Monterrey, NL.

En la reunión que tuve con Hans Salazar, hubo algo que me llamó mucho la atención. Comentó que tiene contactos en la Universidad de Oxford, y que, en dicha universidad, estudian lo que hace AMLO, empezando por las mañaneras. Esto es motivo de otro artículo, que en su momento hare. Pero lo saco a colación como preámbulo para escribir lo siguiente:
Normalmente, nos hacen creer que México es punto menos que invisible para el resto de las naciones. Somos, como dijo Churchill (no en referencia a nosotros, pero aplica), “un acertijo, envuelto dentro de un misterio, dentro de un enigma”; para la mayor parte de los estudiosos en el mundo. Pero México siempre ha sido objeto de estudio. No en balde, aquí ocurrió la primera revolución de los tiempos modernos a nivel global.
Mucha gente puede pensar que el problema del agua es algo local, sin mayor transcendencia fuera de nuestra esfera personal y/o familiar. Pero eso es un error. El problema del agua en Monterrey ya ha sido tema de primera plana en varios medios de circulación internacional (siendo el último, el “Los Angeles Times”). Y no dudo, ni por un momento, que este “experimento social” (ya sea incidental, o peor, provocado), está siendo monitoreado por no pocos estudiosos, y no necesariamente solo de las universidades.
Porque la escasez de agua es algo que se sabe va a ocurrir en este siglo, nos guste o no. Y tener un “laboratorio” donde los regiomontanos somos solo una especie de “conejillos de Indias”, pues, es algo que muchos no van a desaprovechar.
Lo anterior permite ver muchas posibles vertientes en los centros de estudio. Porque, por un lado, estarán los férreos defensores del neoliberalismo que van a analizar el cómo fue posible que una metrópolis entera, permitiera que se sacrificará el suministro domiciliario de agua, mientras las empresas seguían laborando. Peor todavía ¡mientras había agua en parajes turísticos, como la cascada “Cola de Caballo”!
Un nivel de “control” de esa magnitud, que es el epítome de los humanos al servicio de la economía, y no a la inversa; es el sueño dorado de no pocos “empresarios” no solo a nivel nacional, sino también a nivel internacional. Porque ya cuando la escasez de agua no impide detener las labores productivas, y la gente toma un estoicismo más propio de una economía de guerra, pero en tiempos de paz (México no tiene un conflicto internacional en este momento); pues, hará que muchos estudien las variables que permitieron tener un “control” total de la población a ese nivel que, para muchos, indicaría un estado lo más cercano a una “zombificación”.
Pero, por otro lado, estarán los antagonistas (activistas) a una situación de este tipo que también van a estudiar como poder afrontar una situación así, y contrarrestar la abulia que ha permitido que la oligarquía local prácticamente, tenga un control total sin ninguna oposición. Porque actuaron como “señores feudales”, como señores “de horca y cuchillo”, donde con los activistas o se plegaban a sus deseos (con plata); o, de lo contrario, pues los sacaron de circulación (desde las famosas “listas negras” para obtener un empleo hasta, llegado el caso, pues utilizando “plomo”). Medios de “comunicación” que solo ponían un punto de vista, centros de estudios “superiores” donde solo imperaba su punto de vista, satanización de todo lo que para ellos representará un “peligro”, haciendo creer al resto de la sociedad que ese “peligro” también los iba a afectar a ellos.
Por eso a todo lo anterior, lo llamo LAS PARADOJAS DE MONTERREY. Y espero así sea estudiada en el futuro: una ciudad sin agua para la gente, pero con agua para la industria. Primera paradoja.
Una ciudad donde la gente prácticamente no mostró inconformidad, y siguió laborando en forma “normal”, a pesar de tener que buscar agua en sus horas “libres”. Segunda paradoja.
Una entidad donde las presas se vaciaron prácticamente de un día para otro, a pesar de que la precipitación pluvial promedio fue exactamente la misma en los últimos 10 años, y que todavía hacía un poco menos de dos años (en septiembre de 2020), tuvieron que abrir las compresas de la presa más cercana a la ciudad porque tenía sobre pasada su capacidad por arriba del 100%. Tercera paradoja.
Muchos pueden reírse aquí en Monterrey de este escrito, pero eso solo refleja el “condicionamiento” al cual están programados, precisamente, para no cuestionar. Pero el hecho de que la crisis de nuestra entidad sea primera plana en diarios que, normalmente, nunca nos “hacen en el mundo”, indica que muchas miradas están sobre nosotros, tratando de explicarse que está ocurriendo, y cómo fue que llegamos a este predicamento.
Porque muchas de esas personas, insisto, van a querer copiar los modelos de control poblacional que existen aquí en Nuevo León. Y muchos otros, van a buscar la manera de poder contrarrestar dichos modelos.
Mientras, aquí seguimos los regiomontanos y los neoleoneses, atrapados en nuestra “jaula”, inmersos en este laboratorio al aire libre.
Al final, cada pueblo tiene el gobierno que se merece, y tal vez esa deba de ser la primera lección que los estudiosos de las PARADOJAS DE MONTERREY puedan obtener como conclusión.