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Todo o nada: guerra y hambre

October 24, 2023 - por

Todo o nada: guerra y hambre

Monterrey, N.L.

Hay una antigua leyenda, que dice que el Diablo tenía una cueva. Y, dentro de la cueva, tenía un inmenso tesoro. Cualquiera podía llevarse el tesoro. Pero la única condición es que debía de sacarlo todo antes del amanecer, o, de lo contrario, todo lo que hubiera sacado regresaría a la cueva. Nadie pudo nunca vencer al Diablo, porque el tesoro nunca permitió ser extraído por completo.
¿A qué viene esta fábula? A que toda fábula tiene una moraleja. Y mi moraleja va a ser larga. Ya están advertidos.
Verán: veo que los mismos grupos que apoyan la inclusión en los medios de entretenimiento, sobre todo en los EUA, ahora apoyan la causa palestina. ¿Es eso malo? Obvio que no. Solo que es algo “incompleto”, según mi punto de vista. Me explico:
Porque los mismos manifestantes, sobre todo en las universidades “elite” de la Unión americana (la llamada “Liga de marfil” o “Ivy league”); no han apoyado a las huelgas de trabajadores dentro de los mismos EUA. Ni una sola marcha en apoyo a la clase trabajadora. Eso solo indica que muchos olvidan que, aunque sean miembros de una “casta dorada”, la mayoría de ellos van a terminar como empleados, y no como empresarios empleadores. Esos empleos incluyen ser parte de la estructura de gobierno. Porque los funcionarios de gobierno son empleados del pueblo.
Pero los muchachos no tienen conciencia de clase trabajadora, ni la más mínima. Y eso solo indica, también, que toman causas “de moda”, lo que esté mediáticamente visible en el momento. O, como diría nuestro presidente: “Son progres buena ondita”.
Lo peor es que estoy viendo dicho patrón repetido hasta la ignominia ahora con la causa palestina. Y, sobre todo, con la muerte de infantes secundario a los bombardeos israelíes en la franja de Gaza. Claro, el “children killers” les funcionó a los oposicionistas de la guerra de Vietnam para detener dicho conflicto. Ahora, apuestan a que lo mismo ocurra con el conflicto palestino-israelí. Pero, insisto: así como con la inclusión muchos olvidan que las minorías también son trabajadores explotados, y no lo denuncian, ahora veo un patrón que puedo tomar como hasta perverso, en el caso del conflicto en Medio Oriente.
Porque ver a niños desmembrados por las bombas, remueve la conciencia de cualquiera, aún de los partidarios de los hebreos. Pero, en el mundo, cada año mueren 2,800,000 niños por hambre. Voy a poner la cifra con letras: dos millones ochocientos mil niños al año, de un problema prevenible como es el hambre. Porque muchos hablan del genocidio palestino, el cual es innegable. Pero nadie habla del genocidio provocado por las empresas de alimentos en el mundo.
En México, la cantidad de muertes por hambre es de 2800 personas por año, de los cuales, 850 son menores de cinco años. Y eso que este régimen está proveyendo de apoyos económicos y luchando contra la pobreza, sobre todo la pobreza salarial.
Pero, como pueden ver, aún hay mucho que hacer. Sé que no van a faltar los disonantes cognitivos que ahora me van a acusar no solo de racista, homo y transfóbico, sino hasta de “sionista”. Eso solo confirma que su pobre intelecto no les permite comprender lo que escribo, y lo que denuncio.
Porque lo que digo es muy sencillo: no se vale ser “activista” solo de lo que está de “moda”. Se tiene que defender todo lo que implique agresiones a los derechos de las personas. Como, por ejemplo, el derecho a la alimentación. Un derecho que fue votado en la ONU, y que contó con el voto negativo solo de dos países: EUA e Israel.
La respuesta hebrea a un ataque de partisanos (prefiero esta palabra a “guerrilleros”, o inclusive a “terroristas”) palestinos logró el cometido que buscaban: hacer visible a dicho pueblo. Porque la opresión comienza por hacer “invisible” al sujeto que padece dicha opresión. Ya cualquier cosa que realicen en el futuro, solo va a exacerbar los ánimos de los pueblos del resto del mundo. Así que como alguien dijo: Israel ya perdió la guerra. E Israel lo sabe. Pero va a hacer que se pague un alto precio por dicha derrota. Un precio muy, muy alto.
Pero mientras: Sí, hay que defender derechos, y hay que manifestarse. Pero, recordemos la fábula de “todo o nada”. Porque seguir los dictados del “mainstream”, indica que no estamos haciendo algo bien. Empezando, por no ver la totalidad de problemas que se tienen que denunciar.
Y no solo un día, sino todos los días. Porque que un país asesine en solo unos días a alrededor de dos mil niños, es un genocidio, secundario a crímenes de guerra.
Pero que mueran 2,800,000 niños al año de hambre, por un sistema económico que se ha comprobado disfuncional más de una vez ¿cómo debe de ser considerado?
Y si ustedes quieren vivir en un mundo y una sociedad así, créanme: son parte del problema. Como los hebreos con los palestinos, como los dueños de las empresas en los EUA cuyos trabajadores están en huelga (y no solo las empresas de entretenimiento).
Lo anterior, impide que podamos progresar en lo social. Tal vez, nunca lo podamos lograr. Y eso, es el mayor peligro para fracasar como especie en el planeta.