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¡Que vivan los estudiantes, Jardín de nuestra Alegría! (Mercedes Sosa)

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Monterrey, N.L.

Lo que está sucediendo en las Universidades de los Estados Unidos y también en las de otros países como Francia, Alemania, México, etcétera, según el maestro de la Universidad de Columbia en Nueva York, Frank Guridy, es una continuación de las luchas estudiantiles de 1968 que se suscitó en esa misma universidad; por ello, en el curso que acaba de impartir entre las casas de campaña de los estudiantes en pie de lucha, lo tituló: “1968 continuando la lucha”.

Guridy recordó a sus alumnos, que  hace 56 años se luchaba contra la guerra de Vietnam y mejores condiciones humanas del trato de autoridades para con sus estudiantes, hoy, se trata de detener la “Barbarie Sionista” de Israel contra Gaza; sin embargo, agregamos a lo dicho por Guridy, que el movimiento estudiantil -que ya viento en popa en el planeta- irá dando para más, en materia de transformación social del mundo.

Gracias a la documentación que se realiza diariamente en las página electrónicas de laeducacion.us en Los Angeles California, USA. nos vamos enterando en forma muy contundente y sistemática de las realidades que circundan e implica la lucha de los Estudiantes en centenares de Universidades públicas y privadas del vecino del Norte y de otras latitudes, para defender al Pueblo Palestino de la masacre que realiza Israel bajo el patrocinio de los Estados Unidos.

Protesta en la Universidad del Sur de California.

Movimiento estudiantil de 1968 y 2024

La insurgencia estudiantil de 1968, es consecuencia del arranque de limitaciones económicas en el crecimiento de la tasa de ganancia que las oligarquías de los diferentes países del mundo occidental y, hasta del lejano oriente, ya que en particular los estudiantes empezaron a padecer consecuencia del avance de las políticas económicas nocivas al Bienestar Social que se fueron implementando desde la salida de la Segunda Guerra Mundial. El Gran Capital, empezó a sentir pasos críticos en su acumulación y buscó desatar la rapiña sobre el factor Trabajo, eliminando en mucho el salario social -manifestado por ejemplo- en el acceso a la educación universitaria a bajo costo para las familias de trabajadores y clase media, las cuotas subieron y al impulsar la guerra en el exterior como el caso de Viet Nam, empezó a becarse a quienes iban a la Guerra. El rechazo a la Guerra fue una gran bandera del sector estudiantil pero, igualmente un atentado a la industria militar y eso devino en represión y  grandes movilizaciones de estudiantes y pueblo, amén, de que los valores adquiridos por el sistema educativo en el caso de Estados Unidos, Reino Unidos, Francia, Alemania, cuestionaba la barbarie imperialista que mundialmente se empezó a desarrollar para atacar y saquear los pueblos del tercer mundo, definitivamente, una manera para incrementar la producción de armas y sostener regímenes golpistas y antidemocráticos afines a USA y demás imperios.

En síntesis, como diría Herbert Marcuse, el gran pensador de esa sociedad juvenil insurrecta, quien en Marzo 27 de 1969, al ser entrevistado por AP, indicaría que el movimiento estudiantil es: “una sublevación visceral contra el conformismo, el tedio, la burocracia, la explotación de la cultura, del sexo y de los bienes de consumo que ha establecido la sociedad de la opulencia, ya en su sitio en el Oeste y en vías de establecerse en el Este”.

Sin embargo, hoy al paso de los años y del estudio de los clásicos del Marxismo, podemos observar que en esos años de la insurrección estudiantil, los años 60 y 70 del siglo pasado, el Capital productivo y su parafernalia de Estado Benefactor empezaba a ser sustituido por un Capital especulativo, que iría conformando una “economía ficción” empezando con el abandono del patrón oro e imponiendo el impero del Dólar, una realidad que desatarían Richard Nixon y Henry Kísinger, inaugurando a la luz de la obra “académica” y política-militar de éste último (El Nuevo Curso), un camino que llevaría a las políticas económicas Neoliberales empezando con la muertes de Salvador Allende en Chile (1973) y en nuestra localidad, ese mismo año y mes, con el empresario Eugenio Garza Sada y otros más y el arribo de la Margarte Thatcher en Reino Unido, para abrir así las puertas a la destrucción de la economía nacional basada sobre el Capital productivo y la llegada del Capital especulativo, como sucedió por 36 años en la economía mexicana.

Hoy el mundo ha dicho ¡Basta! en muy diversas formas (la 4T es ya un gran ejemplo de ello) pero los dueños de ese “Capital del engaño” a nivel mundial y han buscado mediante la guerra en Ucrania y la barbarie del Sionismo en Gaza, provocar una conflagración mundial para evitar que el mundo regrese al Capital productivo e impere de una vez por todas una Estado Benefactor, como sucede en los casos de Rusia y China y demás países que los acompañan, aglutinados en los BRICS. Hoy el gobierno de la 4T, es un ejemplo mundial de ese regreso mencionado y allí está el éxito económico que se vive por el equilibrio de factores entre el Capital y el Trabajo Asalariado, toda una propuesta desde 1906 por los Flores Magón, en el Programa del Partido Liberal Mexicano.

La barbarie que promueven esos “Iluminatis” con su Deep State, es tremenda, por eso hacen sus guerras de espectro amplio y hoy, van sobre los estudiantes estadounidenses y de otros países y eso, sólo desatará la movilización popular que no se dio en forma en 1968, porque hoy la Revolución de las Conciencias es mundial y las organizaciones de lucha también y hasta con la ayuda de países que defienden a la humanidad como Rusia, China y los BRICS de esa barbarie Neoliberal que no quiere morir.

Reflexión de un testigo de 1968

Para el académico y editorialista del periódico La Jornada y en ocasiones de  laeducacion.us Abraham Nuncio, hace día me envió esta reflexión que hoy socializo a ustedes, escribe Nuncio:  “De pronto me siento mirando escenas con los dos ojos que tenía (ahora sólo tengo uno) hace 56 años. Y esas escenas son las de un movimiento estudiantil en Estados Unidos, que ya se extiende a cerca de veinte universidades. En sus voces descubro lo que es la esencia del Estado en ese país:   una inercia fascista frente a cualquier expresión que amenace sus intereses políticos y financieros. Entonces los vi condenando al llamado establishment por su barbarie en Vietnam, a su industria armamentista y a sus políticos zafios, que mandaban callarlos, golpearlos, encarcelarlos, justamente como lo hacen los de ahora con los universitarios de tres generaciones después en estos días.

“No están Mario Savio de la Universidad de California, Mark Rodd de la Universidad de Columbia o Angela Davis. Pero veo a cientos de estudiantes, muchos de ellos judíos y palestinos sintonizados con los de aquel tiempo, coreando “Intifada”, portando banderas de Palestina, condenando el genocidio del pueblo palestino y la ayuda en armas de Estados Unidos a Israel.

“La palabra revolución ronda en sus campamentos y sus demandas y consignas son las que hicimos nuestras los jóvenes de izquierda.

Se trata de un auténtico “dejá vu” y de una tajada de oxígeno extra que me permite respirar mejor en la atmósfera tóxica de esta ciudad”.

¡Orale!