Monterrey, N.L.

A un servidor lo han increpado últimamente por la cantidad de información que comparto, en diferentes redes sociales y chats. ¿Qué les puedo decir? Llevo desde 2009 subiendo y compartiendo información, al punto que los algoritmos de las redes sociales prácticamente hicieron de mi muro una central de noticias. Y, en un país que tiene el segundo lugar en infodemia en el mundo (el primer lugar es Turquía), poder compartir los “otros datos” no es un pasatiempo. Es una responsabilidad y hasta una obligación.
Igual, se me ha acusado de no haber apoyado al movimiento, o a diferentes movimientos, en su momento. Esto es simple: que no hayamos coincidido en las mismas batallas, no quiere decir que no lucháramos en la misma guerra. Si actualmente todavía disfrutas de un sistema de seguridad social, tal vez sea porque un servidor contribuyó, en la medida de lo humanamente posible, a advertir sobre los riesgos de la reforma de salud de Peña Nieto. Una reforma de salud que buscaba, sencillamente, privatizar la salud. En un momento donde la cantidad de personas que indican que no tienen un servicio de salud, y donde el gasto de bolsillo aumentó en un 40%, solo indica que dicha “reforma” se está implementando en forma extraoficial, lo cual contraviene las indicaciones directas del presidente López Obrador. Por desgracia, no creo que sean las únicas indicaciones que se están contraviniendo.
En 2021 se violaron los estatutos para poder elegir a los consejeros de partido dentro de MORENA. Esa violación permitió la llegada de una gran cantidad de políticos arribistas de otros partidos, los cuales no tuvieron nada que ver con la fundación del movimiento, ni mucho menos con la victoria de AMLO en 2018. Pero no haber pensado que eso podía ocurrir, y mucho menos unirse para poder luchar contra dicha situación, fue lo peor que muchos decidieron.
Algunos sí se unieron, e impugnaron. Pero el poder judicial electoral desechó dicha impugnación, por lo cual, ya no se puede hacer nada en contra. Y, aún así, muchos siguen sin querer unirse dentro del partido, de los miembros originales. Obvio, tal situación solo beneficia a los arribistas, los cuales siguen haciendo y deshaciendo a su antojo.
No solo no se unen, muchos siguen con un idealismo por el cual, en gran parte, presiento que el partido “prescindió” de los activistas que fundamos MORENA, y prefirieron a los políticos de carrera. Aun y cuando pudieron llegar violando los estatutos. Pero la situación es así, y no veo que vaya a cambiar. Mientras, muchos dicen que no pueden unirse a otros compañeros y/o apoyar a las nuevas autoridades, porque sus “principios” se los prohíben. Lo interesante es que sus “principios” no les impidan votar por otros partidos, cuando “presumen” ser militantes de MORENA. En fin, cosas del existencialismo humano.
Lo peor, es que muchos piensen que, como ya no son requeridos, el movimiento puede “desaparecer”. Y eso ocurre mucho en Nuevo León. Alguien comentó que “en Nuevo León la gente no sabe lo que es MORENA”. Error. Solo de la pensión del Bienestar de arriba de 65 años, hay más de 340 mil beneficiarios. Y todos ellos ya vieron que MORENA cumplió con lo que prometió. Sin embargo, no solo en Nuevo León, sino en todo el país, en la elección de 2021 se apreció la siguiente situación: el 45% de los beneficiarios de los programas de apoyo económico del actual gobierno, votaron por otro partido político. Así que la “amenaza” de que el regreso de la oposición les puede retirar dichos apoyos, no es suficiente para convencer a la gente de apoyar al movimiento.
Entonces ¿qué se puede hacer? Si la gente vio que AMLO y MORENA cumplieron, si reciben dinero que antes no recibían (y que normalmente terminaba en la cuenta extranjera de algún político opositor), si los fundadores de MORENA están en una “cena de caníbales” que solo beneficia a los políticos arribistas ¿qué se puede hacer?
Creo que lo que hicieron Monreal Y Adán Augusto puede ser una excelente señal. Advertí que, más tarde que temprano (a excepción de Ebrard), los otros contendientes iban a cerrar filas con Sheinbaum. Y a muchos les sigo advirtiendo que tenemos que cerrar filas con ella, aunque sus “principios”, aparentemente, se los impidan. Porque, de lo contrario, el partido seguirá llenándose de arribistas. Y ese 45% de beneficiarios que votan por la oposición, puede aumentar.
Yo seguiré aportando los “otros datos”, porque pelear una guerra sin inteligencia, es condenarse a perderla. El partido sabe quien soy, y sabe donde hallarme si lo desean. Me llamaron para participar en las reuniones para discutir el Nuevo Proyecto de Nación 2024-2030 en mi distrito federal electoral. Y pude comprobar que hay mucha gente que quiere participar. Más de lo que muchos se imaginan.
Los paradigmas cambiaron, las reglas cambiaron, pero los objetivos siguen siendo los mismos: por el bien de todos, primero los pobres. Los que antes detentaban el poder, intentarán bloquear ese objetivo. Y lo harán infiltrando al partido de arribistas, y lanzando infodemia en contra del movimiento. Eso hará, según su percepción, “impresentable” a MORENA ante el electorado.
Si los miembros fundadores no quieren unirse, tal vez, en su fuero interno, quieran que regrese todo al antiguo estado de cosas. Porque si AMLO y la 4T, y los que continúen después de AMLO, resuelven los problemas por los cuales se volvieron activistas ¿qué les va a quedar?
Y sí, los políticos arribistas, si ya cambiaron los estatutos ¿quién nos puede asegurar que en un futuro no cambien también los objetivos del movimiento?
No quiero ser tan reduccionista como para decir que esta es “una guerra del bien contra el mal”. Pero sí es una guerra política. Espero muchos, no lo olviden.