de mando en el poder y pasa un partido o coalición opositora a ser oficialista.¹

Por otra parte, un Estado profundo también puede tomar forma a través de funcionarios atrincherados que actúen de manera no conspirativa, para promover sus propios intereses. La finalidad de un Estado profundo puede incluir la continuidad del Estado mismo, la seguridad del empleo para sus miembros, un mayor poder y autoridad, y la búsqueda de objetivos ideológicos. Puede operar por medio de la burocracia en oposición a la agenda de los funcionarios electos, obstruyendo, resistiendo y subvirtiendo sus políticas, condiciones y directivas.² También puede tomar forma mediante empresas públicas o compañías privadas que actúan independientemente del control regulatorio o estatal. (según Wikipedia).