Monterrey, N.L.

Alguien me comentó que “Acapulco será el Waterloo de AMLO”. De nuevo, solo me sonreí. Es curioso. Pero, aunque siempre escribo que me sonrío con las ocurrencias de muchos, la verdad, por dentro siento una gran pesadumbre. Porque veo que la condición humana nunca va a cambiar.
Corrieron ríos de tinta afirmando que “nunca se había visto un fenómeno como el visto en Acapulco”. Pero es mentira. En 2015, el huracán “Patricia” pasó de ser una simple tormenta tropical a un huracán nivel 5, en menos de 10 horas. Solo que entró en una zona despoblada de Jalisco, y chocó casi de inmediato con la Sierra Madre Occidental. Porque si hubiera entrado por Puerto Vallarta, la historia hubiera sido la mismo que con Acapulco.
Pero donde la historia sí se está repitiendo, es con “Wilma”, huracán de alto nivel que golpeó la zona de Cancún en 2005. Y tardaron dos años en recuperarse. Me consta porque visité Cancún en 2007, y vi que aún había daños.
Pero el punto es que nadie comenta esos antecedentes. Absolutamente nadie. Y lo que veo son publicaciones que van desde que “hay más de 3 mil muertos en Acapulco” hasta que “la corriente eléctrica restablecida por la CFE afecta a los aparatos electrodomésticos”. Simplemente, si hubiera esa cantidad de fallecidos, Acapulco estaría lleno de camiones frigoríficos para guardar los cuerpos. Y la cantidad oficial de desaparecidos es de 56, así que no podemos aducir que los cuerpos “se los llevó el mar” (sic). Ya con los electrodomésticos, solo puedo preguntar “¿En serio?”
En los últimos días he tenido discusiones con detractores del sistema que argumentan situaciones que van desde los servicios de salud hasta la seguridad. Pero con los servicios de salud es sencillo: muchos quieren regresar a los intentos de privatización de dichos servicios, en lugar de apoyar un sistema universal de salud. Y vociferan por los problemas artificiales provocados por no pocos mandos medios (y algunos no tan medios, sino bastante superiores), que, por un lado, le dicen que “sí” al señor presidente. Pero, por el otro, hacen todo lo contrario a lo que se les solicitó. Y es que muchos perdieron mucho dinero al terminar con el cartel de medicamentos que padecíamos, además de dejar de subrogar servicios médicos privados por parte de instituciones de salud paraestatales.
Por el lado de la seguridad, con Calderón la tasa de homicidios aumentó un 192%. Con AMLO, ha habido una disminución del 17%, y sigue disminuyendo. Y otros delitos, como robo y secuestro, han disminuido alrededor de un 50%, sino es que hasta más. Pero muchos exigen que se implemente “mano dura”, como lo hace Bukele en El Salvador. Lo que olvidan es que México suscribió tratados de respeto a los DDHH para poder gozar de Tratados de Libre Comercio. Sobre todo, con el firmado con la Unión Europea. Bukele retiró las garantías individuales para poder “meter orden”. En El Salvador, con tener un tatuaje es suficiente para que te arresten, sin que seas sometido a un juicio. Si AMLO hace algo igual en México, estoy seguro de que la muy fascista, perdón, “políticamente correcta” Unión Europea, bloquearía de inmediato el tratado con México. Porque una cosa es que Calderón aumente los homicidios, y otra, que Peña desaparezca personas. Pero AMLO, que “no respeta” a las transnacionales, pues sí merece todo el rigor de la ley.
Yo creo que todo lo puedo sintetizar al zafarrancho que estamos viendo entre AMLO y Salinas Pliego: los que queremos que se hagan las cosas como deben de ser, contra los trinqueteros que medran con la corrupción, y que ni siquiera quieren pagar los impuestos que deben. Ya que esos impuestos se van a “desperdiciar” en brindar salud y educación, sino es que, hasta brindar alimento, a mucho “flojo” y “vividor”. Lo que vemos en México simplemente es una lucha entre los que tenemos una visión humanista y solidaria, contra los que toda la vida han sido clasistas y con un falso sentido de superioridad. Y no es reduccionismo, es la pura verdad.
Sinceramente, yo creo que el verdadero “Waterloo” de AMLO serán todos los arribistas que abandonaron a los otros partidos, así como las ratas abandonan los barcos que se hunden, e infestaron a MORENA. Arribistas que hasta violaron los estatutos, para poder hacer de las suyas. Lo peor es que lo hicieron con la complicidad del poder judicial.
Porque si 30 años de porfirismo terminó en una Revolución que dio nacimiento al movimiento cardenista, 30 años de neoliberalismo dieron lugar a un partido que nació por un movimiento obradorista. Pero, así como la Revolución purgó en su momento a los cardenistas, y hasta veían con desagrado al general Cárdenas, algo me hace pensar que la historia se va a repetir. Y que AMLO, en un momento dado, será hasta rechazado por el partido que ayudó a fundar, así como sucede en este momento con todos sus seguidores. Pero los seguidores originales, desde 2005.
Porque los mexicanos son insufribles, y ver que se pueden resolver los problemas va en contra de su psique. La mayoría de los mexicanos, pareciera que quieren ver que todo es corrupción e ineficiencia. Porque así, tienen excusa para no ponerse a trabajar, y, por ende, no hacer las cosas como se deben.
Y a todos los que demostramos lo contrario, no nos bajan de “utópicos”. Yo solo suspiro, y me quedó pensando que pasaría con este país si todos fuéramos “utópicos”, en lugar de dejarnos llevar por el clasismo y el elitismo. Pero creo, que nunca lo podré saber. Porque lo que pido, va en contra de la naturaleza humana. Y más, de la naturaleza de muchos de los mexicanos. Solo espero, que no sea la mayoría. Pero eso lo confirmaré el próximo año…