Monterrey, NL.

Lo anterior, es una expresión muy utilizada en Monterrey para señalar a alguien que presume tener lo que no tiene, por poner un ejemplo. Alguien exagerado, rozando el histrionismo, pero que odia quedarse atrás en todo lo que sea de moda. Aunque no tenga ni un quinto partido a la mitad para poder sufragar su tren de vida.
Pues bien, hace no mucho, hice un experimento social aquí, en forma empírica. Me puse a contar las manchas de aceite en los cajones de estacionamiento de centros comerciales por el área donde vivo (el poniente de la ciudad).
Y, mientras centros comerciales como Galerías Monterrey, Galerías Cumbres o el COSTCO tenían cajones de estacionamiento prácticamente impecables; supermercados por la calle de Lincoln tenían prácticamente todos sus cajones de estacionamiento “mancillados”: esto es, con manchas de aceite.
Así que, a esa población, yo la catalogué como “tira aceites”: personas que quieren tener auto, pero no quieren, o no pueden, darle el mantenimiento mínimo que un vehículo automotor requiere.
¿A qué viene lo anterior? Veo hoy en el noticiero matutino que el gobierno del estado de Nuevo León hizo un programa piloto de verificación vehicular. Y resultó que el 30% del parque vehicular no pasó la prueba de verificación.
Lo anterior me hizo pensar en varios puntos:
-Ni la prensa sabía donde están esos centros de verificación “pilotos”, y el gobierno tampoco fue para mostrar su ubicación, lo cual indica una severa falta de transparencia.
-Ya pasamos del punto donde el gobierno del estado pasó de culpar por la falta de agua a la población, por “bañarse dos veces al día”; y ahora veo que el siguiente paso, es culpar a la población por la contaminación, sin querer mencionar (mucho menos tocar) a la industria local. Porque recordemos que, durante la cuarentena en esta pandemia, el flujo vehicular disminuyó en forma significativa, PERO LA CONTAMINACIÓN CONTINUÓ IGUAL O PEOR. Pongo el enlace de esa nota:
MONTERREY, SEMIPARALIZADO PERO CON ALTA CONTAMINACIÓN DE AIRE
El Observatorio Ciudadano de Calidad del Aire informó que se presentaron altas concentraciones de partículas menores a 2.5 micras (PM2.5), que son las más dañinas para la salud” (sic)
EL SOL DE MÉXICO, a 24 de marzo de 2020
Lo anterior, fue en contra de lo hallado a nivel mundial:
“CÓMO LA PANDEMIA REVELÓ LO RÁPIDO QUE SE REDUCE LA CONTAMINACIÓN UNA VEZ SE DEJAN DE HACER TANTOS VIAJES EN AUTO (Y LA IMPACTANTE IMAGEN QUE LO REFLEJA)” (sic)
BBC, a 2 de junio de 2021
Entonces, volvemos a las eternas paradojas mexicanas, y, sobre todo, regiomontanas, las cuales serían dos:
La primera: ¿Cómo demonios le hicimos para ir a contracorriente y tener más contaminación si el parque vehicular en nuestra ciudad estaba (semi)paralizado por la pandemia? Si nos atenemos a la “navaja de Ockham”, la única explicación que queda es la actividad industrial. Por cierto, muchos pueden aducir que “gran parte de la contaminación es debida a la refinería de Cadereyta, Nuevo León”. Pero resulta que la metrópoli ya tiene tiempo siendo considerada de las más contaminadas no solo del país, sino también del continente. Y la refinería de Cadereyta estuvo muchos años, y sobre todo a partir de la reforma energética de EPN, trabajando solo a un tercio de su capacidad.
La segunda: como muchos “tira aceites” en Monterrey, siguen votando por la oligarquía, porque los hacen sentir que ellos forman “parte” de la “élite” solo por vivir en Monterrey. Sinceramente, yo esperaba un número mayor de carros que no pasarán la verificación vehicular. Lo ideal hubiera sido un 10% solamente, yo temía un 50%; así que un 30% que no pasaron la prueba de verificación me parece un número no tan despreciable en cuanto a pensar en el regiomontano como alguien que, en su gran mayoría, se preocupa por el medio ambiente.
Pero siguen apoyando gobiernos que los culpan de todo, mientras no tocan a las empresas en lo más mínimo. Y eso me plantea una última pregunta: ¿Cuánto tiempo más va a soportar el regiomontano lo anterior?
No olvidemos que la mitad de la población del área metropolitana de Monterrey utiliza transporte público, el cual se ha vuelto solo un medio para quitarles su dinero, ante el pésimo servicio prestado (y el más caro del país, además). La otra mitad utilizamos vehículos, y, si quieren implementar una “verificación” vehicular, pues eso implica que el gobierno solo va por el dinero del resto de la población.
Pero también tenemos un gobierno “tira aceite”, que no conoce la austeridad. Y el estado no puede soportar seguir con una población, y un gobierno, que no estén aterrizados, y solo sigan patinando en las manchas del aceite que siguen tirando al piso.
¿Hasta cuándo?