Trump exige detener investigación por su posible obstrucción de la justicia
August 1, 2018 - por Editorial
Nueva York.
El presidente Donald Trump pareció apretar la soga sobre su propio cuello al instar a su procurador general frenar de inmediato la investigación encabezada por el fiscal especial Robert Mueller que, entre otras cosas, está examinando la posible obstrucción de justicia por el propio mandatario.
En medio de su usual ráfaga de tuits matutinos, Trump escribió que la investigación de la posible colusión de su campaña electoral con los rusos es “una fabricación total” y que “ésta es una situación terrible y el procurador general Jeff Sessions debería frenar esta Cacería de Brujas chueca ahora mismo, antes de que continúe manchando más a nuestro país. Bob Mueller está totalmente en conflicto, y sus 17 Demócratas Enojados que están haciendo su trabajo sucio son una desgracia para Estados Unidos”.
Fue la declaración más directa de Trump -y una petición tal vez sin precedente de un presidente- sobre su deseo de que se ponga fin a la investigación que ha manchado a su Casa Blanca desde que la ocupó.
Mueller, encargado de la investigación sobre la mano rusa en las elecciones estadunidenses de 2016 está indagando entre otras cosas la posible colusión del equipo y socios de Trump con Moscú como también la posible obstrucción de la justicia del presidente al intentar descarrilar desde un principio esta investigación. Entre otras cosas que está evaluando como evidencia de obstrucción son las declaraciones y tuits de Trump.
De inmediato, varios legisladores demócratas y otros críticos acusaron que el tuit de hoy es nada menos que obstrucción de justicia. El senador demócrata e integrante del Comité Judicial Patrick Leahy respondió, por tuit: “cuando yo era fiscal, la obstrucción de justicia era frecuentemente difícil de comprobar, requiriendo evidencia difícil de obtener de que las acciones del individuo realmente tenían la intención para interferir con una investigación criminal en curso. Oh, cómo han cambiado los tiempos”.
El senador Richard Blumenthal, también ex fiscal, afirmó que “ahora existe evidencia altamente creíble de que el presidente de Estados Unidos está cometiendo obstrucción de justicia en tiempo real, frente a nuestros ojos”.
Abogados del presidente y la vocera de la Casa Blanca se apresuraron a descartar que el tuit de hoy fuera un intento para interferir de manera ilegal en la investigación, afirmando que sólo estaba expresando su opinión y deseo, y que no podría ser interpretado como una orden. “No es una orden. Es la opinión del presidente”, explicó la vocera Sarah Huckabee Sanders.
Varios legisladores republicanos también criticaron el tuit, enfatizando que desean que la investigación siga su curso hasta el fin.
Expertos señalaron que sería difícil acusar formalmente al presidente de obstrucción sólo con base a este último tuit, pero que podría fortalecer tal cargo al sumarse con otras declaraciones y decisiones del presidente desde inicios de esta investigación hace más de un año.
Al mismo tiempo, está el hecho de que el procurador general Sessions probablemente no puede cumplir, aun si deseara, con el deseo de Trump porque se ha recusado de participar en este asunto desde marzo del año pasado -decisión deplorada abiertamente por Trump quien ha dejado en claro que desde entones se arrepintió de haberlo nombrado a ese puesto. Por ello, el subprocurador fue quien designó como fiscal especial a Mueller.
A la vez, el nombramiento de Mueller es resultado de eventos que podrían ser parte de eventuales cargos de obstrucción de justicia contra el presidente, ya que Trump fue quien ordenó el despido del primer encargado de la investigación sobre la posible interferencia rusa en la eleccion, el entonces jefe del FBI James Comey, en mayo de 2017.
En torno a las constantes descalificaciones de la investigación por el presidente de que es una “cacería de brujas” impulsada por sus opositores, y su acusación de que el equipo de Mueller está integrado por demócratas, los hechos son que Mueller es republicano, y quien lo nombró, el subprocurador Rosenstein, también.
Para algunos, los continuos ataques del presidente contra investigaciones independientes como Ésta, contra tribunales y jueces que cuestionan y revierten sus polÍticas como el cada vez mÁs hostil -y peligroso- ataque contra los medios ya son parte de un asalto mayor sobre fuerzas o instituciones que limitan su poder ejecutivo.
Esa guerra política ha incluido la batalla por el control de “la “verdad”. Trump ha insistido en que solo él y sus aliados son los dueños de la verdad, y que investigadores, jueces y sobre todo periodistas, son “enemigos” que producen “fake news”. Según el Washington Post, que mantiene un contador de las mentiras expresadas por el presidente, Trump ha hecho 4 mil 229 afirmaciones falsas o engañosas en sus 558 días como presidente, un promedio de 7.6 por día; en su primer año hizo 2 mil 140 pero seis meses después ha casi duplicado ese total.