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Mi reino no es de este mundo

October 27, 2023 - por

Mi reino no es de este mundo

Monterrey, N.L.

Ya va a ser día de muertos, y, por lo tanto, me voy a poner un poco “metafísico”.
Voy a hacer una pregunta sencilla: ¿Podemos afirmar qué este plano existencial es el Infierno? Antes de contestar, vean las noticias, y vean a su alrededor.
Además, cuando Satanás quiso tentar a Jesucristo, no le ofreció reinos en otros planos. Le ofreció reinos y riquezas de este mundo. Ahí Jesucristo le contestó: “Mi reino no es de este mundo”. Lo cual nos deja con la pregunta: “Entonces ¿quién gobierna este mundo?”
Ahora, si alguno se siente libre de culpa por la situación actual del planeta, solo le recuerdo que, puede tirar la primera piedra. Pero, sinceramente: ¿habrá alguien que no haya caído en las malas acciones que el mundo actual propicia? Porque si la lujuria y la envidia son despreciados, mientras la avaricia y la gula son aplaudidos, pues: todos los anteriores no dejan de ser pecados capitales. Y el peor de todos en la actualidad es la soberbia, porque muchos que piensan que son soberbios lo son, pero soberbiamente ignorantes. Por desgracia, la ignorancia, que para mi criterio es el principal y el peor pecado capital, ni siquiera es considerado como tal. Y la gente sigue propaganda mentiras, con el eufemismo de la “posverdad”.
Porque también se nos dijo “la verdad os hará libres”. Pero buscar la verdad implica luchar contra la ignorancia. Así que, por lo que veo, muchos prefieren seguir atados a este mundo infernal, en lugar de romper las ataduras que nos sujetan a éste.
Sinceramente, no sé si exista la reencarnación. Ahora, tampoco espero que, como muchos ateos afirman, solo quede la “nada” al morir. Porque de solo haber la “nada”, nuestra conciencia se perderá en el vasto Universo. Y dudo que quién haya planeado al Universo, nos dejara esa especie de condena.
Pero, de haber reencarnación ¿quién quiere regresar a este Infierno, a repetir los mismos errores una, y otra, y otra vez? Yo, por lo menos, no.
Espero hallar sinceramente, en otro plano, un lugar donde los pobres sean escuchados y a los cuales se les haga justicia. Un lugar donde valgas no por lo que tienes, sino por lo que sabes, y que dicho conocimiento lo emplees para servir a los demás.
Un lugar donde todos seamos iguales, con los mismos derechos, pero las mismas obligaciones, y donde nadie se sienta superior a otro, porque al final, les van a recordar que, si en vida nuestro material genético era similar en un 99.99% entre todos los humanos, en ese otro plano alcanzamos el 0.01% que nos faltaba para ser completamente iguales, ya que eso lo aporta el alma de cada uno. Claro, si eres un desalmado, no puedes aportar nada. Ni siquiera ese mínimo 0.01%.
¿Suena cómo a un “infierno socialista”? Curioso que mencionar un lugar donde todos seamos iguales, les provoque ese sentimiento. Pero, en teoría, puede existir la posibilidad de que en otro plano tu tengas que servir a quien ahora es tu trabajador(a). ¿No te gusta la idea? Tal vez eso indique que estás demasiado apegado a este infernal plano.
Por lo pronto, yo esperaría que por lo menos aplicáramos el divino mandato de “tratar igual a los demás, como quieres que te traten a ti”. Ahora, toda proporción guardada, comprendí que el mandato supremo de mi oficio, medicina, es muy parecido: “Primum non nocere”. Primero no hacer más daño. Y no me refiero solo a un posible daño físico.
No, implica también evitar un daño psicológico, social, económico, hasta político. Y no solo en medicina, sino en toda mi vida. “Primero no hacer más daño” es el principio básico para ver por el bien común, obvio, después de aceptar que tratar a los demás como a ti mismo, es aceptar la igualdad de todos.
En fin. Espero que haya otro plano donde todos podamos ser verdaderamente iguales. En una ocasión leí un cuento donde un científico ateo recién fallecido, no podía creer que era presentado ante Dios. El científico juró en ese momento que iba a hacer todo lo posible para demostrar la no existencia de Dios. Dios le contestó que él le iba a dar toda la eternidad para lograr su cometido.
Yo, si llego a tener una oportunidad así, le voy a pedir a Dios que me permita tener todo el conocimiento que él tiene. Sé que es imposible, pero ¿qué es lo peor que puede pasar? ¿Qué Dios me dé toda la eternidad para estudiar, y aumentar mis conocimientos? Realmente, ¿piensan qué eso sería un “castigo”?
Y no, no he tomado ni fumado nada raro. Pero ver el mundo en las condiciones en las cuales se encuentra, le rompe el corazón a cualquiera, que ve que los “hombres” (humamos), de buena voluntad, no pueden tener paz en esta Tierra.
Pero la maldad, sigue prosperando, como siempre. Y, si eso no es descorazonador, no sé que lo pueda ser. Pero recuerdo que “su reino no es de este mundo”, y, por lo menos, encuentro una explicación factible para todo lo que veo.
Tal vez no sea mucho consuelo, pero por lo menos, alivia un poco mi congoja.