Monterrey, N.L.

Miren, si muchos están orgullosos de trabajar para instituciones que no les entregan ninguna prestación de ley, pues, mis parabienes.
Yo hace mucho aprendí que trabajar para otro no te va a permitir a ti hacerte rico, y menos si no te da prestaciones de ley. De hecho, fue en una óptica muy afamada, recién salido de la residencia, donde me di cuenta de lo anterior.
Y sí, trabajé para una universidad privada que no me dio prestaciones de ley. Pero porque casí todos los médicos en la unidad institucional donde yo estuve tuvimos la facilidad de ingresar, y tener un ingreso extra en nuestro horario laboral. Universidad la cual canceló mi contrato cuando lleve mi diploma de maestro en ciencias, porque, en ese momento, nadie más, ni el director de la facultad de medicina de dicha universidad, tenía un diploma igual.
Pero el punto es que no comprendo como muchos pueden “presumir” (no hallé otro término) trabajar para empresas (las universidades privadas lo son, los hospitales privados lo son, algunas instituciones dizque “públicas” están para propósitos prácticos privatizadas) donde los EXPLOTAN LABORALMENTE (Lo siento. De nuevo, no hallé otro término).
Solo puedo decirles que son el producto mejor acabado del neoliberalismo, proletariados (porque para ser proletariado no vendes solo tu fuerza de trabajo, también tu trabajo intelectual); decía, proletariados sin ningún medio de producción, a los cuales los hacen sentirse orgullosos de ser explotados.
Porque si tuvieran un medio de producción, el cual aunque ustedes tuvieran una enfermedad grave o una situación incapacitante, si ese medio de producción sigue funcionado AÚN SIN USTEDES, y dando plusvalía ; pues, entonces son empresarios.
Pero si vives de tus manos, de tu cerebro, o tienes una “empresa” que sin tu presencia quiebra, pues, con la pena: eres igual o peor proletariado que esas pobres almas que presumen ser explotadas, porque les “enseñaron” que eso es lo “correcto”.
Y que exigir igualdad y buen trato laboral es “subversivo” y “comunista”.
Me han dicho hasta “traidor de clase social”, pero yo acepté mi clase social, un lumpen proletariado con algo de educación que disfrutó conquistas laborales “perversas”, por ser de izquierda: vacaciones pagadas, licencias por enfermedad, aguinaldos, reparto de utilidades. Y que hoy goza de una pensión.
Por lo menos yo, soy congruente y no ataco a la izquierda que logró estas conquistas. Conquistas laborales que los empresarios (salvo muy, pero muy honrosas excepciones), nunca te darán.
Así que ustedes presuman su explotación. Yo sigo disfrutando mi jubilación.