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Cientificismo político

October 17, 2023 - por

Cientificismo político

Monterrey, N.L.

Ayer, la COFEPRIS rechazó (por el momento) incluir a la vacuna de Aztra Zeneca dentro del nuevo esquema de vacunación a la población mexicana. Entre los “argumentos” empleados, estaban el que “no se ha demostrado que no provoquen algún daño inmunológico” y “no se ha comprobado que sirva contra las nuevas cepas” (sic).
Y aquí empezamos con problemas. Verán: el primer argumento solo sirve para darle material a los antivacunas. El segundo argumento, se puede aplicar también a las vacunas que se van a emplear para el refuerzo ahora en octubre: Sputnik (rusa), Abdalá (cubana) y Patria (mexicana).
Lo peor es que dicha vacuna ya fue empleada en su momento en México, y no se hallaron datos de efectos indeseables, y, antes, al contrario, se comprobó su efecto preventivo. Así que no puedo dejar de pensar en una “politiquería” de la 4T al ponerse tan rigurosamente estricta en contra de una vacuna en específico. Porque eso equivales a cientificismo político. Y el cientificismo es un tremendo sesgo en el método científico, más cercano al dogma que a investigar la realidad. Además, las mismas preguntas que le hicieron al producto de Aztra Zeneca, son aplicables al resto de las vacunas.
Obvio, el laboratorio contestó que tiene los documentos para satisfacer las preguntas realizadas por COFEPRIS. Pero solo vamos a tener un retardo burocrático, que será saldado ¿saben cuándo? Justo cuando se terminé el período de aplicación de la vacunación de refuerzo. Y aunque todo el mundo sabe que apoyo a la 4T, el ver este tipo de “chapucerías” que tienen más de índole política que científica, pues simplemente las percibo como inaceptables.
Como con el caso de Rusia y su veda a la importación de productos del mar originarios de Japón. Lo anterior, supuestamente como “protesta” por verter al océano el agua contaminada de la planta de Fukushima. Obvio, eso también provocó el vocerío de los grupos antiatómicos (igual o más vociferantes que los antivacunas, y a saber cual de los dos es el más ignorante. Aunque se molesten por lo que escribo).
Cuando Japón tomó la decisión de verter dicha agua radioactiva, al no tener forma de eliminarla de otra manera, y secundario al incidente que tuvieron después de un maremoto, los grupos ambientalistas pusieron el grito en el cielo. Pero olvidaron que, precisamente, por eso se busca que las centrales nucleares estén cerca de una fuente grande de agua: para poder enfriar a los reactores en caso de una emergencia, y poder disponer de esa agua residual una vez que se logró el objetivo de enfriamiento.
Hubo varios que me reclamaron que “eso estaba mal” (sic). Claro, si solo lees lo que escriben los grupos ambientalistas, estaría de acuerdo. Pero si lees lo que publica la OIEA (Organización Internacional de Energía Atómica), verás el error. Porque lo primero que les dije a muchos era precisamente que Japón no podía arriesgarse a contaminar la principal fuente de alimentos que tiene: el océano. Eso sin contar el ingreso económico precisamente, por la exportación de dichos productos del mar.
Y la OIEA no puede arriesgarse a un aumento de enfermedades como el cáncer, y a las consiguientes muertes, por no haber investigado bien. Pero se analizó todo, y se comprobó que los niveles de radiación resultantes están por debajo de la media permitida a nivel internacional. Así que la industria pesquera japonesa no tenía ningún riesgo al continuar su actividad, y la población tampoco tenía ningún riesgo al consumir dichos productos.
De hecho, el accidente de Fukushima provocó alrededor de mil muertos. Pero no por radiación. Al ya no poder ofrecer el gobierno japonés energía barata, muchos hogares japoneses no pudieron calentar sus hogares en el invierno. Así que esos mil muertos fueron por congelación, y la mayoría, personas de la 3ª edad.
Los rusos saben todo eso. Es más, los rusos, en su hipocresía, no le han dicho a casi nadie que le acaban de vender un reactor nuclear a Bolivia. Y es que, el problema de la energía nuclear NO es que sea “peligrosa”. Tienes más riesgo de morir por un accidente automovilístico o de aviación, que por un accidente de una central nuclear. Lo que sucede es que los desechos nucleares permiten fabricar armas atómicas. Una pesadilla para los estadounidenses. Por eso, mientras no salgan al mercado reactores cuyos residuos no permitan ser enriquecidos y resulten en armas nucleares, pues; seguirán satanizando dicha energía, cuando realmente es la solución a la necesidad de energía por parte del mundo actual, que no puede seguir con fuentes de energía fósil.
Así que aquí otro ejemplo de “cientificismo” político, lo cual termina por demostrar que solo es una vil politiquería. El peligro es que, al mezclar la política con la ciencia, la gente puede despistarse, y renegar de soluciones o situaciones que pueden hasta ayudar al crecimiento del país (y del mundo), y a la economía de todos. Incluyendo salud y fuentes baratas de energía.
Pero mientras la gente se deje guiar solo por el miedo, o, peor, por sus intereses, dejando de lado el bien común, llevamos el peligro de que la ciencia sea relegada a un segundo plano. Y eso, siempre ha probado traer más mal que bien para la sociedad. Solo revisen la Historia, en un período llamado “Edad Media”. También conocida como “el Oscurantismo”.
Y por algo le pusieron ese nombre, y la población europea perdió un tercio de sus habitantes por la falta de ciencia (incluyendo higiene), que permitió la extensión de enfermedades. No repitamos el mismo error, por favor.