Monterrey, N.L.

Es extraña la forma de ser de muchos. Voy a hacer una pregunta: ¿Qué tienen en común una película como “Sin novedad en el frente”; y un político como AMLO? ¿” Disparatado” mi planteamiento? No lo creo. Y me explico:
Critican a los migrantes de otros países, pero desconocen que ahora se pueden mover libremente en la mayor parte de los países, gracias a un tratado internacional firmado en la ONU en 2018. Claro, hubo países que se abstuvieron de firmarlo, como los EUA. Pero el tratado resultó a consecuencia de la propuesta de dos países: Suiza y…México. Eso fue durante la época de Peña Nieto. Pero ahora, todos critican a AMLO por permitir que exista el tránsito de migrantes, cuando solo está cumpliendo la ley.
Muchos critican que ahora, la comunidad de la diversidad sexual se manifieste tan abiertamente. Pero resulta que en 2005 la misma ONU clasificó la preferencia sexual y/o de género (o la falta de dicho género) como un derecho humano fundamental. Obvio, no tardo mucho para ver que las ramas de la economía que controla dicha comunidad hicieron todo lo posible para promocionarse. Como con el negocio del espectáculo. Lo cual no deja de ser su derecho. Pero olvidan que existen otras preferencias sexuales, sobre todo el de la mayoría: la heterosexualidad. Por eso se molestan cuando son criticados debido a meter a personajes no heterosexuales en todo. Y que sus premiaciones, se enfoquen solo a espectáculos donde siempre hay por lo menos un personaje de la diversidad sexual. Y en México, critican también que realicen sus desfiles con ese fin: promocionarse. De nuevo, culpando a AMLO, cuando solo cumple la ley.
Critican el que el peso mexicano se aprecie, y no aceptan que es secundario a un manejo disciplinado de las finanzas. Pero festejan cuando por la turbulencia económica provocada por otros países (sobre todo, los EUA); se especula con su precio y se vuelve a “devaluar”. Claro, sin aceptar que, aun con esos movimientos especulativos, estamos lejos de un “tequilazo” como en 1994.
Exigen que se luche contra la delincuencia y la corrupción, pero aplauden si el poder judicial, el único poder fuera del control del movimiento de AMLO; libera a criminales fuera de toda duda, o los ampara para evitar ser extraditados. Eso por no mencionar el que aplaudan a rabiar cuando Lorenzo Córdova presume abuso de autoridad al no dejar expresarse a los consejeros contrarios a él (prácticamente, solo los de MORENA); y hasta se pitorrea de ellos cuando presume que se “logró” que Edmundo Jacobo regresara a su puesto. Puesto en el cual pudo permanecer, así como lo hizo en su momento Córdova, tergiversando la ley que habían prometido “defender”.
Suspiran por una intervención militar de los EUA en México, que derrocara a este gobierno. Y ni siquiera son para disimularlo. Lo promocionan en forma abierta.
Y puedo seguir. Algunos se quejan de que no “profundizo” en mis escritos. Pero he escrito de temas muy profundos, y muchos no le entienden. Sobre todo, a los que va dirigido el mensaje: la oposición. En serio, no sé si sea por ignorancia, o ya por simple cinismo e hipocresía.
Vamos: ayer su prócer, Felipe Calderón, se aventó la barrabasada de comentar que “tenía dudas sobre el veredicto en contra de García Luna”. Regresó a la tesis de Carlos Marín: si un juez mexicano hubiera tenido el caso, lo hubiera absuelto. Pero en los EUA, estuvo a “merced” de “hombres y mujeres, comunes y corrientes”.
Su cinismo, su hipocresía y su prepotencia, se hacen palpables. Son los “privilegiados” de un sistema, que olvida a la “mayoría silenciosa”: esa mayoría trabajadora, estudiosa, que decide seguir las leyes y las reglas. Y yo diría, hasta las tradiciones.
Solo que ahora, a diferencia de otras épocas, la gente percibe la incongruencia de esos “privilegiados”. No solo en México, sino en todo el mundo.
