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Y perdimos nuestra humanidad

November 8, 2023 - por

Y perdimos nuestra humanidad

Monterrey, N.L.

Muchos se quejan de que AMLO no procede como Bukele en El Salvador, e implementa una política de cero garantías individuales para poder erradicar la violencia generada por el crimen organizado. Pero olvidan que tenemos un apartado que implica respetar los DDHH para poder seguir comerciando con la Unión Europea. Y si no lo respetamos, se rescinde dicho tratado. Ya el comentar que no respetar garantías individuales, es el principio de no respetar DDHH, sale redundante.
Muchos se indignan porque AMLO no rompe relaciones diplomáticas con Israel, a raíz de su aventura militar en la Franja de Gaza. Pero olvidan que Israel es el principal país de Medio Oriente con el cual tenemos intercambio comercial. De hecho, con Israel también tenemos firmado un TLC (Tratado de Libre Comercio).
Así que el seguir políticas neoliberales, propició que tuviéramos que prescindir de métodos o situaciones que resolvieron nuestros problemas, o, que por lo menos, preservarán nuestra dignidad. Pero es el precio de comerciar con los demás.
Porque pudimos buscar ser “independientes”, con el programa de “sustitución de importaciones” que se implementó entre los 50 y los 70 del siglo pasado. Y lo básico de dicho programa, era ser autosuficientes en armas, medicamentos y alimentos. Pero por intereses ajenos (y extranjeros) a nosotros, no pudimos prosperar en dicha situación. Así que tuvimos que firmar un montón de tratados de libre comercio. Tratados que ahora, nos obligan a seguir con “socios” con conductas no muy presentables, o nos impide poder realizar métodos que remedien problemas graves. Como el de la inseguridad.
¿Debemos de aislarnos del mundo, para poder conservar nuestra dignidad? Eso es tanto como decir que uno en lo personal se va a aislar del resto de las personas, porque su conducta en algún momento es reprobable. Ya sea compañeros de trabajo, amigos personales o hasta familiares. Sí, podremos externar una queja, y comentar que su conducta no nos parece, y así justificar nuestra actitud. Pero a menos que sea algo muy grave, que sea penalizado por el resto de la sociedad, tenemos que seguir conviviendo con ellos.
Lo mismo sucede con las naciones. Si nadie penaliza a las naciones que actúan fuera de derecho, y tenemos acuerdos suscritos con ellos ¿cómo podemos aislarnos? Podemos, es más, debemos externar nuestras quejas. Pero me temo que, para variar, nos vamos a quedar solos en dichas quejas.
Y es que el comercio es la actividad capitalista por excelencia. Ya que el exceso de producción al volvernos sedentarios, e inventar la agricultura y la ganadería, dio pie a la agroindustria. Una agroindustria que prosperó gracias, precisamente, al comercio. Una actividad que, muchas veces, es aún más redituable que ser un productor de bienes.
Yuval Noah Harari comenta que “la agricultura fue la peor broma que el destino le hizo a la humanidad”, tratando de hacer ver nuestra época de cazadores-recolectores como una “edad dorada”. Pero leo en el libro “Energéticos y la supervivencia de la humanidad, última llamada”, que un cazador-recolector por sí sólo requería de 10 kilómetros cuadrados de terreno para poder obtener su sustento. Un campesino actual de China solo requiere 100 metros cuadrados de terreno para poder obtener su sustento, gracias a la agricultura y la tecnología. Sí, trabajamos más ahora que en el pasado para poder obtener nuestra comida. Pero usamos menos espacio.
Así que dudo que, siendo 8 mil millones de personas en el planeta, podamos (aunque queramos), regresar a la “edad dorada” del mesolítico. Es imposible. Por lo tanto, seguiremos produciendo bienes de consumo. Y seguiremos comerciando con dichos bienes. Y esos tratados comerciales, influirán, y mucho, en la forma en la cual podamos actuar (o dejar de actuar) en situaciones moral y éticamente cuestionables y/o reprobables.
O, como dicen los estadounidenses: “Business is business”. Aunque no nos guste.
Así que, si quieren culpar a alguien de los males de la humanidad, no se lo achaquen a la caja de Pandora. Háganlo al comercio. El motivo de todos los conflictos, desde que nos volvimos “civilizados”. Ese fue el verdadero precio de nuestra “civilización”, y la verdadera “broma” (y muy pesada, por cierto), que el destino nos deparó. Porque en el momento que vimos que a todo le podíamos poner un precio (incluso a las personas), nos volvimos “civilizados”. Pero creo, que perdimos nuestra humanidad.