La Educación

Al Servicio del Pueblo Latino de California

Traductor:

English Español Português Français Deutsch

El castigo de gala

August 22, 2022 - por

El castigo de gala

Monterrey, NL.

Pues el ciclón con el cual se esperaba medio aliviar la sequía que padece Nuevo León, por lo menos en la parte norte del estado, pues simplemente se deshizo antes de tocar tierra en Tamaulipas.
Lo más extraño es que si revisan las imágenes satelitales, no era precisamente un disturbio meteorológico “pequeño”. Era de tamaño considerable. Vamos, hasta veían la posibilidad de que se hiciera huracán antes de tocar tierra.
Pero no: se deshizo, y prácticamente entró sin agua. De igual manera, en Tamaulipas le hubiera “llovido sobre mojado”. Las zonas fronterizas de ese estado, como Nuevo Laredo y Reynosa, de hecho, reportaron inundaciones muy fuertes en los últimos días. El resto del estado (Tamaulipas) está en las mismas condiciones.
Aquí en Nuevo León, escucho que culpan al fenómeno de “El Niño” por la falta de lluvias, y al “sobreuso” del agua por parte de la ciudadanía como causa del vaciamiento de las presas.
Empecemos con lo primero, el fenómeno de “El Niño”. Si revisan el mapa satelital de ayer, verán que Coahuila está prácticamente anegada en lluvias. Es más, el rescate de los mineros atrapados en Sabinas, Coahuila; no se ha podido concretar precisamente por dichas lluvias.
En Chihuahua, el tren de pasajeros conocido como “El Chepe” se descarriló ayer precisamente por las lluvias, y estamos hablando de que tanto Coahuila como Chihuahua son zonas desérticas.
Las lluvias se están presentando en forma generalizada en todo el país, las presas se están llenando en todo el país…menos en Nuevo León. Pareciera que la lluvia “nos saca la vuelta”, al ver los mapas meteorológicos satelitales. COMO SI TUVIÉSEMOS UNA MALDICIÓN BÍBLICA.
Lo cual me lleva al segundo punto: el supuesto vaciamiento de las presas por el “sobreuso” de agua en nuestra entidad por parte de la ciudadanía. Sólo que, se ha comprobado que la precipitación pluvial ha sido prácticamente la misma en los últimos años. En 2020, fue de 610 milímetros. En 2021, de 609 milímetros. Y todavía en 2020 se tuvo que abrir compuertas en las presas del estado debido a que éstas estaban arriba del 100% de su capacidad. Así que la pregunta es: ¿cómo fue posible un vaciamiento tan rápido, si tuvimos prácticamente la misma precipitación pluvial en los últimos años?
Porque si fuera por el consumo desmedido de la población, hace rato que se hubieran vaciado las presas. Pero, insisto: en 2020 se tuvieron que abrir compuertas debido al rebosamiento de las presas. Así que, por pura deducción, sacó la conclusión que culpar a la ciudadanía es la salida más fácil, pero es una salida errónea.
No olvidemos que el vaciamiento de las presas se dio en marzo de este año. Un mes donde el precio del petróleo y del gas se disparó en forma inaudita debido a la invasión de Rusia a Ucrania. El puro precio del barril de petróleo llegó a estar por arriba de los 100 USD. Y en México, aunque el presidente diga lo contrario, se sigue utilizando el método de “fracking” para obtener tanto petróleo como gas.
Y cada pozo de “fracking” utiliza en promedio 19 millones de litros de agua para poder trabajar. En Nuevo León, que forma parte de la Cuenca de Burgos, hay 182 pozos de “fracking”. A un promedio de 19 millones de litros de agua/pozo, nos da la friolera de ¡3,458 millones de litros de agua utilizados! ¿Cuál era la fuente más inmediata para obtener toda esa agua? ¡Exacto, las presas!
Y aquí es a donde quería llegar: yo creo que estamos viviendo una venganza de la madre Gaia. Porque al ver que las presas se vaciaron a un ritmo, insisto, inaudito; DEBE DE HABER LLEGADO A LA CONCLUSIÓN DE QUE, SIMPLEMENTE, AQUÍ EN EL ESTADO NO QUEREMOS AGUA.
Y debe de haber consultado con otra diosa, Némesis. Y Némesis le debe de haber recordado todas las empresas regiomontanas que fueron responsables de la tala de manglares para hacer desarrollos turísticos, y de la deforestación en muchos estados para aprovechar las maderas preciosas.
Le recordó como no pocas empresas regiomontanas están detrás de las prácticas mineras más perniciosas, y, para rematar; están coludidas con las trasnacionales para obtener el gas de la Cuenca de Burgos. Si a todo eso le sumamos ese vaciamiento demencial de las presas, pues su castigo no se hizo esperar.
Muchos pueden aducir que ese es el “precio” por tener una metrópoli de la “talla” de Monterrey, pero recuerdo que somos el principal centro de lavado de dinero en el país, que aquí hallamos cadáveres que por sus propios medios ingresan a cisternas ya habiendo perdida la vida el cuerpo.
Una metrópoli que aduce que aquí “es pobre el que quiere”, pero casi el 25% de los trabajadores están en pobreza laboral. Es más, en un estado tan rico como Nuevo León, donde no importa cómo se consiguió la riqueza (el caso es conseguirla), el que haya 160,000 personas en situación de hambre ha hecho que muchos comenten: “Pues tienen hambre porque no quieren comer, porque comida hay”.
Así que una metrópoli que no ha cuidado el medio ambiente en otras partes del país, al punto donde ya tampoco lo cuida en su propio estado; y que no ve por los más desfavorecidos, pues solo provocó el castigo, primero de la diosa Gaia, y ya entrados en gastos, de la diosa Némesis.
Porque si alguien encuentra otro motivo para explicar que un ciclón que tenía todo para convertirse en huracán se convirtió solo en viento ya para entrar al país, soy todo oídos. Porque para mí, solo es el castigo por los “pecados” de los neoleoneses en general, y de los regiomontanos en particular.
Pero, si repiten “El Niño”, les recuerdo que el resto del país, hasta estados desérticos como Coahuila y Chihuahua, están anegados de lluvias. Y si me dicen “sobre uso de agua por la ciudadanía”, les recuerdo que en 2020 las presas locales estaban rebosadas en su capacidad.
Así que, para mí, solo es un castigo por vaciar las presas, repito, en forma demencial (no hay otra forma de describirlo) por parte de la misma oligarquía que ya ha depredado manglares, bosques y zonas mineras en otras partes de la República.
Y aunque el presidente ya le llamó la atención a dicha oligarquía, y les recordó que “primero son los humildes”, pareciera que en su fuero interno siguen sin entender. Y a las diosas, no se les puede engañar.