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Viviendo en condominio

May 15, 2022 - por

Monterrey, NL.

La oposición me hace reír, y mucho, aunque no lo crean. Su sistema de creencias es muy pueril, muy infantil, a un punto que llega a la cúspide de cualquier argumento sofista. Me explico:
Muchos aducen que los EUA están en lo correcto en no invitar a ciertos países a la Cumbre de las Américas, y aducen que “cada uno es libre de invitar a quien desea a entrar a su casa”. Un pronunciamiento de los más reduccionista posible, de una simpleza que explica el motivo por el cual muchos de sus planes no les resultan.
Pero vamos, con riesgo de perder algunas sinapsis y hasta tejido neuronal, a caer en este juego sofista de la oposición, y vamos a hacer una analogía.
Digamos que tenemos un edificio de departamentos. Y, por un lado, en el Pent-house tenemos al empresario, ese que se aprovecha de otras empresas más débiles y se apropia de éstas, ese que no respeta los derechos de sus trabajadores, y que cuando pierde, manda a sus guaruras a arrebatar. Y eso incluye aprovecharse de las necesidades de sus vecinos, ya sea por motivos económicos, ya sea por servicios, ya sea hasta para tener más cajones de estacionamiento en el edificio de departamentos.
Y, por el otro, en dicho edificio tenemos de todo, de “chile, dulce y manteca”. Incluyendo a los típicos “ñeros” que, literalmente, tienen posters del “Che”, escuchan trova latinoamericana y leen poesía de Neruda; para los cuales, todos somos iguales, y son los típicos que están denunciando los abusos del dueño del Pent-house con el resto de los vecinos, ya sea porque invade con sus guaruras otros departamentos, ya sea porque corta la luz (al encender su sistema de clima central) o el agua (al terminarse el agua de la cisterna para llenar su alberca) a su capricho a los demás, y les hace un pleito judicial por lo mismo.
Pero todos viven en el mismo edificio de departamentos, y están bajo un sistema de condominio. Por lo mismo, requieren reunirse de vez en cuando. Y ahora le toca al dueño del Pent-house organizar la reunión. Pero, como no soporta a sus vecinos revoltosos y subversivos, que le impiden muchas veces que se pueda aprovechar de los demás vecinos, pues, simplemente, no los invita.
Y está el dueño de un departamento que trata de llevarse la fiesta en paz con todos, y que es respetado por ser franco, honesto y decente. Y no está de acuerdo con dicha actitud por parte del dueño del Pent-house, y lo dice cómo es: porque es una actitud discriminatoria. Porque al final, nadie le ha dado el derecho al dueño del Pent-house a juzgar a sus vecinos, y muchos menos de ningunearlos a ver si así, entran otros vecinos a ocupar esos departamentos.
Vecinos nuevos que le aplaudan al dueño del Pent-house cosas como las galas donde junta a pura gente con vestuarios que podrían pagar salarios decentes de los trabajadores que tiene dicho dueño, en lugar de presumirlos en fiestas frívolas que, como dicen sus vecinos revoltosos, solo muestran su “decadencia burguesa”.
Y, como este vecino que no está de acuerdo con dejar a otros vecinos fuera de la reunión es un referente moral para muchos otros vecinos, pues al decidir no ir él, resulta que otros muchos vecinos lo secundan. Y no porque apoyen el modo de vida o la forma de pensar de los vecinos “revoltosos”. Simplemente, porque si permiten que dicho vecino juzgue y aplique las reglas que quiere, en lugar de las que deben de prevalecer en una comunidad, pues eso se volvería no solo inequitativo, sino francamente discriminatorio. Aunque seas el vecino rico del Pent-house, y todo tu dinero sobre pase, y por mucho, las percepciones de todos los demás vecinos juntos, eso no le da derecho de querer juzgar e influir en la vida de los demás vecinos.
Y, al vivir juntos, tienen que reunirse para poder platicar de los problemas del condominio, para poder resolverlos. ¿Cómo poder hacer eso, si no están presentes todos los vecinos?
Así que mi muy infantil oposición, cambien la palabra “condominio” por continente, y cambien la palabra “vecinos” por países. ¿Les suena a algo lo que escribí?
Que conste: el ejemplo lo dieron ustedes, pero no lo desarrollaron. Solo aplicaron la máxima de “mi casa, mis invitados”. De nuevo, su visión reduccionista es lo que ha provocado que muchos de los problemas que tenemos, pudieran proliferar.
Pero, en fin: yo por mi parte, les sigo agradeciendo. Porque me siguen dando material para escribir.