De esos que permitieron un gobierno criminal en nuestro país, aumentando en cifras impensables los homicidios y la violencia. Aplaudiendo y premiando a los que evadían la ley, mientras perseguían a los que los denunciaban, en lugar de aplicar la justicia con el debido proceso. Algo que siguen sin hacer.
Y esos mismos son los que suspiran por una invasión de los EUA, porque admiran también el doble lenguaje estadounidense. Ese que propicia guerras en busca de la “democracia”. Ese que violó un tratado (Tratado de Minsk, de 2014), que aseguraba la paz en Ucrania, para poder irse a la guerra con Rusia. Así fuera en forma indirecta. Sin pensar que los rusos se iban a dar cuenta de la traición, y que se iban a preparar, y en mucha mejor forma, para dicho conflicto.
A un punto donde la economía estadounidense ya está resintiendo los efectos de dicho conflicto, y donde el riesgo de una severa recesión puede comprometernos a nosotros, los mexicanos, seriamente.
Y lo anterior sería al haber despidos masivos por quiebra de empresas, con lo cual las remesas dejarían de llegar. Y también al no haber actividad económica, provocando una disminución del precio del petróleo, con lo cual también nos veríamos afectados. Por no mencionar que los miles de migrantes que esperan pasar a los EUA definitivamente nunca serían aceptados.
Claro, la oposición “saliva”, se “paladea” esperando lo anterior. Ya que, si no hay invasión de los EUA, de perdido que una crisis económica los ayude a descarrilar a la 4T. Y ya sin la 4T, poder seguir haciendo sus negocios en los “oscuro”, conseguir sus “moches” y sus “transacciones”, poder seguir en puestos donde viven como reyes, pero con dinero del erario.
Porque en el fondo, casi todos los que tienen algún puesto de poder o algún tipo de influencia, es lo que hacen, aquí en México o en cualquier parte del mundo: imponer su agenda, imponer sus intereses sobre el bien común. Decirse “demócratas” o hasta “inclusivos”. Siempre y cuando, sean sus políticos los que estén en el poder y su agenda, insisto, la que sea “incluida”.
Porque ver por la mayoría, insisto: esa mayoría honesta, trabajadora, que estudia y sigue las reglas, y que también es heterosexual, no les interesa.
Tal vez por eso, lo anterior lo vimos reflejado en una película donde se aprecia como el hombre y la mujer común son solo medios, y no los fines, para las aspiraciones y los negocios de unos pocos; por lo cual no fue premiada como debería.
Porque una película como “Sin novedad en el frente”, trata sobre eso: la manera en la cual una persona común aprecia como muchos son arrastrados a situaciones que no deberían ni siquiera de existir, porque perjudican a la gran mayoría. Y son arrastrados solo por unos pocos.
Por eso también, todos los que siguen solapando ese antiguo estado de cosas, que vemos que ocurren desde siempre en la historia, siguen tratando de menospreciar a quienes quieren cambiar las cosas.
Así sean una película “bélica” que realmente es un poema contra la guerra. Así sea contra un político mexicano que es tachado de “populista” por ver primero por el bien de la mayoría, y no solo por sus intereses.
Al final, solo les queda el cinismo. Por no poder aceptar que su lucha, es moralmente indefendible. Por donde le busquen.
Aunque sé, que nunca lo van a aceptar. Porque eso sería tanto como negar su esencia. Y si lo llegan a hacer, se quedarían sin nada. Completamente huecos por dentro.
Lo único que resta, es que esa mayoría se siga imponiendo, y hacerles ver que no van a aceptar sus políticas, sus agendas, sus propuestas (incluyendo hasta de espectáculos), mientras los olviden a ellos y ellas: la “gran mayoría”.
Porque el tiempo en el cual estaba silenciada esa mayoría, ya terminó. Por eso, hoy no pueden decir, como antaño, que estamos “sin novedad en el frente”.